Untitled Part 2

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Seis meses antes...

Había despertado abruptamente, las escenas vividas en el país del silencio no lo dejaban conciliar el sueño.

-No puedes dormir, verdad- Aquellos ojos verdes estaban ahí reflejando el fuego de la fogata. Se hallaba a unos metros de él, aquella mujer parecía velar el sueño de los presentes.

-No es fácil esta noche-

-Ven, toma un poco del té que he preparado-

-Y ¿tu?, no logras dormir-

-Mmm...-confundida dijo-me toca guardia, sabes-

El moreno callo en cuenta del error, maldiciéndose entre dientes.

-Oh vamos, no te hagas del rogar, hombre. Que tanta falta te hace una taza-

Suspiro-Esta bien- se sentó a escasos centímetros de ella, los miembros restantes de aquel grupo de shinobis dormían plácidamente, y metros más allá el resto de ellos que apenas y reconocía, seguramente eran refuerzos que llevo la rubia en caso de ser necesario.

Bebió a sorbos lentos aquel té ofrecido, uno de los ninjas había despertado, ambos shinobis junto al fuego dirigieron la mirada hacia este.

-Temari-sama, si gusta ir a descansar, inicio el relevo de guardia-

-Gracias, Shintani- la mujer se levantó- Oe Shikamaru, vayamos a revisar el perímetro- El mencionado pensó que sería lo mejor, dar una caminata nocturna para ver si conciliaba el sueño una vez más.

Ambos ninjas iniciaron el recorrido después de dejar algunas instrucciones al miembro de Suna. Su caminata era pausada, no hubo conversación y la noche era de lo más pacífica, algo que molestaba al domador de sombras, hacia unos días que habían iniciado su retorno a Konoha pero sus pesadillas por llamarlas así no dejaban de atormentarlo, diviso a la mujer del lado cuyo semblante era sereno. Volvió a dirigir la mirada al frente, la dama se percató desde el inicio de cada uno de los movimientos de su compañero.

-¿Y bien?-

-Esperaba que no me interrogaras, mujer-

Pasaron unos minutos antes de que retomaran la conversación, el silencio entre ellos no era molesto, él debía reconocer que en ese instante le reconfortaba su compañía, ¿desde cuándo?

-Lamento no cumplir tus deseos, pero percibo que algo te inquieta-

-Estas en lo cierto-

-Así que, habla de una vez-

-¿Por qué siempre tan agresiva?-

-Porque es la única forma de que ustedes los hombres hablen-

Sonrió de lado ante aquel intercambio de palabras para luego fruncir el ceño. Considerar contarle a alguien lo que surcaba en su mente hasta como se sentía no era algo suyo, siempre debían obligarlo cayendo en cuenta por primera vez ante...

- ¿Y bien? -

Ya estaba cansado hasta de suspirar- Ahh, no sé por dónde comenzar-se rasco la nuca y busco alguna respuesta que nunca llego al final- ¿alguna vez has tenido tanta presión que dejas de vivir? O ¿sentirte perdida y que tu entorno ni siquiera te deje disfrutar de estarlo? Bueno, me ha pasado desde hace un tiempo, trabajar en la reconstrucción del mundo Shinobi, la creación de la Unión...no es que me moleste al contrario creo que mi padre estaría feliz de ello-le dolió recordarlo.

-Mmm ¿y tú? -

-¿Yo?... Siento que es lo mejor que nos pudo pasar, confieso que dude muchas veces durante la guerra, cuando las probabilidades a favor eran nulas, ocasiones donde parecía que ganaríamos y salían nuevos conflictos, si no fuera por Naruto, los Kages, por mi padre...-

-Tu padre- dijo en un susurro recordando que fue parte del precio pagado por estar vivos.

-Sí, mi viejo... ni siquiera le pude llorar. - Su propia confesión le sorprendió, era cierto las cosas ocurrieron tan rápido que apenas pudo dar sepultura a su padre, mientras unos lloraban y sepultaban a sus fallecidos, él y otros reconstruían el mundo y forjaban en papel las alianzas obtenidas durante la guerra. Los días se hacían cortos y estresantes, como uno de los consejeros del Hokage Kakashi y posterior embajador debía hacer y revisar cada detalle, incluso viajar para la firma de los convenios. Sus siestas habían desaparecido, así como dejado de observar las nubes.

