PROMISE

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Junmyeon suspiró mientras observaba cómo el objeto de su inspiración se empezaba a llenar de turistas. La Fontana de Trevi era sin duda uno de los monumentos estrella de Roma y todos los días sin excepción pasaban miles y miles de personas para admirarla, hacer fotos y tirar monedas sin ton ni son a sus aguas.

Miró el boceto que había realizado aquella madrugada, decidiéndose finalmente a guardar sus lápices y levantarse de su asiento justo en frente de la fuente. Pero una moneda llegó de repente a sus pies.

-¡No! -escuchó a un chico exclamar en un claro chino.

Junmyeon se agachó para coger aquella moneda de un euro que parecía totalmente normal y corriente como para que alguien tuviera la urgencia de aquel chico que llegaba corriendo entre la gente. Se detuvo frente a Junmyeon, encorvándose un poco para recuperar su respiración.

-Toma -respondió Junmyeon en un pulcro chino, observando curiosamente al preocupado chico.

El propietario de la moneda entonces levantó la mirada y captó su mirada, quedándose ambos en un pequeño silencio.

-Gracias... -respondió el chico inclinándose un poco en una venía de agradecimiento- ¿Eres chino? -preguntó de repente un tanto sorprendido, ya que no había caído hasta ese momento que estaban hablando en su idioma.

-No, coreano, pero sé hablarlo un poco -respondió Junmyeon encogiéndose de hombros.

Entonces el chico le sonrió de una manera que a Junmyeon le pareció encantadora, ese hoyuelo quedando marcado en su cabeza instantáneamente.

-¿Entonces crees en la leyenda de esta fuente? -preguntó ahora Junmyeon, todavía hipnotizado por aquella sonrisa, queriendo verla unos instantes más.

-Hum -asintió el otro de forma alegre- Aunque esta moneda la lanzaré de parte de mis abuelos, que como no pueden venir me han pedido el favor de hacerlo por ellos -explicó sin ningún reparo, mirando con emoción la moneda entre sus manos.

Junmyeon soltó una pequeña carcajada sarcástica. Por supuesto que un chico encantador como aquel iba a creer en aquellas fantasías...

-¿Tú no? -preguntó un tanto confuso y desanimado el chico. Junmyeon se pateó mentalmente por provocar que esa sonrisa se fuera.

-Simplemente me parece una forma de recaudar dinero -se volvió a encoger de hombros- Aunque tengo que valorar que lo que sí me atrae es su belleza -dijo echándole un pequeño vistazo a la fuente.

-¿Por eso la estás dibujando? -preguntó el chico de nuevo, más animado, inclinando su cabeza hacia un lado para poder ver mejor el cuaderno que Junmyeon llevaba en su mano contra su cadera.

-Bueno... Es un pasatiempo al que no le puedo dedicar mucho tiempo, siempre vengo al amanecer o antes incluso para que no haya mucha gente y no perder tiempo del resto del día -explicó mientras observaba su boceto con un gesto indiferente.

-Pues parece que te importa -afirmó el chico mirándole de nuevo a los ojos y con gesto serio, como si pareciera realmente importarle sus gustos.

Junmyeon se quedó sin palabras. Nadie nunca le había conocido lo suficiente como para saber su amor secreto por la pintura; sin embargo, este chico desconocido lo había hecho sólo con observarle.

-Kim Junmyeon -se presentó, decidiendo por pasar de largo aquel oportuno comentario. Pero pareció que al otro no le importó el corte de tema, porque volvió a sonreírle con aquel hoyuelo que comenzaba a encantarle y le estrechó la mano que Junmyeon le ofrecía.

-Zhang... -pronunció siendo interrumpido de repente por un chico en la distancia.

-¡Yixing! -gritó- ¡Vamos! ¡Te habíamos perdido!

ONE SHOT - SULAY - PROMISEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora