hey

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Changkyun despertó con el deseo de que su día fuera tranquilo. Claramente eso no era posible si vivías en el centro de la ciudad, en donde las personas andaban de aquí para allá con sus rostros que no denotaban felicidad si es que estaban solos, pero aún así, casi siempre despertaba con ese deseo.

''Si viajo con una pequeña sonrisa y una energía positiva, es probable que todo salga mucho mejor''

Era lo que pensaba.

A veces se recordaba así mismo que no debía estar tan serio porque daba miedo y aparentaba ser mayor de lo que era y eso no le gustaba mucho.

Por suerte sólo era un estudiante y no tenía que trabajar, porque si no ya andaría con ojeras y el humor por los suelos imposible de cambiar.

Ese tipo de pensamientos hacían que su día mejorara porque su actitud terminaba siendo buena.

''Sólo tengo que viajar y llegar a clases'' Se repitió en voz baja mientras veía llegar al transporte que lo llevaría. El tan conocido tren que tomaba casi todos los días. Aunque a decir verdad, estaba un poco nervioso porque era un día especial. Debía entregar varios trabajos importantes, por lo cual, debía cuidar todo lo que llevaba en su carpeta.

Como era de esperarse, el tren no estaba muy lleno pero tampoco tan vacío. Sin embargo, sabía que en la próxima estación bajaría -y subiría- mucha gente asique tenía que ser rápido para quedarse con un buen lugar, ya sea parado o sentado.

Pero para su desgracia, no había ningún lugar disponible asique esperó paciente a que esa caótica estación llegara, o más bien, que ellos llegaran a ella.

Parpadeó unas cuentas veces mientras veía a la gente bajar. Le pareció ver un asiento libre asique literalmente se escabulló entre las personas para llegar allí, no sin antes ver que no hubiera alguien a quien ofrecerle el asiento.

Una vez que se sentó, pudo oler una fragancia dulce y llamativa. Se sintió bien eso. Su humor podía cambiar así como sus pensamientos cuando olía algo que le agradara.

Buscó su celular para escuchar música y así poder entretenerse un poco antes de llegar. Pero de un momento a otro sus ojos se sintieron un poco pesados. Un bostezo llegó a él y se cuestionó si realmente había descansado lo suficiente. Pero todo estaba tan cómodo, tan agradable, tan cálido, que no podía evitar sentirse a gusto y relajar su cuerpo. «Comodidad... Te odio» Pensó con fastidio.

Existían días en los que no tenía sueño en absoluto, quizás porque tenía un examen muy importante, o simplemente porque había dormido bien. Pero también estaban esos días en los que su cuerpo o su mente gritaban ''cansancio'' y lo expresaban a través de su cuerpo, o sus párpados pesados.

''¡Lluvia!'' Exclamó en cuanto escuchó el viento fuerte. Le gustaba la lluvia.

Ya había bajado del tren, y curiosamente alguien estaba junto a él.

''¿Eres tonto, o qué?'' Escuchó al instante. Era un amigo suyo, Yugyeom. ''¿Sabes que tus hojas pueden mojarse, verdad?'' Preguntó, metiendo su paleta a la boca.

Eso hizo que se diera cuenta de ello asique su corazón empezó a latir más rápido.

''¡¡Ah, mis hojas!!'' Sintió tanto miedo que en un intento por cubrir su enorme carpeta, hizo que terminara cayendo, haciendo que varias hojas también cayeran al suelo. Se quedó estático por un rato largo. Todo a su alrededor giraba y sólo podía escuchar la risa de su amigo. Todo el trabajo que había hecho estaba allí en el suelo, empapándose por completo.

Estaba arruinado.

El semestre ya lo daba por perdido.

Y entonces, sintió que tocaban su hombro.

''Hey...''

''¡Ahh!'' Lanzó un grito que no supo si se había escuchado bajo, o alto como para llegar hasta Ecuador.

''Disculpa, te quedaste dormido...'' Escuchó la voz de alguien que no era su amigo. Y claramente confirmó que la horrible situación que había vivido bajo la lluvia, había sido un sueño.

O mejor dicho, una pesadilla.

''¡No era real!'' Gritó, más para sí que para la persona que le había despertado. Se quedó unos segundos así, pero después empezó a sentir todo su rostro caliente. Podía sentir cómo algunas personas le miraban, pero él estaba concentrado en la energía a su lado.

El silencio inició de repente, y aprovechó para mirar a la persona que le salvó de tener una crisis mental en el mundo de los sueños -pesadillas-.

Sus labios se abrieron, analizando aquella expresión.

No aparentaba pasar de los 23 años, labios rellenos y con un color lindo, unos ojos preocupados y una nariz peculiar. Así como la suya.

Lindo.

Pero no se atrevía siquiera a preguntarle cuál era su nombre, y en lugar de eso, pidió disculpas.

''¿Me quedé dormido? Lo siento...'' Bajó la mirada, intentando recordar cómo es que lo hizo. «Fuck» Maldijo en inglés. Lo hacía cuando estaba muy avergonzado. Y es que la sola idea de haberse quedado dormido en su hombro, o peor, dejar caer su cabeza en una zona que podría dejar libre imaginación, le hacía sentir ganas de irse corriendo de allí.

''Te quedaste dormido aquí'' Señaló su propio hombro, confirmando su suposición. Pero al ver una pequeña sonrisa en él, no le dio tiempo a prestarle atención a sus orejas calientes.

Mordió su labio inferior, regresando su vista al frente lentamente. No era capaz de levantar la mirada o mirar a su alrededor. Nunca antes le había pasado algo así, y no es como si se involucrara mucho con alguien en público. Razón suficiente para querer con su carpeta esconderse de todo el mundo.

Después de un minuto, pudo relajar sus hombros porque de reojo vio que el muchacho dejó de observarlo. También estaba aliviado porque sus hojas estaban en perfecto estado, tal y como los había dejado una hora antes de salir de su casa. En esos momentos, esas hojas lo valían todo para él.

No supo cuánto tiempo estuvo así, pero empezaba a sentir que aunque quisiera, era incapaz de levantar la mirada. El sueño quería apoderarse de él nuevamente.

Fue entonces que el tren se detuvo, y sintió que alguien tocaba su hombro.

Era él, de nuevo.

''Mantente despierto. Tu estación pasará y te perderás'' Fue lo que dijo, una vez estaba de pie. ''Hasta luego''

Fue lo último que escuchó, pero lo último que vio le terminó por dejar hipnotizado o en estado de shock. A esas alturas era lo mismo.

Esa sonrisa le hizo sentir un cosquilleo que arrasó fuerte así como aquella fragancia que confirmó que aquél llevaba puesto, haciendo que después de un minuto, una sonrisa tímida apareciera en su rostro.

Y pasaron unos segundos cuando se dio cuenta de algo.

«¿Hasta luego?...»

No fue hasta ese momento que leyó en qué estación estaba. Corrió hasta la puerta logrando pasar sin que le aplastara.

Después de recuperar el aliento, incorporó su cuerpo haciendo que levantara la mirada.

''Probablemente'' Fue lo que murmuró con una sonrisa, empezando a caminar de nuevo.

stay awake || wonkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora