Recuerdos

184 17 2
                                    

—¿Nunca te ha pasado que te has arrepentido de tantas cosas que hiciste en el pasado?

—¿A qué viene eso Leonardo?

—Lo siento, hablaba conmigo mismo, sigue en tus tareas Salai

Le sonrió para después continuar con todo aquello que siempre dejaba a la mitad mientras que una muy suave sonrisa aparecía en su rostro, una llena de nostalgia, alegría, dolor y tristeza, ¿Porque siempre tenía que enamorarse de quien nunca le correspondería? ¿Porque aquel hombre siempre le arrancaba todas las formas de huir de él? ¿Que era lo que quería? Realmente no lo sabía y no era como si pudiera preguntárselo, ahora mismo no sabía exactamente dónde se encontraba y ello era lo mejor, después de todo, el ver a Ezio solamente le causaba males, solamente le hacía caer en cuenta de que no podría tener a quien tanto deseaba y tanto tiempo había estado buscando.

—Saldré — fue lo único que dijo Salai para retirarse y dejar solo a Leonardo, seguramente iría a apostar o a alguna tontería así, bueno, mientras no estuviera de boca floja como hacía un tiempo lo había estado no era problema. Leo se sentó en su silla, miraba entre aquellos papeles los tantos prototipos que hizo para Ezio, recordaba sus viejos tiempos con aquel hombre mientras que negaba, no podía seguir perdido en sus memorias, no mientras aquel hombre seguía avanzando y sus recuerdos juntos más y más se iban desvaneciendo...

...

—¿Leonardo? ¡Leonardo! — Sintió una fuerte sacudida en él cuerpo, abrió los ojos de forma pesada encontrándose con el demonio de sus sueños

—¿Necesitas algo amico mio? — Leonardo se incorporaba de su siesta tardía, había pasado demasiado tiempo tonteando con las hojas del códice que había olvidado que Ezio iría a visitarle

—¡No te hagas el tonto! — Ezio se veía molesto, Leonardo solamente suspiro, seguramente era algo que había olvidado, miro a todos lados y solamente suspiro, ya recordaba que había olvidado

—Lo siento, yo

—¡¿Lo siento?! — le interrumpió Ezio con molestia, Leonardo había prometido pintar un cuadro de Cristina, cuadro que ya debería de estar terminado pero que Leonardo había dejado a penas iniciado

—Bueno, no he tenido tiempo — se excusó mientras que Ezio suspiraba y se sentaba en un banquillo, se apoyó en sus brazos y después pego la cabeza a aquella mesa de madera

—Leonardo... por favor, sabes lo mucho que me gusta Cristina

—Se lo mucho que te gusta — alardeó al mismo tiempo que Ezio levantaba la cabeza molesto y Leo solamente negaba —Tendrás tu cuadro para mañana, después de todo... — calló, no era momento para recordarle a Ezio sobre su mal de amores y los intentos estúpidos por recuperar a aquella mujer, negó al mismo tiempo que se levantaba, tomó un vaso y lo llenó de agua, se lo pasó a Ezio y este regreso a su banquillo alto, tenía que terminar aquel cuadro, cosa que no quería pero debía hacer...

—Gracias

Fue lo único que pudo decir

—¿Gracias? Te cobraré por él

—¡Oh vamos, nunca me has cobrado por las cosas que haces para mi!

—Porque son para ti, tarado

Soltó una risilla pero Ezio se quedó callado, había hablado de más, Leonardo, ignorando su propio comentario, siguió pintando con tanta normalidad que parecía no haber dicho absolutamente nada. Habían pasado cerca de veinte minutos hasta que se escuchó un pequeño ruido, Leo giró el rostro para encontrarse a Ezio dormido, negó al mismo tiempo que se acercaba a él, le colocó una manta encima y sonrió muy ligeramente

One Shots [Assassin's Creed]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora