Skyfall [THORKI]

Prefacio

Loki cae al abismo, sus ojos se cierran anhelando el inminente fin que tanto le llama, como quien anhela recibir lo que ha estado buscando por tanto tiempo. Para él es así. La libertad de escapar para siempre.

El vacío lo absorbe y la mente se le nubla, "es el fin" piensa y en sus labios se dibuja una sonrisa satisfecha, se siente perdido y la consciencia se aleja de él cada vez más, su respiración poco a poco se va suavizando hasta el punto de ser casi inexistente, el frío le envuelve y por un momento, un instante, teme morir.

Recuerda a Frigga, aquella hermosa diosa de cabellos claros y ojos compasivos, amorosos y cómplices, de dulces facciones y un increíble instinto maternal que no sabe por qué formó hacia él, pero lo aprecia. Recuerda a Odin, aquel viejo dios fuerte e imponente, cariñoso e indulgente, comprensivo, un buen padre en ciertos rasgos, debe admitir. Y luego recuerda a Thor, aquel rubio, tan brillante como el Sol, de aquellos amorosos ojos azules comparables con las aguas del pozo de Urd, de amplio pecho cariñoso y de brazos fuertes, candorosos, qué al ser estrechado contra él siente, siente algo más que reconoce pero no acepta, no quiere volver a aceptarlo, por que lo odia... Sin dmbargo, ese algo siempre ha estado ahí pero se niega... Pero no puede mantenerlo lejos, pese a todo, ama a Thor con cada fibra de su ser. Ama a su familia, incluso con lo ocurrido, sé han distanciado, sí, pero el cariño sigue ahí.

No quiere morir, no quiere irse y dejar todo así, el no es un cobarde, sé da cuenta un poco tarde.

Abre los ojos y lo primero que mira es una habitación desconocida, hay aparatos extraños y ventanas amplias dejando ver la inmensidad del universo, cae en cuenta de varios seres observando ciertas máquinas con interés que hacen sonidos extraños y ellos buscan saber el por qué, nota entonces que se trata de una nave espacial (sí, sí conoce esas cosas). Hay dos seres en especial muy robustos, que se dan cuenta de su despertar, criaturas altas e imponentes, emanan poder y austeridad, no son parecidos a nada que conozca pero sabe que debió dejarse morir porque la sonrisa que le dedica el ser más grande, llena de malicia, incomparable, le hace saber que su estadía en la nave, no será para nada agradable.

No morir significó sellar su destino, para bien o para mal.

~

Thor grita su nombre, el dolor le inunda el pecho y es la única forma que cree viable para poder seguir respirando. Odin le sube con esfuerzo, el viejo hombre esta debilitado, quizá por el Sueño, quizá por el sobreesfuerzo o quizá por haber perdido a un hijo otra vez sólo que esta vez para siempre... Supone que es todo junto, su viejo corazón no podría soportarlo, pero lo hace.
El se sienta en el Bifröst contemplando el vacío cósmico del espacio, observa la fisura que había tragado a su hermano cerrarse, la herida en su pecho se abre también y duele estar vivo, también quiere morir, no hay vida sin él.

Sus ojos azules pierden el brillo, Odin lo obliga a levantarse. "Tenemos que decirle a tu madre" apenas le escucha decir, cree que Padre de Todo es increíblemente poderoso (como en antaño ambos creían) por que lo hace caminar aun cuando el no encuentra fuerzas ni para mantenerse de pie. Caminan por el largo y colorido puente hasta el inicio del reino y los Einherjer que antes estuvieran bajo las órdenes de Loki merodeando las calles de Asgard, muestran respeto y luto hacia ambos al ya conocer sobre la pérdida. Pasan de largo y en las puertas principales del castillo, cierta rubia les observa llegar, la emoción que recibiera tiempo atrás de su progenitora se ha esfumado siendo reemplazada por una preocupación demasiado grande, Frigga busca desesperadamanrte con la mirada detrás de ellos, en todas partes, a su pequeño y equivocado niño, pero no lo encuentra, detiene su vista en Odin y el niega, cubre su boca con sus delicadas manos para acallar un grito de dolor, mira a Thor buscando confirmar lo dicho, por que su hijo no puede estar... Muerto, pero el rubio desvía la mirada, la reina de Asgard cierra los ojos fuertemente por algunos segundos en los que baja las manos a los costados tomando su bello vestido haciendo una reverencia hacia su esposo, sin mirarle (y eso duele para Odin) dándose media vuelta, alejándose caminando hacia sus aposentos, elegante con la espalda erguida y la frente en alto. A Thor le arde el pecho verla partir conteniendo sus emociones para no desbordarlas en ese lugar, la admira tanto, observa a su padre dar algunas órdenes a los guardias y luego irse tras su amada esposa.

Hace lo propio y vaga en dirección de sus habitaciones, pero al llegar al pasillo su dirección no es su propio cuarto, sino el de su hermano, el cual se abre solo para él y al entrar, vuelve a cerrarse.

La quietud del recinto lo apacigua, el fresco aroma a pino y especias mágicas nubla sus sentidos y no es conocedor de cuando sus lágrimas bajan por sus mejillas desde unos ojos azotados por una intensa y terrible tormenta, las nubes se aglomerado en cuestión de minutos pescando la belleza efímera del firmamento asgardiano, puede escuchar los truenos desde afuera, luego una ligera llovizna cae desde el cielo encapotado, todo mundo debe saber ahora que Thor está de regreso y no exactamen con el mejor ánimo, pero le da lo mismo.

Pasa los días encerrado en su habitación y en todos aquellos días el cielo nunca muestra aquel bello color del amanecer o las estrellas brillantes del anochecer, todo es lluvia, todo es tristeza, está sumido en una terrible depresión, no come, no toma agua, apenas hace sus necesidades y no sé ha bañado, sólo esta recostado en esa enorme cama de sábanas negras y cobijas verdes, embriagandose del delicado aroma de su amado y admirando los estantes con libros ordenados, los closet con ropa, el techo que se mueve mostrando (curiosamente) la explosión de una súper nova una y otra vez.

Frigga se mantiene en su propia habitación, la habitación de los reyes, sé concentra en su bordado de nubes sentada cerca del balcón con el ventanal abierto mirando la lluvia caer de vez en vez, su rostro es apacible pero oculta el dolor de una pérdida tan grande, come a veces, duerme poco y por las noches llora mucho. Odin es el encargado de vigilar a ambos, el también sufre y aunque quisiera poder sentarse a llorar no puede hacerlo, debe ser fuerte para su esposa e hijo, para un pueblo devastado por las acciones del menor de los príncipes, debe reconstruir el Bifröst, Odin sabe que todo mundo lo odia y no puede culparlos del todo.

Sé culpa a sí mismo, con justa razón, de haber sido el principal causante de tanta desdicha para el menor, de no haberse centrado en otras cosas, de haber escuchado a su hijo, de no haber malcriado a Thor, tantas cosas pudieron haberse evitado...

Los tres se unieron sin saberlo en un mismo pensamiento.

"Sí tan solo pudiera traerlo de regreso, enmendaría mi error".

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Otra vez yo, con un nuevo proyecto por que así soy yo, empieza historias nuevas en vez de actualizar las viejas, ¡pero se que me adoran!

En fin, disfruten, este también es un short fic.