Ven acá! -Se sentía la alegría de tenernos cerca el uno al otro- Ven.. -Me agarró de las manos y unos fundimos en un gran beso. Tenía la necesidad de acurrucarme en lo más íntimo de su ser. Increíble como, al vernos se formaba un ambiente de paz y serenidad..-
Capítulo 1
11 de la mañana. Lunes (ush, sí lunes). Ánimo! Hoy es el día. Quién diría que trabajar en una hacienda fuera tan divertido...
Hacienda el Parasol
Llegue tarde.. Ni modo. Primer día de trabajo y no estoy nervioso (¿debería estarlo?). Recorro los pasillos amplios y abiertos de la hacienda.. Hay muchos empleados. Muchos. Jaja, parecen hechos de fábrica.
Paso la cabaña de huéspedes mientras me distraigo con el lugar, siento como un tacón me pisa el pie izquierdo: AH!!
-exclamé-. Era una chica morena (22 años.. Sí lo creo) iba con la respiración agitada. -Ay ay lo siento! De veras es que ando muy deprisa perdón..- Ya no importa..
Paso por un pasillo abierto lleno de plantas, mientras miro al piso y de repente miro hacia el frente.. Había un árbol. Uno solo. Pero era enorme, y hermoso. Vaya que sí.. Perfecto para dar una siesta bajo el.. Te veo a las 1:30.
He llegado -al fin- a la oficina de mi jefe, ansioso por empezar.
Hola muchacho! Pero pasa! Ven...
Mucho gusto señor -un cordial saludo de mano- Que bueno.. Siéntate. Era un señor grande, barrigón, de pelo blanco. Ya en sus últimas. -Señor, quiero decirle que fui capataz en otra hacienda -mentí-. En que me va a poner?
Oh no, yo no soy el encargado de eso por el momento. -dijo con su voz ronca y entrecortada-. Mi hija, Azul, es la encargada. Deja que la bus.. Azul! Corazón ven.. El es el que te platiqué..
Hola! Mucho gusto! Eh, como dices que te llamas? -Alan, me llamo Alan- nos mirabamos a los ojos mientras nos saludábamos con un apretón de manos-. Azul era una muchacha hermosa, de piel blanca (bronceado reciente, lo pude notar), y sobre todo tenía unos grandes ojos azules.. Tal como su nombre. Sígueme.. -me hace una seña con la cabeza. Reacciono y la sigo-. Pasamos por el pasillo abierto lleno de plantas. Puedo apreciar su silueta mientras voy detrás de ella, sus curvas, su pelo castaño, es un ángel...
Allí esta el gran árbol. Me pongo al lado de Azul. Me mira de reojo.
Ah, ves el árbol..
-Sí, es enorme.
Mi padre y mi abuelo lo plantaron en 1970.
-En serio?
Asiente con la cabeza. -Sí.
Llegamos a un lugar lleno de toros. ¡Rodolfo! Ven acá! -Grita Azul.-
Llega un muchacho de pelo negro, alto.
Rodolfo, el es Alan. (Lo dijo con tanta familiaridad, que me sentía en confianza). Oye, ya sabes que hacer con él. Te lo encargo. Nos vemos Alan. -Sonríe y me dice adiós.-
Eh.. Que tal si empezamos con que me ayudes a llevar unas inyecciones? Ven, traelas y te enseño.
Alan, estos toros estan separados de los otros porque estos tienen un virus reciente y necesitamos curarlos aplicando las inyecciones, antes de que la otra cantidad se contagie. Pásame la inyección... Alan! Pásala rápido! -me dice apurado. Ya tenía el toro agarrado.- Ah, perdón perdón aquí está. -dije con torpeza-.
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En el mismo lugar
RomanceAlan es un joven común que empieza a trabajar en la Hacienda El Parasol, ahí pasa momentos irrepetibles y conoce a Azul, quien roba su corazón.