Porno graph ...

Mi sueño y el destino

Narra Yoshiatsu

Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que nuestros caminos se cruzaron. Mis sueños se han cumplido y los de ella se han destruido.

A pesar de mis logros, tristemente se cae a pedazos lo que solía contarle con tanta emoción a esa dulce mujer. Fuimos dos sujetos más en este camino llamado "destino".

Los cigarrillos duran tan poco, a comparación de todos los recuerdos que vienen a mi mente. Pero la pregunta es ¿Cómo llegué a este punto?. Al punto de reflexionar de mi pasado y de contarlo de forma tan melancólica. Es aquí donde comienza el triste viaje hacia aquella inocencia...

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Un Yoshiatsu joven e inexperto de la vida, acababa de terminar la escuela superior en su ciudad de orígen. Mis planes eran poder formar una banda y llegar a estar a la altura de las bandas j-rock de ese entonces. Me apasionaba poder escribir canciones y componer algunas melodías. Mis letras lo eran todo, me veía al espejo y me imaginaba en un escenario, cantando con todo mi ser. Era mi más grande sueño en ese tiempo. Mis padres querían que estudiará la universidad, pero preferí buscar mi propio camino en la música. Era claro que mis padres no me apoyarían totalmente en mis decisiones y que un sueño de esa categoría me iba a costar mucho trabajo. Pero acepté el reto y fui en busca de ese sueño.

Decidí trabajar en pequeños negocios por mi vecindario, logrando juntar algunos yenes, para vivir en Tokio. Muchos me decían que no iba a sobrevivir sólo en esa ciudad, tarde o temprano me comerían las deudas y terminaría abandonando el mundo de la música.

Trabaje muy duro en bares del centro de Tokio, era camarero o si no, intendente. Lo que hubiera disponible, era aceptable para poder pagar el alquiler y prepararme para presentarme a una disquera. El sueño parecía inalcanzable cuando pasó un año y notaba que no llevaba muchos avances. Estaba frustrado.

Un día llegó un grupo de 8 chicas al bar. Se notaba que querían divertirse después de un arduo día de trabajo. La mayoría de ellas eran bastante extrovertidas. Tomaban, reían, cantaban y disfrutaban cada cerveza. La noche era su momento de felicidad. Estaba limpiando una mesa que quedaba a pocos metros de las chicas. No pude ignorar a una de ellas. Era tímida, reía muy poco y la cerveza que tenía en la mano, seguía llena. Me llamo la atención su cabello largo y negro. Era muy pálida y sus ojos parecían un poco tristes en ese momento.

Fue interesante la imagen, pero era obvio que no podía verla por mucho tiempo. Me alejé y seguí trabajando. La hora de cierre había llegado. Las chicas estaban pérdidas en alcohol, excepto la chica de hace unas horas. Mi jefe me indico que debería avisarles que estábamos por cerrar. Por lo que me acerqué a ellas.

– Disculpen la molestia, pero estamos a punto de cerrar. Por lo que les pido amablemente que puedan retirarse — Exclamó Yoshiatsu.

– Lamento la demora. Sólo que estamos esperando al hermano de una de mis amigas. El nos llevará a casa, y no veíamos conveniente esperarlo afuera. Y menos con el estado de ebriedad de mis amigas. Espero lo entienda, sólo deme 5 minutos más — Respondió la joven tímida .

– Lo entiendo. Sólo deje lo consulto con mi jefe — Responde Yoshiatsu, y prosigue a preguntar a su jefe.

Lo consulté con mi jefe. No parecía de acuerdo con la proposición de la chica, pero no le quedó más remedio que aceptarlo. Con la única condición de que me quedara a cerrar, ya que él tenía que irse rápido, a causa de que faltaban unos minutos para que pasara el último tren en la estación central.  Me sorprendió lo que dijo, porque yo también usaba el metro para trasladarme a mi departamento. Tampoco tuve más remedio que aceptarlo. Me jodí los planes que tenía al salir del trabajo con haber consultado la petición de la chica con mi jefe.  Sabía que tardaría una hora en regresar a pie a mi casa. Pero así eran las cosas, lamentablemente.