A''S AndroidS - I. Amy y Andrew

Libro Primero | Capítulo 1 | Esos Ojos Misteriosos

CAPÍTULO 1

ESOS OJOS MISTERIOSOS

Lunes 25 de Septiembre del 2079
06:00 Hrs.

El joven Andrew Alexander Anderson se levantó esa mañana de Lunes de su cama, a eso de las seis. Como de costumbre encendió el enorme aparato de televisión de su alcoba, y escuchó con casi nulo interés las noticias del día.

Lo que sí despertó su curiosidad fue el reporte de una reciente erupción, ocurrida a miles de kilómetros de donde vivía, en unas islas volcánicas. «¿Qué tiene de raro una erupción allí?» se preguntaba, hasta que la reportera anunciaba que aquellos volcanes estaban inactivos desde hacía décadas. "No es común —afirmaba un especialista invitado— que se den esta clase de resurgimientos volcánicos, así de la nada, en una isla como ésta. Especialmente, porque fue así, de la nada, que el volcán se activó y dejó un desastre de tal magnitud". Andrew se extrañó, no era un entendido del tema, con suerte un aficionado. Pero ello no evitó que sintiese un ligero escalofrío por todo su cuerpo, al pensar en cómo la vida de él y la de muchísimos otros, había cambiado cuando la tierra dejó de ser la misma, a raíz de muchos de estos cambios que surgieron casi de manera repentina y sin una explicación coherente, que dejara a todos tranquilos de que algo así jamás volvería a pasar nuevamente.

Pero Andrew no sabía que, aquél extraño suceso, cambiaría su vida para siempre.

Como muchos otros días, para Andrew, ese Lunes era un día tan normal como otros en su rutina diaria. Luego de bañarse, terminar de ver el noticiaro y comerse un emparedado, salió de su hogar en dirección a su trabajo. Eran las ocho, y a él siempre le gustaba llegar una hora antes, especialmente los Lunes, porque siempre tenía muchas cosas que hacer, y aunque el tiempo le sobraba, prefería aprovecharlo. A pesar de dejar todo listo y ordenado, cada tarde de Viernes (dado que era un fiel defensor del descanso dominical, y ello incluía no pensar en nada del trabajo los fines de semana), aún así, casi por arte de magia, una misma cantidad de labores se aglutinaban y le llegaban de sopetón cuando la semana nueva comenzaba.

Con todo eso, a Andrew le encantaba hacer lo que hacía.

Andrew trabajaba en la prestigiosa InnovaTechs, una famosa compañía de servicios y tecnología, la mejor en el rubro, y cuya oficina se encontraba en la torre más alta de la ciudad, en el último piso, con una vista panorámica excelente. Al ingresar al edificio de la empresa, en el recibidor, uno veía al costado cinco puertas de corredera con botones y números. Eran los elevadores. Dos de ellos conducían a los pisos pares, el otro par a los pisos impares. El último, el quinto elevador, conducía directamente a la oficina más alta, la del gerente de aquella empresa, no deteniéndose en ningún otro piso que no fuese la planta base y el último piso. Para él era muy conveniente, dado que tal elevador se dirigía a esa oficina en no más de diez segúndos, un récord considerando los 450 pisos que tenía el enorme edificio.

No se notaba a primera instancia, normalmente porque nadie pensaba que alguien de casi 25 años fuese el gran mandamás de aquella prestigiosa empresa, pero así era. Siendo su fundador y, desde hacía poco accionista mayoritario (dada su reciente participación en la bolsa de valores), Andrew poseía la oficina más grande de todas, la cual abarcaba en casi su totalidad el último piso de la torre. Era una circunferencia total, a la cual se accedía por unas escaleras mecanizadas que lo conectaban con la parte baja del piso, donde normalmente, tras un mesón, atendía su recepcionista y secretaria personal, la señorita Marin Higgs. Marin, desde su posición, siempre veía los números cambiantes de los elevadores, y era quien recibía las llamadas dirigidas a Andrew, por motivos de reuniones o porque había un problema que solo él podía solucionar, en uno de los pisos inferiores. Higgs era el brazo derecho del joven en muchas ocasiones, y ésta apoyaba fielmente a su Jefe, en todo lo que fuera. Ya eran las 18:40, y normalmente subía a esa hora al despacho de Andrew.