Three New Boys

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Había pasado una semana desde el incidente en el estacionamiento, cuando un demente me había robado un beso, aún tenía grabado sus ojos verdes, me preguntaba si reconocería al sujeto si lo volviera a ver, descarte a todos los posibles sospechosos, algunos compañeros de clase y algunos chicos de la ciudad, yo no creía que fuera alguno de ellos, pero Vay Spencer, mi mejor amiga, me había hecho hacer una lista de sospechosos, pero en un lugar tan pequeño como Quincy, no había mucho de donde elegir, la lista era de un total de 10 chicos, los cuales creía, no lo habían hecho, pero Vay creía que uno de ellos era el culpable, al final deje que ella sacara sus suposiciones, de todas maneras ahora era más precavida cuando caminaba sola a mi auto.

En fin, eso era pasado, lo que me importaba ahora era mi futuro, Julliard, ya tenía mi carta de recomendación del Sr. Monroe, mi maestro de danza, que era muy aclamado en broadway, pero estaba en Quincy para ayudar a su madre, que enfermo, también había llenado mi solicitud, en el momento que la recibí por correo, lo último era la audición a la cual tenía que presentarme frente a un jurado, la cosa es que no sabía si me presentaría sola o competirá contra otros aspirantes, yo tenía un rutina perfecta, que seguro me haría entrar a Julliard. Sabía que necesitaba dinero y quería ayudar a mis padres, así que trabajaba en "Wall-Mart", no ganaba mucho pero el salario lo ahorraba todo, no lo había tocado desde hacía 2 años, esperaba que fuera algo de ayuda, mi madre tenía un vivero en la ciudad y mi padre trabajaba en San Francisco en una firma de abogados, yo trabajaba después de la escuela de 3:00 a 6:00, no tenía mucho tiempo libre pero era el precio por cumplir mi sueño. Para conseguir esto había establecido 3 reglas importantes que debía cumplir obligatoriamente, las cuales eran.

1. Cero novios.

2. Mantener mis notas en 9.5.

3. No subir de peso y entrenar todos los días. (No era que me importara ser delgada pero en el ballet mantenerse en forma era muy importante por la clase de rutinas que hacía, el Sr. Monroe era muy estricto, que daría yo por comer hamburguesas todos los días).

A Vay no le gustaba mucho esto, más la primera regla, ella quería ser mi celestina y conseguirme un novio, me organizaba citas y hacia que mirará a todos los chicos, para ver si me interesaba alguno, llegaba un punto donde me volvía loca.

-¡Peyton White!, como es posible que no quieras tener novio, no es que no tuvieras pretendientes, mírate, pelirroja, cuerpo de modelo, ojos azules y Dios... ¡pecas! , te lo juro, nuestros compañeros chicos mueren por ti, hasta creo que algunas chicas, les rompes el corazón cuando se enteran que no quieres tener novio, estoy harta de recibir caras tristes al decírselos.- dijo Vay con frustración, acabábamos aparcar frente a su casa, después de un día largo de escuela, habíamos tenido tres exámenes y uno había sido sorpresa, me fue bien, pero a mi querida amiga no tanto, desde que habíamos salido me estuvo reclamando el por qué no tenía novio, como hacia habitualmente en las tardes de regreso a su casa. Mi auto, un "escarabajo", era nuestro transporte diario, viajábamos juntas desde hacía un año cuando papá me sorprendió con un regalo por mis 17 años, tuve que esperar a cumplir los 18 para poder conducirlo, pero valió la pena la espera porque desde entonces ya no viajábamos en autobús. Después de dejar a Vay me dirigía a Wall-Mart, siempre tenía conmigo mi uniforme del trabajo así que no regresaba a casa después de la escuela.

-Como quieras, tú te pierdes la mejor experiencia y sensación juvenil del mundo- musito fingiendo ser una actriz dramática de los 60's.

-¿qué hay de ti?, tú también te pierdes la sensación y... lo que sea que dijiste después- Proteste imitándola, Vay era muy popular entre los chicos, era muy hermosa, rubia ondulada, increíble cuerpo, ojos verdes, cara redonda, sentido de la moda, muchos chicos se acercaban a mí para preguntarme que le gustaba y yo le ahorraba el sufrimiento y les decía que no intentaran nada, ella buscaba a un Romeo imposible, tenía estándares muy altos, esperaba que algún día lo encontrará.

-No es lo mismo, yo no estoy cerrada al amor, solo espero al indicado- salió del auto y me miro por la ventana- Solo espero que aparezca un chico que te haga sentir electricidad en el cuerpo, y por más reglas torpes que tengas no podrás evitar que te guste.- estaba a punto de protestar pero ella salió corriendo en dirección a su casa.

-¡Eso nunca sucederá!- grite, esperaba que me hubiera escuchado, jamás dejaría deslumbrarme por algún chico, no hasta que entrará a Julliard, además todos los que conocía eran unos inmaduros y superficiales cretinos, no me interesaba nadie. Conduje hacia mi trabajo, despacio era todavía temprano, hoy era un gran día, tendría nuevos compañeros en mi área de la tienda, era la de perfumes, usualmente éramos cuatro vendedores, solo que los anteriores tenían algunos problemas así que el señor Bubel, mi jefe, tuvo que despedirlos, los clientes se quejaban de ellos, uno d ellos era Marco un sujeto que apestaba, literal, no sé qué era lo que sudaba pero era insoportable, talvez no se bañaba, no estaba segura, luego estaba Laura, una mujer de 30 años, la definición para esta mujer era simple: zorra, cada hombre que pasaba cerca de nuestra área, esta mujer prácticamente se lanzaba sobre ellos y a veces tenia a sus esposas al lado, una vez que mi padre vino a verme, ella empezó a coquetearle, todo fue muy rápido pero según mi él me acerque, le grite y la humille, al día siguiente no se presentó a trabajar, había renunciado; y el ultimo era Luigi un italiano de 34 años con un mal inglés, era una buena persona pero los clientes no le entendían, el señor Bubel no tuvo más remedio que despedirlo, claro que si Luigi aprendía a hablar mejor podía trabajar de nuevo en la tienda. Solo esperaba que mis nuevos compañeros no apestaran, hablaran bien y no fueran... zorros.

Llegue a Wall-Mart y me encamine a los casilleros de empleados, me cambie y me puse mi uniforme, luego me dirigí a mi área, con mi pistola de precios y mi walkie-talkie, comenze a hacer lo habitual, estos dos últimos días mientras mi jefe contrataba nuevos empleados me había encargado de todo el pasillo de perfumes, fue un poco difícil pero pude atender a todos los clientes. Paso una hora, no se había acercado nadie, todo tranquilo, después escuche al señor Bubel llamándome por el megáfono de la tienda. Bien ya había contratado a mis nuevos compañeros.

La oficina de mi jefe era pequeña, solo un escritorio, un librero tras él, toque la puerta y entré, al abrirla me encontré con tres pares de ojos verdes volviéndome a ver, el señor Bubel estaba sentado con bolsas de uniforme sobre la mesa, eran las que se les daba a los nuevos empleados, volví mi vista a los tres chicos, parecían estar entre los 20 y 22 años.

El primero a mi derecha tenía cabello castaño claro, un asombroso cuerpo, debía ser atleta, con un increíble bronceado, llevaba una camisa desmangada, unos bermudas caqui y unas vans. El segundo chico, con un increíble cabellos rizado, color castaño oscuro, tenía una mirada profunda y unos labios grandiosos, tenía puesto un sombrero, una chaqueta de lona celeste, pantalones negros y mocasines. El ultimo chico me miraba fijamente con una ceja enarcada, de pies a cabeza, tenía el cabello negro y un copete, llevaba una corta barba a lo largo de su fuerte barbilla, se miraba rudo y con una mirada atrevida, usaba una cazadora de cuero negra, pantalones del mismo color y botas. Estos chicos parecían modelos, eran extremadamente guapos, seguramente eran de esos que solo jugaban con las chicas y las hacían llorar o las hacían entrar en depresión, rayos, me había quedado embelesada viéndolos, ¿acaso estaba tirando baba?, nunca me sucedía esto, todos en este pueblo era normales, pero ellos, Dios, me dejaban boquiabierta, la pistola de precios que estaba en mis manos se cayó al suelo, chico bronceado hizo un gesto de querer ayudarme pero no se movió, chico rizos solo me vio sin expresión en su rostro, y chico peligroso se río, bruto, pensé, a pesar de eso tenía una sonrisa hermosa, el señor Bubel debía estar jugando conmigo, no podía tener tres compañeros así de perfectos. Mi trabajo se volvería muy difícil.

Robber- "Lie for Love"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora