Eran aproximadamente las dos de la tarde, y hasta ahora no de despegaba del campo en el que trabajaba, desde las siete de la mañana se levantó para trabajar. Era un infierno, mientras sus hermanos estudiaban, ya tenían pareja o ya estaban casados, trabajaban en el lugar de sus sueños. Él estaba destinado a estar en esa granja que nunca quiso, siempre la detestó, era vieja y estaba muy lejos de toda civilización. Pero sus padres le decían todo el tiempo que con el tiempo le gustaría estar alejado de todo, la primera vez que se lo dijeron fue a los diez años, y ahora con sus veinte años aún piensa lo contrario. Y era peor, porque él era quien mantenía a sus padres viejos, ellos gozaban en sus cómodas camas con cobijas de lana mientras él hacia todo el trabajo.
"Esta noche ya no voy a estar aquí, no voy a extrañar a nadie", esos eran sus pensamientos, se quitó el sudor de la frente y dejó de arar, lanzó con odio la herramienta fuera del campo y caminó hasta llegar al almacén, dejó todas las herramientas en su lugar mal acomodadas y se cambió la ropa,por algo bastante simple. Salió del viejo almacén de madera y fue a su casa, entró y fue directo a la cocina, agarró una manzana del frutero y fue a sentarse en uno de los incómodos sillones de la sala, sus ojos se comenzaron a cerrar poco a poco, estaba devastado. Pero el sonido de un motor lo asustó.
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In The Forest
Fantasy"Hasta que no la agarres con tus manos, hasta que no te quemes la garganta tratando de tragarla mientras sus raíces se extienden por tus venas y succiona lentamente tu sangre. Tus ojos arderán pero no se quemaran por completo." "TUS MANOS SE QUEMARÁ...
