VICTORIA
Estaba en la fiesta de fin de año, por fin había acabado un año lleno de regímenes con la comida y ejercicio físico a las cinco de la madrugada, por fin había terminado, ni yo me lo creía. Deje el vaso en la mesa a mi lado y me arregle la coleta, no me había dado tiempo de peinarme pero sabía lo bien que me veía incluso si rodaba por el estiércol. Estaba pensando en eso cuando un brazo me rodeo los hombros con tan poca fuerza que no me costó mucho saber quién era.
-Cariño ¿porque no estas bebiendo?- El olor a licor de su aliento era francamente intenso.
- La única que bebe aquí eres tu Mandy- Rodé los ojos ante su mueca de falsa vergüenza y la estabilice antes de que cayera de trasero frente a todos, estarían más de felices de ayudarla a levantarse pero me había acostumbrado a cuidar de su dignidad cuando podía.
-Vamos por una copa- Su risa tronó con fuerza como siempre, aparto su flequillo rubio de sus ojos para poder caminar conmigo, recibí unos cuantos saludos y halagos por mi pobre vestimenta y cuando por fin alcance la otra fuente de champagne, Mandy se arrepintió para irse con uno de sus pretendientes y me dejo sola.
Me bebí de igual forma la copa de champagne con un gran puchero de cría de seis años y me quede parada esperando que ningún estúpido se acercara a pedirme bailar, debería haberme traído un libro.
-¡MIERDA!-Di un grito de sorpresa, había guardado mi celular en la parte baja de mi sostén y este estaba vibrando provocándome el salto de mi vida, lo saque dándole las espalda a todos y mire la pantalla, número desconocido.
-Whiten- Apreté el teléfono en mi oído con fuerza para poder escuchar el otro lado de la línea, un traqueteo y una respiración agitada y llena de nerviosismo.
-¿Victoria?-
-¿Doctor Lucas? Hace mucho no hablamos ¿qué sucede?- El Dr. Lucas era todo lo que se podía esperar de algo contrario a House, de una ética intachable, a veces se comportaba como un idiota pero era gracioso, hoy en cambio, parecía desesperado.
-No tengo tiempo, necesito que vengas al hospital, es urgente.-
-Pero yo...- me trague las palabras cuando me hizo callar, le hubiera gritado si no hubiera sido tan frenético e insistente.
-¡Es urgente, la espero!- Corto la llamada antes de que pudiera responderle, pero que me buscara en un día festivo era tan extraño en él que me hacía sospechar, mantuve la calma tratando de pensar en que querría decirme, como no se me ocurrió nada más que una invasión extraterrestre o una bomba me acerque al Jefe de la Sección de Balística, sabía que él iba ayudarme.
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-NO- Abrí y cerré la boca sin poder decir nada ¿acababa de decirme que no? Dios, este mundo está mal, así que sonreí como una verdadera snob ¿qué más quería? Trate de poner la pose de chica angelical pero solo rodo los ojos y le dio un sorbo a su Martini.
- Lo único que le estoy pidiendo es un arma de servicio-
-¿Y te parece poco?- Siempre fui una de las mejores en su clase, esto era realmente injusto, me metí las manos en el bolsillo del abrigo y le sonreí casi con suplica reflejada, no saldría de Quántico sin una arma con que defenderme.
-Por favor, la llevare con cuidado, solo será por algunas horas ¿por favor? Solicitare algunas credenciales.-
- Ya te dije que, espera ¿Dijiste credenciales?- Para tener más de treinta años de experiencia en el campo de la FBI seguía cayendo en pequeñas frases distractoras, era mi oportunidad.
- Si, las credenciales, tengo que viajar a Ohio y con ellas puedo portar el arma y conseguir un viaje de última hora ¿Comprende?- Lo medito unos segundos rascándose la barbilla con cortos pelitos de un día, imaginaba el problema que sería no llegar esas benditas credenciales.
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LOCOS POR MATAR
Science Fiction'Nuevo virus- Urgente' Escóndete donde puedas. Autoras Gorelia Bernad Lissarizz Angela Contreras Manuela Arias SoraGaban Rose Andresen