You can let yourself go.

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Bebió del whisky color ámbar vertido en su vaso una vez más haciendo tintinear los hielos al chocarlos con el cristal, observando a través de su ventana JaeHyeong pudo percibir que las luces del vecino al frente estaban encendidas, aún con la cortina cerrada la leve iluminación podía reflejar la sombra de su silueta detalladamente. La música resonaba suave aquella noche, pero no lo suficiente como para pasar desapercibida.
Los movimientos de su cuerpo eran lentos, sin dejar de ser marcados, meneaba sus caderas de un lado al otro, sus manos siguiendo al compás el ritmo de la melodía.

Al parecer su vecino lo estaba pasando bien.

El chico al iniciar la canción estaba vestido, pero al terminar el primer coro comenzó a desprender los botones de su camiseta sutilmente, como una caricia.
Se vio a sí mismo con un grave problema en sus pantalones, su miembro palpitaba ansioso contra la tela de su pijama.

Había visto a WooSung un par de veces antes, cerca de la farmacia, cruzando la calle, entrando a su casa y saliendo de ella. El muchacho no era para nada feo, en realidad era la persona más atractiva que vio nunca. Con el cabello blanco y la línea de la mandíbula perfectamente marcada, con la altura perfecta y una mirada brillante.

JaeHyeong se estaba debatiendo en lo que debía hacer, masturbarse pensando en su vecino no parecía una buena idea ya que sería incómodo mirarle. Pero maldición, su pene se sentía a cada vez más apretado dentro de la tela y el hombre de la ventana se movía de una manera tan hipnotizante y seductora, lo dejaba sin aliento.

No le tomó mucho tiempo en tomar una decisión, cuando menos lo pensó ya se había colocado uno de sus abrigos y se estaba dirigiendo a la casa del frente.

Tocó un par de veces la puerta, esperando que el muchacho lo escuchase a través de la música aún encendida. Solo bastaron un par de minutos para que la puerta fuese abierta de nuevo, revelando el sonrojado rostro de su vecino, llevaba puesta sólo una bata cubriéndole, aumentando el deseo del menor por estar dentro de él. Se quedaron así, mirándose mutuamente durante algunos segundos hasta que Lee decidió hablar.

"Buenas noches WooSung, ¿No me invitarás a pasar?" Su voz sonó más picara de lo que pretendía, carraspeó un par de veces y sonrió amablemente.

"Oh, y-yo... estaba..." Quizo decir, observó al hombre frente a él, irradiaba masculinidad, sus ojos eran grandes y profundos que se clavaban en ti como dagas, observando cada movimiento y calculando el siguiente. Se veía tenso, como si estuviera escondiendo algo o conteniéndose. "Claro, pase"

JaeHyeong no lo dudó y entró como si fuese su propia casa. Era bonita, estaba limpia y ordenada, las luces estaban apagadas sin embargo algunas lámparas de piso creaban el ambiente perfecto para lo que harían esa noche.

"Tome asiento" Dijo el mayor cortésmente señalando el sofá. "Oh, que tonto ¿Quiere algo de beber?"

"Estoy bien, gracias" Dijo aún sin tomar asiento. WooSung hizo el amago de acercarse a encender las luces, pero su acción fue interrumpida por una mano en su muñeca. "No enciendas las luces" Susurró JaeHyeong sobre su oído, creando un escalofrío que le recorrió de pies a cabeza.

"P-pero..."

"Shhhh" Siseó aproximando su cuerpo al contrario y tomando al mayor por la cintura. "No las vamos a necesitar"

"C-creo que debería irse" Balbuceó entrecortadamente y con los nervios a flor de piel.

"No aún"

Inesperadamente el menor desvió sus labios hasta su cuello, comenzando a repartir lamidas y alguna mordida en las zonas erógenas. No sabía que hacer, se quedó quieto en su lugar, cerró sus ojos ante la agradable sensación, le gustaba. El menor besó aquel lunar que adornaba su cuello, sacándole un gemido vergonzosamente agudo.

Todo el miedo que sintió en algún momento lo abandonó, se dejó llevar por las descaradas caricias en su cintura. JaeHyeong tomó ambas mejillas entre sus manos, besando sus belfos vorazmente, delineando con su lengua su labio inferior. WooSung se dejó hacer entreabriendo un poco la boca, sintiendo la lengua del menor entrelazarse con la suya, acariciándose en una danza erótica, olvidando que estaba con casi un completo extraño.

Estaba completamente sensible, reaccionaba a cada roce y acercamiento, haciéndole delirar y jadear, mientras una corriente eléctrica recorría su cuerpo guiándola hasta el punto de su excitación.

Desprendiendo las ropas del azabache se guiaron juntos hasta la habitación entre besos y caricias, al llegar al lugar deseado JaeHyeong desprendió a WooSung de la única prenda que vestía, dejando a la vista su cuerpo desnudo. Relamió sus labios expectante, totalmente conmocionado por la perfección que era.

El menor estaba más allá de ser razonable, sin advertirle al menor metió su mano entre las nalgas de WooSung tanteando hasta encontrar la apretada entrada, recibió un gemido ahogado sobre sus labios. Ambos cuerpos estaban ya bañados en sudor sobre las sábanas, con sus miembros duros y palpitantes.
JaeHyeong trazó los pezones de Kim con su lengua, tirando un poco de ellos con los dientes y liberándolos mientras comenzaba a introducir un dedo en su interior.

El menor lamió su cuello pausadamente, entretanto fue introduciendo dos dedos más, metiéndolos y sacándolos de su interior deliciosamente.

"D-dios, sólo métemela ya" Balbuceó a penas por la sobre estimulación en su cuerpo, misma que le nublaba los sentidos y lo hacía jadear. JaeHyeong se alineó contra el anillo de músculos, ingresando en él de una sola estocada, sintiendo las paredes anales asfixiar su pene.
Gotas saladas mojaron el rostro del peliblanco, intentando relajarse ante la intromisión.

"Veamos qué tal te mueves"

Se miraron fijamente a los ojos, el azabache comenzó a penetrar al contrario aún sin apartar la mirada devoradora, cada estocada siendo más dura y golpeando fuerte en su interior dando en el punto exacto para hacerle gritar.

"Mierda" Gimió fuerte JaeHyeong, aumentando la velocidad y apoyando su frente contra el cuello del mayor, aspirando su aroma.

La habitación era el ambiente del completo placer, con el sonido de sus pieles chocando, los jadeos y gemidos haciendo eco en cada rincón.

Dando las últimas estocadas la espesa y caliente esencia de Kim golpeó sobre su abdomen, dejándose llevar sintió sus testículos tensarse, terminó por correrse dentro de Woosung. Se dejó caer sobre él para después salir de su interior y acomodarse a su lado, abrazándolo por la cintura.

Sin quererlo en sus mentes sabían que eso se iba a repetir.

Y WooSung no se arrepentía en absoluto de seguir el ritmo.

Move - JAESUNG/WOOJAE - O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora