capítulo 1

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La soledad puede ser una buena compañera;claro,si sabes tratarla. La soledad es como un bebé; mientras le des comida y no la olvides, seguirá ahí. Siendote fiel a todos los años de tu vida.
A mis 22 años,la soledad ha sido mi fiel compañera la mayor parte de mi patética vida.

Al principio como estudiante de intercambio me tocaba adaptarme a un idioma que no era el mío y donde los estudiantes tenían la maña de tratar mal a todos los extranjeros,mi caso no fue la excepción. Así que mi única amiga era la soledad.
Crecer toda tu vida en un internado no es muy bueno y mucho menos si tu estadía es por tiempo ilimitado, pues te terminas acostumbrando a pasarte todo el rato solo.

Al graduarme de mis estudios de maestro de arte en Francia; un país hermoso y lleno de arte en todo lo que mires. Decidí quedarme ahí, y aceptar el cargo de maestro de latín en lo que fue mi instituto.

Como parte de mi servicio muchas veces otros estudiantes extranjeros vienen a mi hogar a quedarse por falta de habitaciones en el instituto. Mi casa queda a unas cuadras de el mismo,por lo cual no se me dificulta mucho llevar y traer a mis alumnos,la mayoría siempre mujeres.
Ahora mismo en mi hogar mantengo a una estudiante de España,llamada Amelie; una chica robusta de pelo morado,con un odio hacía el mundo y a todo lo que viva en él. ( incluyéndome) el desagrado es mutuo. Pues aquella chica desde el momento que llego no ha parado de causarme problemas,a mi y al instituto,por lo cual la escuela a decidido mandarla de vuelta a España, por sus malos comportamientos y bajas calificaciones.
Su partida no significa nada más, ni nada menos que otro alumno o alumna vendrá a mi hogar a ocupar su lugar,lo cual será en pocos días.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2019 ⏰

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