Chocolate y Rosca de Reyes
INGREDIENTES:
2 libras cacao Soconusco
2 libras cacao Maracaibo
2 libras cacao Caracas
Azúcar entre 4 y 6 libras según el gusto
Manera de hacerse:
La primera operación es tostar el cacao. Para hacerlo es conveniente utilizar una charola
de hojalata en vez del comal, pues el aceite que se desprende de los granos se pierde entre los
poros del comal. Es importantísimo poner cuidado en este tipo de indicaciones, pues la
bondad del chocolate depende de tres cosas, a saber: de que el cacao que se emplee esté
sano y no averiado, de que se mezclen en su fabricación distintas clases de cacao y, por
último, de su grado de tueste.
El grado de tueste aconsejable es el del momento en que el cacao comienza a despedir su
aceite. Si se retira antes, aparte de presentar un aspecto descolorido y desagradable, lo hará
indigesto. Por el contrario, si se deja más tiempo sobre el fuego, el grano quedará quemado
en gran parte y contaminará de acrimonia y aspereza al chocolate.
Tita extrajo sólo media cucharadita de este aceite para mezclarlo con aceite de almendras
dulces y preparar una excelente pomada para los labios. En invierno se le partían
invariablemente, tomara las precauciones que tomara. Cuando era niña esto le causaba gran
malestar, pues cada vez que se reía, se le abrían sus carnosos labios y le sangraban
produciéndole un intenso dolor. Con el tiempo lo fue tomando con resignación. Y como ahora
no tenía muchas razones que digamos para reír, no le preocupaba en lo más mínimo. Podía
esperar tranquilamente hasta la llegada de la primavera para que desaparecieran las grietas.
El único interés que la movía a preparar la pomada era que por la noche vendrían a la casa
algunos invitados a partir la rosca de Reyes.
Por vanidad, no porque pensara reírse mucho, quería tener los labios suaves y brillantes
durante la velada. La sospecha de estar embarazada no la hacía sentirse como para tener la
risa a flor de labio. Nunca pensó en esta posibilidad al consumar su amor con Pedro. Aún no
se lo comunicaba a él. Esta noche pensaba hacerlo, pero no sabia cómo. Qué actitud tomaría
Pedro y cuál serla la solución a este gran problema, lo ignoraba por completo.
Prefería tratar de no atormentarse más y procurar desviar los pensamientos de su mente
hacia cosas más triviales como la preparación de una buena pomada. Para esto no hay como
la crema de cacao. Pero antes de ponerse a elaborarla era necesario que dejara listo el
chocolate.
Cuando el cacao ya está tostado como se indicó, se limpia utilizando un cedazo para