Escape

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¿Por qué me tenía que pasar a mi?  Estos grilletes me estaban destrozando las muñecas pero me daba igual,  yo sólo pensaba una sola cosa: "escapar",  no sabía como,  pero lo conseguiría,  y cuando lo hiciera,  todo esos malditos bastardos sabrían con quien se estaban metiendo,  sentirían el miedo en sus propias carnes,  me vengaré,  "oh, claro que lo haré,  si" – pensé mientras dibujaba una sonrisa cínica en mi rostro,  sólo tenia que esperar a por ayuda,  no tardarian mucho,  o eso creía,  pasaron dias,  meses o años,  no lo sé,  pero cada minuto que pasaba en esa prisión oscura perdia esperanzas de rescate.  Llegué al punto de conformarme con la única salida y forma de escape,  la muerte,  y así fue,  esperé a mi muerte como un niño esperaba su regalo de cumpleaños, y juré volver. 
Al principio este lugar era un sitio desconcertante,  al llegar una luz  me cegaba los ojos... También recuerdo llantos,  sí... Llantos de un niño recién nacido,  pero no veía por ninguno por ahí,  hasta que mi vista se acostubró solo veia una especie de túnica blanca con sangre en ellas,  hablaban un idioma muy raro,  y una vez que mi vista se aclaró vi sus rostros,  me horrorizé,  eran criaturas muy parecidas a nosotros pero los ojos... Sus ojos parecian apagados,  sin vida,  pero más adelante esa angustia se pasó,  al ver a esa criatura tan hermosa,  también parecida a los anteriores,  pero estos ojos negros tenian algo que me reconfortaba,  su ilusión y alegria era contagiosa, me di cuenta de que estaban llorando,  pero no era de tristeza,  si no de emoción que contrastaba con su pelo alborotado y su  expresion de cansancio y esfuerzo,  cuando queria darme cuenta estaba en sus brazos,  mientras me miraba lloraba y a la vez decia cosas sin sentido para mi, también me di cuenta de que los llantos del niño habian desaparecido y estaba todo en calma.  Caí en el instante de que ese niño llorón era yo,  acababa de nacer,  y no muchos pueden recordar su propio nacimiento,  pero eso no es lo importante,  ¿verdad?  Desde que estoy encerrado en este mundo lleno de locos y atiborrado de injusticia,  he pensado la forma de volver.
Si alguien lee esto: Recuerda,  volveré,  me vengaré por el abandono,  y el miedo que he sentido yo,  lo sentireis vosotros en vuestras propias carnes,  y cuando acabe con eso,  tendré las tres coronas a mis pies.

La Corona RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora