Sobre uno, Pagina uno

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No sé ni cómo ni cuando, pero ya no estás aquí.

De nada me sirve el seguir lamentándome tu perdida, le doy muchas vueltas al hecho mientras observo en este estrecho autobús a cada persona que va subiendo, inventando distintas historias a medida que las analizo, ese hombre viene de una larga jornada de trabajo;la mujer se quito un anillo, lo más probable es que se dirija con una especie de amante; ese chico deprimido, vaya hombre, le han roto el corazón dejandole con una rosa marchita entre sus manos, creo que un corazón roto sería lo ultimo que le desearía a alguien ahora que comprendo esta sensación de vació en mi pecho, ¿la razón? te he perdido hoy, mi amor. Te fuiste sin dejar un adiós por detrás y me pregunto donde estás o qué estarás haciendo, pero no me llega una respuesta a mis dudas.

Llego a mi pequeño hogar después de trabajar, donde el ambiente es más gris de lo que esperaba, donde las dudas aumentan y los sentimientos crecen cada que te adentras más y más con cada objeto que veo de camino a mi habitación. Ese sillón que fue testigo de tantas películas, esa cocina en la cual se prepararon los más dulces y exquisitos momentos, estas escaleras que fueron el camino a un lugar donde solo existíamos tú y yo, esta habitación que era nuestro mundo, ese balcón donde las estrellas brillaban tanto como tus ojos, ¿pero sabes algo? te lo has llevado todo junto a ti, porque te he perdido hoy, mi amor.

Cambio mis prendas y me coloco una cálida pijama que me cubra lo suficiente de este frió invernal que a la ciudad acaba de llegar y acto seguido decido acostarme para dormir sin antes haber cenado, doy vueltas por mi cama, perdió totalmente la comodidad, termine mirando al techo y de la nada unas gotas cayeron en mi rostro -¿sera una gotera?- me pregunte a mi misma, pero no hay lluvia afuera. Lagrimas, eso eran esas frías gotas en mi rostro, lagrimas. Mientras ellas seguían brotando una imagen tuya apareció en mi mente.

-Te he perdido el día de hoy, mi amor. Te perdí y no te encontré - salio de mis labios mientras cerraba los ojos dispuesta a descansar.

♠ ♠ ♠ ♠ ♠

Desde aquel día me pregunto en mi melancolía sin siquiera un ''Adiós'' pronunciar, cariño mío. Vivo durmiendo en la húmeda almohada cobijada por las dudas evitando ver la verdad, soñando con el recuerdo esperando no despertar y encontrar tu lado de la cama vació y frío, pero si siguieras aquí no te gustaría verme de esta manera tan deprimente y penosa, así que decido que con la poca fuerza que me queda minimamente sentarme a la orilla de la ahora amplia cama, donde las sabanas están revueltas, la habitación en la cual los rayos del sol se filtran delicadamente por el enorme ventanal a mis espaldas y chocaban en la pared, bajo la mirada donde veo ambas sandalias una alejada de la otra, después dirijo la vista a mi mesita de noche. Todo ahí seguía normal, la lampara, el movil, un par de golosinas o mas bien la envoltura de estas, una pequeña libreta y un sobre.
Entonces me detuve, y pense "esa carta sobra aquí", con ligera curiosidad tome el sobre entre mis manos, no tenia estampilla, ni datos sobre ella; únicamente se encontraba escrito al frente de esta la siguiente leyenda: "leeme, por favor".
Las ganas de leer dicha epístola me carcomian por dentro, abrí el sobre ligeramente y encontré un par de hojas con ambos lados repletos de palabra, estaba confundida hasta que me percate de la letra. Dios mio, era tu letra y de eso estaba segura. Tu tenías una forma especial al escribir donde la combinación de cursivas era magnifica, ademas de que tú escribías con esa elegancia inigualable que tanto te caracterizaba, pero podía notar algo extraño entre esas "O" y "a" que veía fugazmente mientras analizaba los papeles.
Sin pensarlo dos veces empece a leer la primera hoja dejando de lado el sobre:

