Me gustaría decir que me levanto con los hermosos rayos del sol colándose por mi ventana, pero no estaría mintiendo más, por qué drásticamente no se puede, escucho como la alarma de mi teléfono resuena sobre mi mesa de noche.
Lo tomo y arrojó mi iPhone X contra la pared,abro un ojo con toda la pesadez que puedo, juro por lo que más amo en este mundo que es mi Lamborghini rojo último modelo que no vuelvo a tomar nunca.
Sonrió ante la idea de que eso no se lo cree ni mi madre.
Escucho unos golpes en la puerta e intento no prestarle atención y volver a dormir cuando escucho la vos de Aurora y unos tacones resonar en mi habitación dándome a entender que ella acaba de entrar como dueña y señora de la casa.
—No te hagas Keidy se que estás despierta–dice con exageración clara en su voz.
Simplemente en respuesta, con todo el amor del mundo levanto mi mano y le muestro mi hermoso dedo corazón, mientras aún mi cara está recostada en la almohada.
La escucho bufar sonoramente y de un momento a otro siento como alguien me empuja de la cama y aunque es bastante grande no se como mierda logro caer de bruces al suelo.
—Levantate Keidy, necesito hablar muy seriamente contigo además necesito que me hagas varios favores- dice demasiado sería no me gusta hacerla enojar pero fue ella que llegó a mi casa a levantarme como la mierda–En 30 minutos te quiero abajo.–dice sin más y sale.
La veo como sale del cuarto moviendo ese gran trasero que es lo que más la hace notar entre todas las hermanas Palvin.
Ella hasta enojada desborda senxualidad y elegancia esa perra tiene tanta suerte.
Me levanto con pesadez y me dirijo a el lugar donde cayó mi teléfono haber si aún funciona, lo enciendo y veo que está todo normal.
Recuerdo que Aurora dijo que debía estar abajo en 30 minutos y hago lo de siempre de lunes a viernes.
—¡VICTORIAAAAAA!–Grito y se que aunque mi casa es una mansión en el lugar que sea que esté escuchó mi grito.
Después de algunos minutos veo como llega aturdida a mi habitación.
Amo a Victoria con todo mi corazón y se que ella me ama a mi.
Katya y ella son las únicas amigas reales que tengo, aunque se gane la vida siendo mi asistente, se que tiene mucho para dar y se que muy pronto se querrá independizar de mi y eso me duele en el alma.
—Keidy solo me puedes mandar un mensaje de texto no gritar como una loca.–dice sonriendo sé que le encanta que haga eso porque los demás trabajadores de la casa se asustan mucho.—Ademas Kanye y Aurora están abajo con tus sobrinos y al escucharte enloquecieron... están intentando calmar a los niños que aún deben estar llorando.
Eso obtiene por despertarme a las 12 de la tarde.
—Victoria por favor dile a Tokyo y Ariel que vengan en este momento, ya que tendré que salir a hacer quién sabe que cosas a Aurora.— me da un asentamiento y le entrego mi teléfono casi nunca lo utilizo, solo cuando quiero tomarme una foto o hablar con alguien por videollamada, casi siempre es ella que lo tiene, le digo como tomarme las fotos, cual postiar, a quien tiene que escribirle y que exactamente tiene que responder.
¿Eso es o que hace una asistente personal no? Además de ser mi mano derecha en todo momento.
Entro a mi cuarto de baño me despojo de mi pijama Versace que tanto amo,
entro a la regadera, me baño muy rápidamente y cuando terminó sobre la cama está lo que Victoria escogió para que me pusiera hoy ella es muy buena en esto, además estudio modista.
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Bitch, I'm Keidy
RandomNo sé qué quieres que te diga, soy una perra fabulosa, con eso creo que ya te debes imaginar el resto. Quieres saber cómo es la vida de una multimillonaria de solamente 20 años, que es caprichosa, engreída y que no sabe que es el amor. ¿Porque no la...