-Amnesia-

17 1 0
                                    

En el aún inalterable ambiente de la habitación del hospital, Lucas podía oír las voces justo detrás de la puerta con una extraña claridad. La voz angustiada y algo confundida de una pequeña niña y la calmada, casi resignada, de una mujer adulta.

Había frases llenas de por qué y no entiendo, pero Lucas no estaba prestándoles mucha atención. Él no quería, ni necesitaba realmente, escuchar esa conversación.

Desde que había despertado en esa cama demasiado blanda para su gusto, su cabeza era una auténtica pizarra en blanco, y había demasiados ojos que no podía reconocer mirándolo atentamente, no estaba de humor para escuchar algo más, la verdad.

El mundo ya era lo suficiente confuso, aun estando en silencio, en su estado actual.

-o-

Hubo un accidente.

O al menos eso era lo que le habían dicho. Él había estado conduciendo su coche aquella noche, regresando a casa del duro trabajo y hubo un accidente.

Al parecer dicho accidente le había causado la rotura de un brazo, dos costillas, una peligrosa y seria herida en su cabeza, y nueve días en coma. Había sido una semana y media difícil para su familia y amigos, por lo que había entendido, pero una vez que finalmente había despertado, pronto fue claro que lo peor aún no había pasado.

Su primera frase había sido "¿Dónde estoy?" Acompañada de una expresión áspera, un suspiro aliviado y unos profundos orbes escarlatas le observaron intensamente, estos habían brillado en lo que Lucas reconoció como pura y absoluta felicidad.

"¿Quién eres?" Fue su segunda pregunta tan sólo un momento después de la primera y aquella felicidad que se había reflejado en el rostro de la morena había mutado a un profundo dolor y miedo en tan solo un parpadeo.

Había sido horrible.

Lucas ni siquiera conocía a la mujer, ni siquiera estaba seguro de quién se suponía que él debía ser, pero supo que, si había una cosa que no podría soportar ver una vez más en la vida, eran esas mismas fracciones pintadas con tanto dolor, como él acababa de causar simplemente por...no recordar.

No podía recordar nada en absoluto.

La morena quiso hablar, abriendo la boca y cerrándola después de intentarlo un par de veces más, pero sin resultado alguno. Cualquier nuevo intento fue detenido por un hombre moreno que estaba a su lado.

"Hazte a un lado, Abby". Una profunda voz le había ordenado, empujándola a un lado con un ademán seguro, tan pronto como la morena había salido de su rango de visión. Lucas sintió a su corazón llorar. De dolor.

Aunque no sabía el por qué.

Era un sentimiento terrible, como dejar algún tipo de adicción que no sabía que la había adquirido, no sabía el cuándo o el cómo satisfacerla, ni siquiera estaba seguro a qué era adicto, pensar en ello hizo que su cabeza latiera dolorosamente.

El hombre moreno había apuntado una luz en sus ojos, primero al izquierdo, luego al derecho, y por último suspiró y preguntó "¿Sabes quién soy?".

"Un doctor", Lucas había respondido, apuntando sus ojos azules a la bata blanca que el otro vestía, y entonces éste había rodado sus ojos refunfuñando.

"Me refería a mi nombre, ¿me conoces?"

No lo hacía.

No conocía al doctor, ni a la mujer morena al lado de él, no podía recordar quien era la mujer de los ojos claros, como tampoco algo del hombre alto y rubio o al del extraño chico de cabello cían.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora