El Dios del engaño [Thorki]

Capítulo tres

Una semana había pasado desde que hablaron con Odín, Loki se mantenía en su habitación por la orden del rey, a palabras de este "Los Asgardianos aún no están listo para ver nuevamente a Loki" prefería una y mil veces estar encerrado en su cómoda habitación a estar en los calabozos. En una de esas noches se transformó en un guardia para salir y poder ir a la biblioteca, tomó unos cuantos libros que le serían de ayuda en su plan, necesitaba saber como lucia y se comportaba una mujer embarazada. Estuvo leyendo toda la noche y al amanecer estaba listo para hacer lo que debería con tal de tener asegurado un lugar en el palacio.

Le dio una última mirada a la página dónde podía ver la ilustración de una mujer en sus primeras semanas de gestación, colocó sus manos sobre su estómago entonces un destello verde pudo notarse, no sintió ni vio ningún cambio, por lo que frunció el ceño ¿lo habría hecho mal? Imposible, el nunca fracasa, al menos que intentase gobernar el mundo favorito de Thor. Después de eso decidió regresar a su habitación, retomó su apariencia y al cambiarse la ropa por algo más cómodo se dispuso a descansar. Para su maldición apenas pudo dormir un par de horas cuando alguien tocó la puerta, se levantó y se quedó pensando ¿Debería abrir? Escuchó la voz de Thor por lo que se levantó de la cama y fue a quitar el seguro para abrir la puerta, del otro lado se encontraba Thor sosteniendo una bandeja llena de comida, Loki se hizo a un lado para que el rubio pudiese ingresar.  Hace tiempo que no tenía un desayuno decente, su estómago rugió como un león hambriento.

La habitación contaba con un espacio para tomar los alimentos (el de Loki siempre fue más pequeño que el de Thor) la bandeja fue dejada sobre la mesa, el mayor tomó asiento frente a Loki, le sonrió, realmente parecía emocionado de verle y estar con él.

—Hoy te ves más radiante —Loki rodó los ojos, ahora tendría que aguantar a su molestoso hermano mayor... La palabra hermano hizo que le dieran ganas de vomitar —. He hablado con padre para anunciar nuestra boda lo más antes posible, no es justo que estés encerrado en tu habitación

Mientras que el Dios del trueno hablaba Loki se sirvió un poco de fruta junto a los que parecían ser unos panqueques, seguramente obra de Thor, en midgard había escuchado sobre ellas, al llevarse un pedazo de dicho panqueque casi quiso llorar de felicidad, el sabor dulce mezclado con la miel era simplemente exquisita. Masticó y tragó listo para responderle a Thor.

—Mi habitación es como el paraíso, estoy de acuerdo con padre de todo, además, aún no estoy listo para ser señalado con el dedo

Loki pudo notar al rubio algo inquieto, por lo que estaba seguro que pronto diría alguna estupidez. Y estaba en lo cierto.

—He estado leyendo sobre la gestación y me gustaría saber en que semana te encuentras

Los ojos verdes de Loki recorrieron el rostro de Thor, este mantenía una pequeña sonrisa entre sus labios, su mente trabajó con rapidez para argumentar una respuesta, por suerte se había informado la noche anterior, con toda la seguridad dio su respuesta.

—Primer trimestre, en esta etapa la mayoría de las mujeres suelen ignorar el hecho que están gestando un bebé en su interior, sin embargo, con mis dones es algo que se puede saber desde el primer día —Thor lo miró de forma alucinante, sus ojos azules brillaban como si estuviera escuchando la mejor historia sobre la guerra—. Quita esa cara, pareciera que acabas de escuchar sobre un gran descubrimiento

Thor simplemente rió, se dedicaron a desayunar en silencio, al menos se demoraron unos quince minutos, al terminar Thor recogió todo para llevárselo y antes de salir se disculpó con un "Los entrenamientos me tienen ocupado" Loki sonrió levemente porque agradecía que el rubio se retirara. Por su parte estaba dispuesto a volver a la cama pero fue interrumpido por un fuerte malestar en su estómago, se llevó ambas manos y se tocó la zona, antes de decir algo corrió hacia al baño para vomitar en el escusado, al vaciar todo el estómago tiró de la cadena, se maldijo internamente, había olvidado el pequeño detalle de su hechizo, sentiría las mismos síntomas que una embarazada, entonces supo que el hechizo de anoche había funcionado. Su rostro se contrajo, eso significaba que un par de semanas (si no es que días) su peso se vería afectado, de tan sólo pensar en ello sintió enojo, pero se tranquilizó, todo valdría la pena sin embargo una pregunta rompió toda la paz que sentía respecto a su perfecto plan ¿Qué haría cuando sea el dichoso día del nacimiento? se las tendrá que ingeniar para que Thor desista de permanecer a su lado durante el parto, con un poco de suerte podía hacerse de un bebé, cualquier doncella aceptaría dinero a cambio de hacerle un enorme favor, como por ejemplo gestar un bebé por él, se felicitó a si mismo, no había manera de que sus planes fallaran.