óleo.

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Sus ojos no eran verdes, eran de un tono miel que se aclaraban al ser tocados por el sol, se volvían aun más dulces. Me hiso dudar por un segundo haciéndome pensar que tal vez no me gustaba tanto, era el mismo pensamiento que me rondaba siempre haciéndome calmar este deseo irreprochable pero luego por razones desconocidas terminábamos juntas, solas y en lo único que podía pensar era en cuanto quería besarla, tocarla. El arrepentimiento llegaba cuando ella se iba y en su lugar llegaba un pesar que me hundía y me gritaba sordamente que no había razón para aferrarme a ella.
La conocí en la escuela, nos volvimos tan cercanas en poco tiempo, teníamos tantas cosas en común y era agradable el solo hecho de estar a su lado, convertía todo menos solitario.

-Tu y yo nos entendimos muy bien.
-No lo dudo.

Irradiaba una confianza total, hacia que las cosas fueran mucho más fácil, no volví a tener ningún ataque de ansiedad por no encajar en ningún lado por que sabía que no estaba sola.
No recuerdo que día me di cuenta de que ella era preciosa pero el pensamiento se apodero de mi mente.

-Le gusto a Azul.
-¿Cómo lo sabes?
-Ella me lo ha dicho.

El pensamiento de que tan bella era Azul debió venirse abajo cuando supe que gustaba de Rojo. Debió pero no lo hiso si no que se hiso cada día más grande alimentándose de todos los momentos que pasaba junto a ella. Rojo y Azul eran la pareja perfecta excepto por dos razones 1)No eran pareja 2)Rojo no gustaba de Azul. No como yo, estoy segura. Se lo tomo tan de sorpresa que lo único que quería era cumplir con los deseos de Azul para no lastimarla, sin embargo lo hizo en distintas ocasiones.

-No sabe lo que quiere, ni siquiera sé si le gusto ¿Le gusto?
-No ha mencionado una palabra.
-Es encantador.

Azul parecía estar fascinada con la idea de ir detrás de alguien que solo le correspondía cuando se sentía solo o presionado.

-No quiero estar con Azul.
-Díselo.
-Ella lo sabe.

No, no lo sabía, ella creía que el aprecio era reciproco. Le dedicaba las sonrisas más perfectas e intimas que solo al verlas me hacían sentir tan amarga. Cuanto daría yo por que me sonriera así.
A este punto me daba cuenta que la quería tanto que no deseaba verla más lastimada, me había encariñado tanto con ella que lo único que quería hacer cuando la veía triste era abrazarla y mover medio mundo para que las cosas estuvieran a su favor.

-Me lo estoy pensando, es que mírala, es demasiado guapa
-Lo es - ¿No crees que yo me di cuenta de eso primero?
-Sus ojos verdes son espectaculares.
-No son verdes.
-Lo son.

La observe durante clase para comprobarlo. Eran miel, siempre lo supe. Esos ojos miel no deberían ser confundidos, deberían impregnarse en el corazón de cualquiera que los mire causándole adoración. No son solo sus ojos, es toda ella, es capaz de cambiarle el animo a cualquiera con su risa, esta llena de vida. De pronto dejas de cargar el peso del mundo en tus hombros por que sabes que Azul estará ahí para ayudarte a soltarlo.
Me mira observarla y me sonríe. He visto esa sonrisa en otro lugar.

Ambas decidimos ir por unas malteadas a la cafetería escolar antes de clase, nos sentamos en una mesa al fondo a beberlas. Nos quedamos en silencio y decidí romperlo de una manera que ni yo me esperaba.
-Me gusta una chica
-¿Se lo has dicho?
-No directamente.
-¿Quién es?
-Es complicado.
-¿La conozco?
-La verdad es que…
-¿Estudia aquí?
-No.
-Entonces no la conozco.
-No.
-¿Y le hablas?
-Por supuesto, somos amigas.
-¿Entonces cual es el problema?
-Sé que no tengo oportunidad con ella, quiere a alguien más… y es que es no tiene comparación. Me encariñe tanto con ella que me dije a mi misma que aun sabiendo que no le gusto haría todo por hacerla feliz y mantener las cosas a raya.
-¿Y ella siente lo mismo?
-Lo dudo totalmente.
-¿Le gustan las niñas?
-Aun no lo sé.
-Escúchame, no lo sabrás hasta le preguntes ¿Qué puedes perder?
-¿Mi dignidad? ¿Nuestra amistad?
-Si es una buena amiga, lo entenderá.
-¿Eres una buena amiga?
-¿A que te refieres?
-Estoy enamorada de ti.
Ella me miro por varios segundos hasta que rompió la tensión echándose a reír. Sentía como todo se iba lentamente a la mierda. Sin embargo, todo lo demás sucedió en cámara lenta.
-Creí que nunca me lo dirías
Tomo mi mano y entrelazo sus dedos haciendo que comenzaran a teñirse de verde. Esa fue su respuesta.

Sus ojos no eran verdes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora