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Pocas veces se sentía tan cansado como en ese momento. Cansado de todo aquello que le rodeaba. Miró a la chica que se le colgaba del brazo, volteó la mirada. Ya nada era igual. El control que ejercía en él lo perdía. Recordó parte de la conversación que habían tenido mientras comían en el restaurante ―Cariño, no dejes de responder mis mensajes- morrito- sabes que me preocupo por ti ― Una mirada vacía y una sonrisa fría Ya... te preocupasHoy te envié cuatro mensajes y no respondiste ninguno. No lo vuelvas a hacer ¿Vale? ― Continuó comiendo. No hizo comentario alguno a lo dicho por su novia. Bebió su vino calmadamente y miró al infinito mientras ella continuaba hablando. Su voz en otro tiempo suave y fina, hoy le resultaba chirriante, cansina, repetitiva ― ¿Me estás escuchando? ― Otra sonrisa fría, otro bocado, otro sorbo de vino ¿Cómo no escucharte? Hay alguna posibilidad para mí de no hacerloEsta tarde iré con Hi Min al spa, pero estaré atenta a ti. En cuanto acabe te llamaré para que me recojas ¿Deberíamos ir a casa de tus padres? ¿Tal vez visitar a los míos? Ya sabes que si no vamos un par de veces en semana nos extrañan... Hablo con mis padres a diario. No creo que me extrañen ― Interrumpió Jungkook ― Es tu percepción cariño, pero no es así. Ellos quieren vernos juntos ― Quiso beber de su copa, pero se dio cuenta de que estaba vacía. Se quedó mirando el cristal. Empezó a jugar con el, lo rozaba con sus dedos acariciando el borde de la copa una y otra vez, trazando un circulo que no acababa. Así sentía su vida en esos momentos, un circulo de cristal... a punto de romperse en mil pedazos. Condujo hasta la casa de Hi Min porque ella no conducía desde que se hicieron novios. El oficio de chofer personal vino adjunto a la etiqueta de novios. La dejó ahí con la promesa de recogerla en el spa por la tarde. Cuando la chica se bajó del coche Jungkook bajó los cristales y respiró profundo. Parecía un gesto intrascendental, pero era muy significativo. Sentía la necesidad de cambiar el aire encerrado en el coche, sentía como si millones de partículas nocivas para él se hubieran unido asfixiándole. Salió disparado del lugar. Iba tarde a una reunión importante. Siempre sucedía desde que tenía novia. Llegaba tarde, porque para ella era más importante su puntualidad que la de él "¿Qué prisa puedes tener si eres el dueño de la Empresa? ¡Que esperen, eres el jefe!" Lo había dicho tantas veces que Jungkook ya no insistía. Incluso sus colaboradores en la empresa, sabían que si salía con ella en horario de trabajo podía ocurrir cualquier cosa, como aquella vez en que terminó en el cumpleaños de una de sus amigas "¿Cómo voy a ir sin mi novio? Todas llevarán a sus parejas y yo estaré sola". Tres años de relación habían causado toda clase de circunstancias en las cuales descubrir que la persona que se suponía tenía que ser su compañera, su cómplice, su amiga, solo quería ser su centro de atención. Como una niña pequeña, mimosa y temperamental.

Estacionó en el parking de Lotte World Tower. Le esperaban 97 pisos en ascensor. Nada agradable para él. Cogió su maletín y lo colgó en su hombro, cerró el coche y conectó la alarma. Caminó cabizbajo rumbo a los ascensores. Entró en la primera puerta que se abrió. Marcó 97 en el tablero digital. Se acomodó lentamente en una esquina, apoyando la cabeza en la pared acristalada. El ascensor paraba entre pisos y subía y bajaba gente. Cada uno a lo suyo, miradas perdidas, rostros demudados y blanquecinos del trabajo oculto del sol. Miró el tablero 35, 36, 37... Se había quedado solo nuevamente 41, 42, 43 nuevamente acompañado, esta vez de un grupo de turistas ¿Por qué razón habían hecho las salas de conferencia en los pisos superiores? ¿Las vistas? ¿A quién mierda le importan si estás en una reunión? Levantó la mirada y vio a un chico de unos veinte y pocos años haciendo fotografías al paisaje. Al menos alguien se divierte pensó. 71,72, solo iban el chico y él y por lo visto se preparaba para bajarse. Acomodó la mochila en su hombro y esperó a que el ascensor se detuviera. Esperó a que la puerta se abriese, pero no lo hizo. Empezó a tocar el botón de abrir, pero el ascensor incluso subió un par de pisos más, hasta detenerse en el intermedio del piso 75 y 76 según el tablero. Dirigió la mirada hacia atrás algo nervioso y Jungkook decidió acercarse ― Se ha detenido ¿Has dado a abrir? ― Le miró sorprendido ― Lo hice. Pero no funciona ― Jungkook intentó marcando nuevamente en el tablero otro número, pero el aparato siguió estático. Decidió dar la voz de alarma pulsando el intercomunicador de emergencia, pero estaba completamente muerto al igual que el tablero. Abrió los ojos asombrado. El chico a su lado le miraba intranquilo mordiéndose los labios ― No te preocupes ― Sacó su teléfono del bolsillo y empezó a llamar su secretario. ― Sr. Lee, sí... Buenas tardes, escuche. Estoy atascado en uno de los ascensores del ala este... no sé cómo ocurrió, pero el tablero no funciona. No puedo avisar de la avería... llame usted por favor. ¡Oh! Vaya y ¿A qué se debe? ¿Cómo es posible? ¡Está bien! Gracias¿Qué sucede? ― Preguntó el chico intrigado ― Por lo visto es una avería a nivel general. No hay electricidad y el sistema informático ha fallado. Están intentando solucionarlo con los baterías de emergencia. Me avisarán de cualquier novedad ― El chico suspiró profundo y retrocedió del lado de la puerta para posicionarse cerca de los cristales, acomodó la mochila en una esquina y apoyó la espalda contra la pared. Sacó su teléfono del bolsillo y empezó a enviar mensajes. Jungkook le observó con detención. Es hermoso pensó. Luego su mente se distrajo pensando en los asuntos que debía tratar en la reunión. En realidad tenía demasiada experiencia en cuanto a fusiones, más de la que a él le gustaría. Fusionaba su empresa con una más pequeña, para inyectar capital y obtener mayores beneficios fiscales, luego terminaba absorbiendo a la pequeña empresa, que terminaba cada vez por necesitar más inyección. Era una compra camuflada, todos lo sabían, pero resultaba mucho más rentable hacerlo de esa manera. También era menos chocante para el personal. Los cambios de propietario estaban más que claro que no siempre sentaban bien a los trabajadores y de paso él se quitaba el dolor de cabeza de tener que lidiar con personal nuevo. Dejaba que las cosas fluyeran, estando él al mando. No se podía quejar, le iba más que bien. Tampoco pretendía ser el más exitoso ni el que más beneficios obtuviese. Su padre le había enseñado que el mundo empresarial era un pozo de pirañas en el que era mejor pasar desapercibido. Y él lo hacía. No molestaba a las grandes corporaciones y estaba siempre por sobre la media y crecía. En realidad era una actitud inteligente. Entonces ¿Por qué trabajaba tanto? ¿Por qué siempre estaba ocupado con asuntos de la empresa y apenas tenía tiempo para algo más que su novia? En realidad podía tener el tiempo que se le diese la gana, pero prefería esconderse en la empresa y no salir de ahí. Había terminado siendo el único escondite que le era permitido. Levantó la vista y miró hacia los cristales. Vio de reojo al chico que seguía enviando mensajes y respondiendo otros. Recordó una ocasión en que se permitió salir un fin de semana con su grupo de amigos de la Universidad. Un fin de semana de chicos en una zona costera. Nada del otro mundo. Playa, baños de sol, cervezas, conversaciones estúpidas y horas y horas de sueño reparador. Apagó su móvil para tener desconexión total. Al regresar al Hotel, su novia le esperaba para asombro suyo y el de sus amigos. Hasta ahí llegó su fin de semana, sin completar ni siquiera el primer día de descanso "Es que te extrañaba demasiado" Fue su escusa. Tragó saliva al recordar la sensación que tuvo en aquel momento. Sintió asco de su vida, de su novia, de la relación que llevaban, sintió vergüenza delante de sus amigos, delante de sí mismo y pensó en dar por terminada la relación. Pero, no lo hizo. Al regresar a Seúl sus padres le convencieron para continuar, alegaron la pareja perfecta que hacían, las similitudes sociales, educativas, sin mencionar lo profundamente enamorada que estaba ella. ¿Él estaba enamorado? Hubo un tiempo en que sí. Tal vez los primeros meses de conocerse, antes de ser novios. Ella era bella sin duda, además era graciosa y dulce. Era el tipo de chica del cual sus padres se enamorarían ― Disculpe ¿Podría preguntar si saben cuánto tardará en solucionarse lo de la avería? Mis padres están preocupados... Sí, por supuesto ― Tomó nuevamente su móvil y marcó el número de su secretario. Después de una breve conversación, supo que aún estaban intentando resolver el problema, el chico escuchaba atento su conversación y se apresuró para enviar un mensaje a través de su móvil ― ¿Todo bien? ¿No te gustan las alturas? ― Preguntó Jungkook, intentando ser amable ― Sí, ya les he tranquilizado. Las alturas, no demasiadoMi nombre es Jeon Jung Kook, mucho gusto ― El chico sonrió amablemente ― Kim Tae Hyung¿No eres de Seul, verdad?No, soy de Daegu. Vine a una exposición fotográfica¿En Lotte World Tower?En el Museo de Arte Moderno ― Jungkook asintió. Fijo su mirada aún más en Tae y vio como este la desviaba. Parece tímido pensó ― Veo que te gusta la fotografía ― Tae sonrió al mirar su cámara colgando en su pecho ― Sí, amo la fotografía ― Jungkook se sintió grato con la conversación y de manera absolutamente casual fue soltando su corbata y dejando su maletín en un costado, incluso pensó en sentarse porque estaba un poco harto de la posición, pero solo cambió de sitio, acercándose más a la ventana ― Debes ser estudiante, eres muy jovenEstudio en la Universidad de artes, diseño audiovisual¡Realmente gustas del arte! ― Tae volvió a sonreír y esta vez Jungkook pudo apreciar en toda su magnitud, la hermosa sonrisa del joven. Nuevamente pensó que era demasiado bello para ser un chico ― Creo que el arte es lo único que nos salvará como especie Eso es muy profundo ― Jungkook se relajó. Su postura se volvió aún más cómoda y se dejó deslizar hasta quedar sentado frente al chico ― ExplícameBien, no quiero parecer un sabelotodo, es mi opinión, nada más, pero creo que cuando las personas son creativas y utilizan esa creatividad para plasmar sus pensamientos, esa comunicación nos hace crecer como especie y como personas. En el fondo es un lenguaje. Todos aquellos que están ligados al arte, ya sea porque lo crean o porque lo admiran, terminan ampliando sus horizontes mucho más que aquellos que simplemente se rigen por otras disciplinas más rígidasDefiendes bien tus puntos, debes ser un alumno aplicado ― Tae negó con su cabeza y volvió a sonreír tímidamente ― En realidad académicamente soy del montón, pero tengo mis ideas ―Jungkook pensó en qué relación podía tener él con el arte. De pronto exclamó ― Me gusta la ópera ― ¿Sí? Eso es genial¿Te gusta también?He asistido con mis padres a varias. Mi padre es violinista de la sinfónica de Daegu y mi madre es pasante de arteUna familia de artistasSuele suceder así ― Tae le observó con detención y agregó ― ¿Familia de empresarios? ― Jungkook sonrió afirmando ― Soy uno de esos de "disciplinas rígidas" ― Él joven bajó la cabeza avergonzado ― No lo tome a mal ― Dijo quedo ― No lo haré, si tú dejas de hablarme formalmente. Me hace sentir mayor Lo haré ¿Qué edad tienes? ― Jungkook elevó una ceja ― ¿Qué edad crees que tengo?¿Veintiséis, veintisiete?Cumplo treinta y un años la semana que viene... ¿Y tú?Veinticuatro años ― Tae mordió sus labios y luego los enjugó con su lengua, gesto que no pasó desapercibido para Jungkook ― ¿Trabajas aquí?No. He venido a una reunión ― De pronto se hizo un silencio que en ningún caso fue incómodo. Al contrario, ese momento sirvió a Jungkook para fijar su mirada a través del cristal Realmente todo se ve tan pequeño e insignificante desde esta altura. Suspiró profundo. Sonó su móvil, lo revisó rápidamente pensando en un mensaje del señor Lee, pero vio la alerta con expresión de hastío, su novia le enviaba una fotografía de su paso por el spa. Guardo el móvil sin abrir el mensaje ― ¿Quieres? ― Escuchó de pronto a su lado, y vio la mano del joven que le ofrecía una botella de agua ― GraciasBebió un par de sorbos y la devolvióVenías preparadoHe salido a recorrer Seúl así es que llevaba agua conmigo. También traigo un par de barras energéticas por si acaso me quedaba atascado en un ascensorRealmente sobrevivirás, en cambio yo, tendría que comerme un par de contratos y tal vez el cuero de mi maletín ― Tae hizo una mueca de asco ― Eso no debe saber bienNo, por supuesto que no ¿Y por dónde has andado? ― Tae se agachó a buscar en su mochila y sacó unas cuantas revistas de comics. Se las mostró. Jungkook se acercó interesado a echarles un ojo ― Hace años que no ojeaba una de estasAhora ojeas contratosAsí es. Bueno, ya sé por dónde anduvisteHe venido en varias ocasiones con mis padres. En esas ocasiones he conocido los palacios, museos, barrios interesantes, asistimos a un par de conciertos... pero, esta vez, como he venido solo y me apetecía hacer algo diferente. He comprado varios libros también¿Te gusta leer?Depende de lo que lea. Si es de arte, me gusta muchísimo, también me gustan los libros de viajes y los de historia. No soy bueno leyendo novela o poesía. ¿A ti te gusta leer? Sí, me gusta. No tengo demasiado tiempo, pero yo leo esos que tú no lees ― Ambos rieron y cruzaron una mirada que desviaron de prisa y que dejó a Tae mirando por el cristal y a Jungkook un poco nervioso. Continuó ojeando las revistas, más que nada para distraer sus pensamientos de la mirada de Taehyung. Comics y pensar que hubo una época en que esto formaba parte de mi vida. Ahora se ve tan lejanoCreo que aún tengo algunos en casa, ya sabes, Spiderman, Batman, Avengers... el resto terminó en manos de mis sobrinos y nunca regresóVeo que te daba igual DC que MarvelPor supuesto. Las buenas historias hay que seguirlas no importa dónde. ¿Tú tienes empresa favorita? No, me da igual. Solo tengo personaje favorito¿Cuál? Y no me pidas que adivine porque podría volverme loco ― Tae rió animadamente ― WolverineDebí imaginarlo¿En serio? ¿Por qué?Llevas dos ejemplares del origen ― Dijo Jungkook mostrándole las dos revistas que tenía en la mano, mientras las alzaba ― Podría haber sido Pantera negra o Magneto... también llevo ejemplares de ellosEs verdad, pero pegas más con Wolverine y has pagado más por esos dos ejemplares que por los otros cuatro juntosMe has pillado... Eres muy observador ― Jungkook mantuvo la mirada fija en él. En tanto Tae volvía a esbozar una sonrisa mientras rehuía la mirada nervioso. Volvió a sonar el móvil de Jungkook y este nuevamente al ver el mensaje decidió ignorarlo. Tae vio como el rostro del hombre mudaba al recibir el mensaje y supuso que no era de alguien grato, así es que volvió a mirar por la ventana. Jungkook también fijó su mirada en la panorámica que tenían frente a ellos. Suspiró profundo ― Hace buen día ― Dijo de improviso y Tae volvió el rostro hacía él ― Así es. Ha sido un día espléndido¿Hasta cuándo te quedas?Dos días más¿Qué ibas a hacer esta tarde? ¿Honestamente? ― Jungkook sonrió mirándole de reojo. Era un chico demasiado adorable. Sus gestos, su voz, su mirada... Se sorprendió de sí mismo por tener esos pensamientos y movió la cabeza en negación. De fondo la voz de Tae explicaba ―...Los exámenes terminaron bien y aprobé todo, así es que en lo único que pensaba era en la exposición y en dormir. Suena horrible venir a un Hotel a dormir, pero de verdad lo necesito ― Jungkook consiguió entender el contexto de lo que había explicado y de lo que se había perdido por tener esa clase de pensamientos que no quería volver a tener ― Haces bien. Si estás agotado necesitas descansar. Yo mismo lo haría, pero no tengo dónde esconderme¿A qué te refieres? ― Preguntó Tae intrigado al ver un halo de tristeza en el rostro del mayor ― Es una larga historia ― Respondió Jungkook en el mismo tono entristecido mirando el horizonte. Tae tragó saliva. Bajó la mirada, pero pronto volvió a fijarla en el rostro de Jungkook. Entonces se volteó hacia él y sonriente le dijo ― Parece que tenemos tiempo ¿Qué tal si me cuentas esa historia? ― Dicho eso, se acomodó en el suelo, apoyando bien la espalda en la pared que hacía esquina al cristal. Quedó en diagonal a Jungkook, observándole. Su mirada decía claramente "cuéntamelo todo". Sentados en esa posición podían observar igualmente el paisaje. No obstante en ese momento, fue más importante observarse el uno al otro.

Seis horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora