Había llegado un punto, en donde, los días y las noches no podían diferenciarse uno de la otra. Sentía que, mi humanidad se iba desvaneciendo, o eso era lo que creía, pero... si lo pienso con más claridad ¿cúal humanidad? Ni siquiera era humano, no era un organismo, no era nada, un viejo pensamiento olvidado.
Me encontraba en un lugar que permaneció vacío por numerosos años,una pequeña y acogedora casa ubicada en un viejo pueblito, cuyo nombre ni siquiera recordaba. Todo el lugar sumergido en la oscuridad. Ventanas cerradas cubiertas con pedazos cuadrados de cartón que, alguna vez formaron cajas, obstruyendo la entrada de la luz solar, puertas cerradas con llave junto a un conjunto de candados. Lo único que provenía del exterior eran algunos sonidos,sonidos irreconocibles.
El recuerdo que, alguna vez se había encontrado en mi mente sobre el mundo, se había borrado, ahora, solo conocía lo que me rodeaba, paredes frías de color blanco, algo mugrientas por el paso del tiempo, un par de muebles deteriorados por los años y, uno que otro,electrodoméstico con sus partes, tanto externas como internas,oxidadas e inservibles.
Hasta que, un día monótono, o eso era lo que me esperaba, volví a observar la luz del sol, aquel brillo que era mi pasaje al exilio de este mundo pero, dejando el temor de la muerte a un lado, a la vez despertó una lluvia de emociones en mí. Se trataba de algo tan hermoso pero a la vez tan mortal para mi.
Un par de personas, para ser exactos dos hombres, con una vestimenta cubierta por algunas impurezas y un físico un tanto corpulento,golpearon la puerta principal hasta hacerla caer al suelo,desprendieron los cartones y sacaron las pocas cosas que se encontraban en el lugar. Ya había olvidado el aspecto de los humanos, tan simple, tan solida y con una pequeña estructura, limitándolos a hacer cosas. Tan inservible, en mi opinión.
Limpiaron, pintaron las paredes, haciendo desaparecer el grisaseo color blanco,amueblaron y alumbraron todo el lugar. Quisiera decir que sentí una invasión, ya que era, en donde había estado todo este tiempo, pero no fue así, no me importó en lo absoluto, no tenida ningún poder sobre él y mucho menos lo llegué a sentir como un hogar. Tan acostumbrado a la incomodidad que no me interesaba sentirme confortable.
Una numerosa cantidad de personas entraban día tras día, recorriendo el lugar, observándolo detalladamente, juzgándolo con la mirada. Hasta que, entró una pareja que, en el momento que entraron se les forma en su rostro una sonrisa, con solo una mirada contagiaban la felicidad. Sentí un cosquilleo junto a un escalofrío por todo mi ser. Había olvidado esta sensación. Era satisfactoria y nostálgica a la vez, recordé el aroma de las flores, la brisa acariciándome suavemente y la calidez del sol en mi cuerpo. Por un segundo me había sentido nuevamente con vida. Puede que piense que el cuerpo de los humanos es inservible pero hay algo que siempre envidiaré de ellos y son sus sentidos, poder oler las esencias del ambiente, sentir objetos y otras cosas mediante el tacto, y deleitarse con los sabores. De los 5 sentidos solo poseo 2, observar y escuchar. No puedo sentir nada, todo lo que trato de tocar lo traspaso, y tampoco puedo oler los aromas, ni siquiera respiro.
Después de aquel día, que revolvió todos aquellos recuerdos que ya había olvidado, las personas dejaron de llegar, nuevamente se sentía la soledad, los rincones de cada esquina volvieron a desprender su oscuridad, volví a caminar nuevamente por todo el lugar sin problema alguno pero, algo me incomodaba, un vacío, nada se sentía igual, y no era culpa del lugar, ya que estaba cambiado en todos los aspecto y no me importaba, era culpa mía, del sentimiento pasajero que me corrió unos días atrás, creado por aquellos humanos, aquella pareja tan especial, aquellas almas tan puras, tan únicas.
Transcurrieron varias semanas y junto a ese tiempo se encontraba presente aquel sentimiento que me seguía inquietaba, la imagen de aquel recuerdo seguía penetrando mi mente, una y otra vez. Por un instante llegué a pensar que había sentimientos dentro de mí. Colores dentro de los valores. Algo imposible de creer.
Día tras día me posicioné en lugares donde pudiera tener una vista clara de la puerta principal. No lo quería admitir pero tenía esperanza de que, aquellas personas volvieran a entrar. Esperé y esperé como si nada más importará. Lo cual no era mentira. Antes de que ellos llegaran a mi vida ¿cómo pasaba mis tiempos libre? No tenía nada para consumir mi tiempo, solo recordar el porqué de mi inexistencia orgánica. Hasta ahora, solo era una especie de energía desconocida para los humanos pero ¿por qué? ¿por qué estoy donde estoy? Sin poder ser percibido por nadie, solo existiendo pero a la vez pareciera que no lo hago, ya que, nadie sabe que existo.
Sin esperarlo, sin avisar, llegó el día que tanto había anhelado pero negaba que ocurriría. La llegada de la hermosa pareja. Numerosas personas entraban y salían,buscaban cosas y las dejaban dentro del lugar. Un sofá de cuero negro en la sala de estar, una cama queen size para la habitación donde dormirían junto a unas mesitas de noche, una peinadora y un espejo,una mesa de 8 sillas para el comedor, cuadros de ellos dos juntos y pinturas hermosas por todo el lugar, y muchas cosas más. Lo que alguna vez fue un cuchitril ahora era un lugar elegante y cómodo, acogedor y querido. El hogar que ellos tanto se merecían.
En tan solo pocos meses después todo había cambiado en el lugar, ni siquiera recordaba todos los años de soledad que había pasado.Aquel encantador amor de la pareja era tan grande, tan potente, sin comparación alguna a otras energías. Y, todo mejoró cuando un día la mujer le dio una noticia a su esposo, una noticia que en aquel momento jamas había pensado que mejoraría todo lo que sucedía.
Esperaban un hijo, mejor dicho hija, se trataba de una niña. La luz de sus ojos, y de los mios, aun que, aun no lo sabía. Era la única luz que soportaba, que no me causaba la muerte, y que siempre deseaba tener en mi vida. Su nombre era Matilde.
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El mundo de Matilde
FantasyToda la vida en la oscurida, en el olvido, prácticamente en la inexistencia hasta que... una luz, un brillo que me ilumino y cambio todo a mi alrededor. Ahora nació en mi un motivo por el cual buscar mi origen, saber si alguna vez estuve con vida o...