El principio del fin.

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Anthon era un chico que vivia bajo el cuidado y educación de sus padres, eran estrictos, religiosos y extremistas. Siempre estuvieron al tanto de que su hijo viviera bajo estos fundamentos, nunca le preguntaron qué era lo que quería él, cuáles eran sus sueños y sus ambiciones, sólo querían que fuera recto en sus desiciones. A pesar de todo esto Anthon amaba a sus padres incondicionalmente.

Su padre, Dan, trabajaba para el ejercito imperial y su madre Cleo, trabajaba en un laboratorio especializado. Los dos trabajaban fuera de la ciudad, Blueville.

En la primaria, Anthon no tuvo muchos amigos, sus padres le prohibían relacionarse con  personas que no se encontraran a su nivel. Él no sabía lo que esto significaba, toda su familia, sus descendientes, eran millonarios, pero él no entendía el porqué la gente menos afortunada eran llamados "pobres", era un término que odiaba, siempre creyó en la igualdad, nunca se lo dijo a sus padres pero siempre tuvo ese pensamiento presente.

Un año más tarde, Dan y Cloe decidieron retirar a su hijo de la escuela y contratar instructores sin tener que salir de su casa."El mundo real era un peligro y la gente no tenía cultura ni valores", todos los días sus padres se lo decian, él sólo miraba por la ventana y veía a todos sus amigos disfrutando del verano, su único entretenimiento eran un par de libros de como triunfar en la vida y una biblia sagrada, que su madre le había  regalado a los 5 años, constantemente hacía burlas de las reglas contenidas en el primero mencionado, se preguntaba cómo era posible que una persona siguiera reglas inútiles, sin sentido y jamás se diera la oportunidad de vivir enserio. Cuando leía la biblia sagrada, siempre se dirigía a Apocalipsis era su libro favorito, su forma de interpretarlo era exacta, cuando Lo hacía constantemente un escalofrío recorría su espalda, siempre tuvo el sueño de vivir el Apocalipsis y ser del ejército en el Armagedón, luchar contra demonios y bestias poderosas, siempre se veía como un guerrero apocalíptico, -si sus padres supieran esto, lo mandarian donde el padre para hacer un exorcismo inmediato.

Una noche sus padres llegaron con una caja gigante bien decorada y se acercaron hasta la recamara del menor.

Dan- Después de todo es tu cumpleaños número 10.

Anthon: ¿Gracias?...

Era inusual este tipo de palabras para el menor, claramente sus padres le daban toda clase de lujos, pero él que más deseaba era su amor.

Anthon apresuradamente abrió la caja, mientras sus padres lo observaban con una falsa sonrisa que se podía notar a leguas. Al abrir la caja fue aún mayor la sorpresa que se había llevado Anthon, era, era... Un televisor, para cualquiera sería normal, pero Anthon nunca supo qué era uno, Cómo se utilizaba o en qué consistía, sus padres nunca le permitían ver la televisión, porque pensaban que su cerebro se podía dañar, pese a todo esto para el menor esto era una gran dicha, por fin podría saber un poco más del mundo real.

No tardo mucho en instalarlo a su pared y conectar la antena, era hábil, apresuradamente pidió ayuda a sus padres para encender el aparato. Cuando empezo a ver imágenes, una gran sonrisa se dibujaba en su cara, pero cuando las imágenes fueron más claras su sonrisa se desvaneció. Al parecer el único canal que proyectaba el televisor era el de la santa iglesia... Anthon, decepcionado se acercó a sus padres para darles un abrazo.

Anthon- Gracias, ha sido el mejor regalo que he recibido hasta la fecha.

Su padre lo aparto de él rápidamente (de un empujón) 

Dan- Sabes perfectamente lo que pensamos acerca de las muestras de cariño

Cloe- Hasta luego Anthon, nos veremos en 24 horas.

Last HopeWhere stories live. Discover now