No hay imposible

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Era su gran oportunidad, era su momento, debía dejarlo todo en aquel escenario, por fin demostrarle a todos que seguía siendo tan bueno como antes, y que no había prueba tan grande que él no pudiera conquistar. Que ni aun con todo el odio, la envidia y las conspiraciones en su contra se iba a amedrentar. Ya había pasado por el fuego, por el desierto, y vaya de qué manera supo enfrentarlo.
Muchos podrían llamarlo una desgracia, algo muy lamentable; y aunque pudiera ser así, para Joan no fue el fin del mundo. Al final pudo entender que después de todo quizá fue necesario pasar por aquel trago amargo para darse cuenta de su valentía, de que debía pasar por un proceso y que todo en la vida se consigue con sacrificio y esfuerzo.

Joan lascar era un joven apasionado, lleno de muchos sueños y aspiraciones, con un gran corazón y talento que lo llevaría lejos; al menos eso era lo que decía su hermano.
Le encantaba la música y desde pequeño se enamoró de un acordeón, un instrumento representativo e insigne de su tierra que estaba lleno de una historia rica y vasta que lo atrajo desde el primer momento.
Su familia era humilde, pero con muchas ganas de salir adelante. Sus padres lo apoyaron desde el inicio al igual que su hermano mayor Ian, en quien todos fijaban su mirada debido a sus grandes habilidades, su inteligencia y su forma de pensar muy particular. Lo consideraron un prodigio desde niño, y era querido y admirado por todos. Lo cual dejó a Joan bajo la sombra de su hermano mayor.
Sin embargo él no lo despreciaba ni lo odiaba por opacarlo inconscientemente, la mayoría de las veces le molestaba que siempre hablaran de su hermano Ian como el mejor, como la persona que les daría una nueva vida y que incluso las demás personas siempre lo notaran más que a él. Aunque algunas veces se sentía solo e ignorado, él nunca dejó de esforzarse por demostrar lo que podía hacer, a pesar de que no siempre le iba bien en la escuela como a su hermano, Joan trataba de dar lo mejor de sí.
Sus padres lograron comprarle el acordeón luego de un tiempo de estar recolectando y buscando el dinero con mucho sacrificio. Su profesor de música Louis Diaz accedió a enseñarle después de que Joan le insistiera por un buen tiempo desde que lo escuchó por primera vez tocar el acordeón en un festival.
Joan logró poco a poco dominar el instrumento y sorprendió a su profesor en la manera cómo lo hacía.
Fueron muchas horas dedicadas a su amado instrumento, lo cual hizo que sus padres y los demás empezaran a notarlo y a ver lo bueno que era al momento de tocar. Se sentía bien de que empezaran a apreciar su talento y a escuchar lo que podía hacer. Ya tenía con qué competir contra su hermano y demostrarle a todos que él también podía. Pero Ian siempre veía en Joan algo especial, le agradaba su caracter y determinación. Quería ser ese hermano que estuviera ahí para él, porque sabía lo que podía sentir Joan cuando lo ignoraban, cuando lo dejaban a un lado; podía ver en él cómo aveces se frustraba al escuchar solo halagos de su hermano mayor y que de el solo dijeran cosas negativas. Por eso Ian se prometió apoyar a su hermano menor y estar ahí para verlo crecer y triunfar.

A medida que iba adquiriendo mayor capacidad en su instrumento, Joan comenzó a presentarse en festivales vallenatos gracias a la motivación que le dio su profesor, sin embargo aunque lo hiciera bien, no podía ocupar un primer lugar. Joan se ponía molesto y por momentos dudaba de sí mismo y de su talento, pero Louis le enseñó que esas cosas pasaban en los concursos, que muchos padres hacían lo que fuera por ver ganar a sus hijos y por eso sobornaban a los jurados para que de alguna manera llegaran a ocupar siempre el primer lugar.
Era algo injusto, pero nada se podía hacer en medio de una sociedad en la que predominan los que más tienen.
Empero, Joan quería demostrar que la rosca se podía vencer con talento, y así se lo propuso.
Siempre tenía el apoyo de su familia y su maestro, quienes lo defendieron varias veces cuando se enfrentaba a sus contrincantes dentro y fuera del escenario. Joan logró acumular varios enemigos debido a sus palabras combatibas pero tan verdaderas, las cuales dirigía a los hijos de papi y mami que compraban los festivales. Esto ocasionó varias enemistades, pero logró ganarse el apoyo del público y de las personas que lo escuchaban.
Fueron muchas las veces en las que ganaba la rosca, pero él nunca dio un paso atrás. Al fin había conseguido dejar de ser la sombra de su hermano mayor, el genio universitario. Al fin había conseguido la aprobación y el reconocimiento de sus padres y de la gente. Ahora solo quería cumplir su sueño a como de lugar.

Lo que nunca se imaginó era que sus sueños se iban a ver truncados de tal forma. Uno de los jóvenes contra quien siempre competía en los festivales, quien sobornaba a los jueces y le tomó gran envidia y odio a Joan, estaba decidido a dejarlo por fuera de la competencia.

A pocos meses del gran festival vallenato que se realizaba anualmente, Joan tuvo un lamentable "accidente" en el cual se vieron afectados sus manos y brazos. Su familia y amigos estaban muy preocupados y dolidos por lo que le había sucedido. Sin duda fue un golpe sorpresivo y muy duro para todos.
Sus heridas no eran tan graves, pero según los médicos él no podría recuperarse para entonces, ya que había sufrido varias fracturas y golpes en sus extremidades.
Joan sintió que sus sueños se desmoronaban, y que por lo que tanto había luchado empezaba a verse como un imposible.
Su familia, su maestro y las personas que lo apoyaban, todos estaban indignados y lamentados por lo que había sucedido, y por momentos llegaron a pensar que todo había sido planeado por las personas que lo querían ver derrotado.

A pesar de todo lo que había sucedido, la familia de Joan y su maestro se propusieron a ayudarlo y apoyarlo en todo lo posible. Cada día se disponían a subir su ánimo, a motivarlo, y a convencerlo de que no todo estaba perdido. Que siempre debemos levantarnos y aprender a vencer los obstáculos, aunque nos duela, aunque sea dificil, aunque nos lleve tiempo, sudor y lágrimas; siempre hay una luz al final del camino. Su hermano Ian estaba decidido a acompañarlo, se prometió así mismo apoyar a su hermano y siempre estar para él.
Y fue gracias a todo el apoyo de sus familia, y sus amigos que Joan se levantaba cada día con su esperanza y sus sueños intactos, como un guerrero que lucharía hasta el final y que lo daría todo por recuperarse y ganar el festival.

Después de un arduo trabajo y tratamiento para recuperarse y poder tocar el acordeón en el gran festival, Joan logró recuperarse antes del tiempo establecido por los médicos, lo cual les demostró a todos el gran esfuerzo y la valentía que tenía.

Es así como al final pudo llegar justo a tiempo al concurso, en el último instante subió al escenario y dejó sorprendido a todos en la manera cómo se había recuperado. Muchos decían que estaba loco, que terminaría peor de lo que estaba, que había perdido su habilidad, y que no daría la talla ante la gran exigencia que demandaba tal festival. Murmuraban entre ellos y se creía que aunque tuviera la voluntad, no podría competir como antes, que solo se iba a avergonzar ante todos.

Lo que ellos no sabían era que Joan no era una persona común como pensaban, no sabían todo por lo que tuvo que pasar y aprender para poder llegar hasta allí. No sabían todo lo que podía hacer, y que su actitud, su capacidad y sus pensamientos eran más fuertes que los problemas.
Quizás lo que sucedió fue necesario para aprender a levantarse una vez más, tal vez solo fue un hecho lamentable; pero sin duda Joan estaba allí para demostrar que nada es imposible.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2018 ⏰

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