Intento buscar algún rastro de nubes esa noche, nada. El cielo estaba despejado dejando ver un sinfín de estrellas y constelaciones, no estaba tan mal después de todo esa noche. Prosiguieron con su revisión por otro rato más hasta que la mujer hablo nuevamente, no pudo evitar hablar demás esta vez.

-No vuelvas a intentar querer responsabilizarte de todo, como hiciste hace unos días. Sé que eres un shinobi más que capaz, pero olvidas que para ello existe una alianza, seguro pensaste que era mejor tratarlo personalmente ya que atentaba contra lo forjado. Aprende a deslindar obligaciones, a confiar un poco más en tus aliados, en tus amigos; temerás que salgan lesionados, pero no los subestimes, son shinobis también y mejor que nadie conoces sus habilidades. Incluso comparte tu sentir y pensar, que puedan leerte no es lo mismo, tus amigos te comprenderán hasta donde les sea posible pero realmente no sabrán hasta qué punto si no te abres. Y sobre todo aligeraras el peso que llevas sobre tus hombros.

-Lo sé, mujer...-

-Mmm...lo sabes, pero tu orgullo sigue siendo grande y eso pone en riesgo todo, estuviste a punto de sucumbir. Lo que te digo es porque eres alguien importante...-

El muchacho se detuvo en seco, su corazón se intranquilizo, lo sintió latir aceleradamente. La mujer se detuvo y sin voltear continuo...

-Y aunque no lo fueras, eres parte de algo...-

Continuo el joven su andar pasando de lado de la chica sin intención de detenerse.

-Mendokusei-

La chica sonrió ante la frase. Prosiguió su camino, una vez a la par con su compañero dijo-Sabes...-llamando la atención de este-sigues siendo un crío, -mostrándole su ya típica sonrisa.

Chasqueo la lengua-No fastidies-susurro resignado.

-Bebé llorón-enfatizando las últimas dos silabas.

-Ay! No puede ser- se detuvo una vez más. - ¡Ya supéralo!, es ¿qué acaso pretendes llamarme así toda tu vida? - Sólo recibió como respuestas risillas burlonas que conforme intento alcanzarla en pasos se volvieron carcajadas.

Oo00oo00oo00oo00oo

Esa noche logro dormir sin interrupciones después de mucho tiempo, ningún pensamiento referente al trabajo, a la guerra o lo ocurrido hace días se hicieron presentes, lo último que surco su mente fue lo placido que era ver el rostro de la rubia mujer mientras dormía.

La kunoichi había tendido su bolsa de dormir junto a la del shinobi, era el único espacio disponible cerca de la fogata, en otra noche la idea de dormir apartada del grupo hubiera sido la preferida, pero si el moreno volvía a tener pesadillas, debía estar allí. Ella tuvo pesadillas cuando mato a sangre fría por primera vez, el mirar a los ojos a su víctima mientras moría era algo que no la dejo conciliar muchas noches el sueño, si fue buena o mala nunca sirvió en realidad, y el hecho de estar entrenados, así como conscientes de sus roles como ninjas no los libraba en la mayoría de los casos, algo en ella le decía que el muchacho nunca había matado a un humano "normal" por lo que nunca conecto la posibilidad. Asimismo, con su rol de embajadora y concejal, la vida de ellos no era sencilla, pero era un sacrificio para la paz de otros. Una vez recostada cerró los ojos unos segundos que terminaron volviéndose minutos, había percibido el ser observada, no comprendió por qué seguía en ese estado, pero una vez que escucho una respiración pausada; se atrevió hasta entonces el abrir los ojos, el chico Nara ya hacia dormido de lado hacia ella, apoyándose de su brazo como almohada; lo contemplo por mucho tiempo hasta que la venció el sueño.



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