Antes que nada, mi amor, te pido perdón.
Perdón por haberte dejado atras sin antes haberte avisado, sé que debido a ese acto tan egoísta has pasado unos días bastantes grises, por eso te pido perdón.
Vivo viajando, no te puedo decir hacía donde me dirijo debido a que te conozco lo suficiente para saber que serias capaz de atravesar el mar con tal de estar junto a mi. Pero una cosa está clara, no puedes salir de mi mente, te mantengo en mis pensamientos y aún conservas contigo mi corazón. Yo estoy aca pero los sentimientos y emociones se quedaron haya, haya donde tú estás.
Amor, vivo extrañándote desde aquel día de mi partida donde simplemente salí de aquella habitación y huí, cada cosa me recuerda a ti y todo lo que hicimos sin más, me lastima sin más en lo profundo del corazón donde te mantienes viva y alegre. Veo a las parejas tomadas de la mano y recuerdo esos paseos que teníamos en aquel maravilloso parque, les tengo envidia.

Vivo con esa horrible sensación de que ya no podre volver a tomar tu rostro entre mis manos al mismo tiempo que te beso en esos labios carmesi sabor cereza que tanto me encantan; ya no podre sostenerte de la cintura mientras me mirabas con picardia y tampoco durante esas noches frias que estan pasando podre delinear una venus con mis dedos bajo la luz de la luna, donde el frio no existe y el calor va creciendo.

"Honey" recuerdo que ese sobrenombre me gustaba para ti, miel en español pero cariño puede ser la traducción.

Detengo mi lectura y coloco las hojas a un lado de mi para después con ambas manos sujetar mi rostro. Estoy, yo... no lo sé, me encuentro ante un mar de emociones en el cual no sé si sentir alegría debido a que recibí una muestra de vida por tu parte; o tristeza por el simple echo de que me lastima el no tenerte aquí, esa poca vergüenza que siempre has tenido vuelve al hogar de la manera más cruel posible, regresas moviendo el piso y el mundo sin pensar un poco en como después de un tiempo reaccionaría ante tal acción, eres...

-¡Eres un imbecil!- grite con toda la fuerza que tenía resguardada en mis pulmones para caer de espaldas sobre el inmenso colchon y tapar mi rostro con mis manos mientras sentía como lagrimas brotaban por milesima vez a lo largo de estos días. Pero aún con ese nudo en la garganta algo más salio de mi boca. -pero, aún así... te amo- y una sonrisa dolida nacio en mi rostro en un par de segundos al mismo tiempo que la salada agua curzaba su camino a traves de mis enrojecidas mejillas y alargados labios ese amargo sabor que a veces venía acompañado de una extraña dulzura al momento que invadias mi mente, y, mientras mi respiración entre cortada se mantenía volví a sentirme y retomar esa lectura entre tinta y papel bañado en lluvia de tristezas.

Recuerdo aún la primera vez que te vi, ante los demás eras otra en la sociedad, una persona, alguien que iba de pasada a lado de ti pero para mí... para mí eras (y sigues siendo) una luz, tenía la sensación de que los rayos del sol se podían fundir a tu cuerpo y tú seguir luciendo esplendida, mantenía la idea de que por las noches la luna brillaba para ti y cada estrella era para ti. Pensaba que eras una especie de ninfa ocultando su grandeza y belleza entre la multitud con apariencia de una más que pisa este mundo mortal al que llamamos tierra; recuerdo esa mañana de otoño donde el viento movía tus cabellos con delicadeza y las hojas ya marchitas tocaban cada parte de ti con suavidad mientras hacías su caída más ligera al suelo, recuerdo esa mirada al sol de la mañana donde los rayos quedaban tontos ante la alegria que dislumbrabas y, amor, podría continuar hablando de ti pero creo que tú nunca supiste qué paso en mi mente, mi corazón, mi ser.

Interrumpí la lectura nuevamente, ya no podría soportar una vocal más en está paginas cuando aún me faltaban otras tres. Decidí dejarla en ese buro desordenado donde mis objetos se encontraban reposando para finalmente ponerme de pie y agradecia que este día fuera un fin de semana, sin labores, pero más importante: Sin ti a mi lado, mi amor. Este ya no sería un fin de semana alegre y lleno de calidez incluso cuando el clima frio e invernal se apodera de la ciudad como justo ahora está pasando pero de una u otra manera se colo en mi interior, donde tu ausencia duele más.

Cartas a un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora