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Las vidas de las personas son extrañas. O eso era lo que pensaba Luis todos los días al pasar ya varias horas en la tienda de autoservicio. Faltaba una semana para el inicio de clases y ya había acomodado su horario para poder trabajar las tardes también. Necesitaba el dinero para comprar la nueva batería eléctrica que tanto quería y anhelaba. Pero el trabajo a veces era bastante aburrido, su única diversión en todo ese día, por ejemplo, fue el ver al Señor Borowski ebrio tratar de encontrar el cambio exacto para pagar una bebida.

Habían llegado ya las 22:30, su hora de salida, y solo estaba esperando a la chica que hacia el turno de noche cuando un extraño personaje entro en el local. Llevaba un cubrebocas blanco, como los que usan los asiáticos, unas gafas de sol muy obscuras, una gabardina negra larga, que le llegaba a las rodillas y lo que más destacaba de él, llevaba el cabello peinado hacia arriba, con los colores negro y rojo brillante perfectamente teñidos. Entró y se fue directamente al área de bebidas alcohólicas.

Su aroma a humo y café. [Zellei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora