Inicio y Fin

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Dilema del erizo


En un frío día de invierno, una manada de erizos se juntan para resguardarse de la helada gracias a su propio calor, amontonándose unos encima de otros. Pero sucedió que se pincharon entre ellos y el dolor fue tal que tuvieron que separarse rápidamente, con lo que otra vez sintieron frío. Así que entre el peligro de morir de frío o de hacerlo por el dolor que se infringían mutuamente con sus espinas, acabaron encontrando la distancia correcta, aquella que les permitía no morir de frío y no hacerse demasiado daño, de manera que el frío y el dolor fuese soportable.


Cuanto más cercana sea la relación entre dos seres, más probable será que se puedan hacer daño el uno al otro. Sin embargo, sin acercamiento se vive el dolor de la soledad.


  Arthur Schopenhauer.(1851)




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En lo más alto de un rascacielos, se encontraba sentada una mujer sobre el borde de este. Lucía de una edad media, de veinticinco o veintiséis años. La noche había caído sobre la ciudad, y las luces ya alumbraban la mayoría de las calles y de los edificios. Algunas lámparas titilaban perezosamente, y cientos de luces neón sobre los edificios los hacían parecer más pintorescos. La mujer miraba el cielo. Por alguna extraña razón las estrellas se podían ver más claramente, aun cuando la contaminación lumínica de la pequeña ciudad era suficiente como para hacerlas desaparecer el resto del año, aunado el smog que producía la ciudad. Esa noche, las estrellas brillaban con su incandescente calor. Era una hermosa noche

(Tan hermosa como para morir).

Pensó la triste mujer. Tristes lágrimas corrieron por sus mejillas cayendo al vacío.
Usaba un suéter con capucha, el cual cubría su cabeza. De su cuello salía una pequeña correa de la cual estaba sujeta una cámara, era una cámara instantánea marca Polaroid modelo Sun Autofocus 660. Aunque no estaba nueva, por las condiciones en las que se encontraba no lucia tan mal.

La mujer parecía sostener una foto instantánea en su mano izquierda. En la foto se podía ver ella abrazando a un chico de escasos quince años. Se miraban como una pareja feliz y sin embargo también se percibía un sentimiento de amor.

Húmedas y tristes lágrimas continuaban cayendo al profundo vacío. La mujer hecho un último vistazo a la fotografía, suspiro profundamente y se puso de pie sobre la orilla del rascacielos. Extendió sus brazos y miro las estrellas por última vez

—después de todo, tendremos que empezar todo esto una vez más.

Terminadas sus últimas palabras, se dejó caer al vacío acompañando sus lágrimas. La foto, continuo volando lejos de ahi, perdiendose entre las obscuras calles.


A las afueras de la ciudad, en medio de la noche, un chico de quince años despertaba de su sueño. No sabiendo que esa noche no podría dormir. No sabiendo que la historia se volvía a repetir una vez más.


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⏰ Última actualización: Jul 15, 2019 ⏰

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