Estoy apretada con la pared, Will me tiene inmovilizada contra la pared. Lo primero que pienso es en el olor a chivo que tiene.
Rexona lo abandono.
-¿Will, que haces?
El no me contesta. Sus labios besan mi cuello. Por mas que trate de sacarlo de ensima no puedo, el tiene demasiada fuerza. Esto esta mal, siento nauseas y miedo a la vez. Tengo miedo de lo que va a hacerme.
-¡Ayuda!- grito. El me tapa la boca con la mano. Nunca me gusto que me taparan la boca, dejo escapar un gruñido.
-¿Que te pasa hermosa?- dice el. Tengo la sensacion de que Will, mi amigo se murio.
Me tiene tan apretada que la vista se me nubla. Sus manos suben y bajan por todo mi cuerpo. Ya no tengo fuerzas para gritar.
-Ay.- es lo unico que escucho y Will me suelta. Yo me caigo al piso y me abrazo las rodillas. Mi vision se vuelve normal, entonces lo veo.
Owen.
Owen estaba golpeando a Will con su palo de ciego. Esto seria gracioso si no fuera por lo que acaba de pasar. A Will le corre sangre por toda la cara. Me levanto temblorosa. Will se encuentra en el suelo.
-Ya basta- le digo agarrando a Owen por el brazo.
-¿Estas bien?- me pregunta Owen sin parar de golpearlo.
-Si, estoy bien, pero deja de golpearlo- mi voz suena exausta.
-No se lo merece.-dijo el chico ciego.
-Pero yo si.- le digo y el para.
Owen me agarra por el brazo. Nos vamos, cuando estamos casi a final de cuadra me pregunta:
-¿Tienes coche?
-No. Yo voy en colectivo.
Entonces recuerdo.
-Oh, mierda. Olvide mi bolso.
-¿Te acompaño a buscarlo?
-No. Esperame aca.
Camino hasta la puerta. La casa sigue llena de gente. Camino tratando de no chocar con nadie, no quiero otra pelea. Encuentro mi bolso en la barra, lo tomo y me doy vuelta para marcharme. Adelante mio hay una chica, la chica a la cual golpee. No me habia dado cuenta de lo bella que era. Tiene el pelo colorado y ojos grises. Su cara esta colorada.
-Oye- dice ella, su voz ya no esta bajo el efecto del alcohol- siento lo de recien, yo no soy asi. No se que me paso.
Parecia muy arrepentida. Sonrei, lo de la pelea despues de todo no fue lo peor de la noche.
-Yo tambien lo siento- digo yo. Ella sonrie. Su sonrisa es muy parecida a la de Will.
-¿Te gustaria ir el sabado conmigo a otra fiesta?- dice ella. Al parecer quiere ser mi amiga. No se como reaccionar, eso fue muy directo.
-Me encantaria.
Ella me paso su numero y yo el mio. Me fui de aquella casa, donde tenia tanto recuerdos malos como buenos.
Will me estaba esperando, con la luz de la luna su cara parecia aun mas bella.
-En la siguiente cuadra hay una parada de autobus- dije yo- si quieres puedes irte, ya hiciste bastante.
-No te dejare ir sola y menos con lo que acaba de pasar.
No discuto, el me hace sentir segura. Aunque suene ridiculo, me siento segura con aquel chico ciego.
El autobus apenas tarda unos minutos en llegar y nos subimos. Yo escojo los asientos de atras.
-Dijiste que eramos amigos.- dijo el, yo me sonrojo. Lo habia olvidado.
-Gracias por ayudarme.
El sonrie.
-Odio a esos tipos.
-Yo tambien.- dije y me quede en silencio.
El resto de viaje la pasamos en silencio. Cuando llegamos a mi casa el se bajo conmigo. Eso si que no lo esperaba. Me acompaño a la puerta y yo la abri.
-Gracias, de nuevo.
El se ajusta los anteojos de ciego.
-Bueno, ya me voy- el se da vuelta para irse pero yo agarro su brazo y lo detengo. Un vacio se abre camino por mi pecho.
-Por favor- dije en un susurro- quedate, mi mama no esta y............... tengo miedo.
El se dio vuelta. Su cara no tenia expresion alguna.
-Esta bien.
Subimos la escalera, yo lo ayude a subir con los brazos, su palo no servia mucho en la escalera. Entramos a mi habitacion. El ambiente se puso incomodo.
-Si queres podes quedarte hasta que me duerma.
El se rie, su risa tiene un sonido hermoso.
- Me voy a quedar, no creo poder volver solo.
Yo tambien rio.
- Tienes razon, dije una estupides.
Me saco los zapatos y me acuesto en la cama. El se queda parado en la puerta.
-No te quedes ahi parado. Sentate.
-Lo haria si supiera adonde esta la cama.
-Oh, claro.
Lo guio asia la cama y el se sienta en el borde. Yo me acuesto y se hace el silencio. Estoy a punto de dormirme cuando el dice.
-¿Puedo decirte algo?
-¿Hmmm?- digo casi dormida.
Unos minutos de silencio.
-Yo no siempre fui ciego.
Se acuesta y nos dormimos ahi. Esperando a que el sol nos cubra con su manto.