La intranquilidad surca los mares de mi mente, la tristeza me sumerge en un mar de pena y dolor.Me hundo, cual piedra que desciende en el océano, lentamenteme desvanezco, como un papel en las llamas y su fulgorMiles de sentimientos revolotean a mi alrededor, como si fueran mariposas en torno a una flor.La culpa propia de esta situación, me carcome por dentro y me llena de desesperación.Y es que este marinero sin experiencia alguna, se enfrenta a un denso y oscuro mar, con la esperanza latente de que al entrar, salga con mucha premura.No tendré mas, que mi fuerza de voluntad. Nadie mas que yo, podrá este barco montar. Pero se que no estoy solo, aunque eso haga pensar. Se que Jehová, su ayuda me brindará.con esto no intento, ni un poquito de lastima dar. Y es que este marino, no necesita a nadie mas. Los vientos que muevan este barco, vendrán de Jehová, y ninguna tormenta, hundirme podrá.
