No me juzguen

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Narra Butters

Las clases acabaron, una sonrisa se dibujó en mi rostro, tome mi mochila y una maleta tipo bolsa donde tenía...algo importante, al salir me frene en seco, oh no, Kenny me estaba esperando..los nervios me comían, pero debía mantener la calma a fin de cuentas yo accedí a verlo así que tome una bocanada de aire y le acerque a él con una amplia sonrisa.

-hola Kenny, perdón si te hice esperar -el giro a verme sonriendo de una manera alegre y relajada -no te preocupes no tardaste nada..oye y eso? - oh no, se dijo en la maleta - esto..son algunas telas que me dio una profesora para mi mama - solté lo más natural posible, no quería que viera lo que estaba dentro -oh está bien bu- antes de que él pudiera responder, sus amigos ya se lo estaban llevando.

-oigan! Agh, adiós butters hasta mañana -

-adiós Kenny - le dedique una sonrisa y lo despedí, mirando como partía para después yo retomar mi camino.

Me frene en seco al llegar a una especie de bodega, saque una llave y abrió una pequeña puerta que estaba a un costado sin necesidad de quitar el candado de la puerta más grande, al entrar me metí a un mini baño que estaba ahí.

Narrador común

Cuando aquel chico salió ya no era aquel apacible rubio, ahora era el temible profesor caos, si, un chico amable con un poco de tartamudez guardaba bastante maldad(?) oh eso pensaba el, así se describía así mismo, llego a una especie de mesa con más gente reunía, entre ellos un pelirrojo con anteojos, el general confusión

- pensamos que no llegaría caos -

-tuve algunos pequeños contratiempos -

-bueno, aquí están ellos -

El rubio tomo asiento mirando con una mirada algo sería a los dos sujetos que se encontraban ahí

-trajeron lo que les pedí? -

Uno de los hombres, notoriamente nervios tomo una maleta negra estilo bolsa un poco más grande y la dejo en la mesa

-aquí está..-

Una pequeña sonrisa se formo en los labios del chico, una sonrisa complacida

-bien..pueden irse ahora..- dio una mirada rápida a su "mano derecha" -ya sabes qué hacer general -

Los hombres se miraron confundidos a lo que el pelirrojo dio una señal, después de eso dos sujetos aparecieron (más bien se habían acercado) detrás de los dos y les dieron un golpe en la nuca con un bate, no matándolos, más bien noqueándolos

- no puedo arriesgarme caballeros..-

A lo que Leopold se refería, era que no podía dejar que nadie descubriera su nueva "base" eso sería una jugada muy riesgosa

-tápenles los ojos y en la noche los sacan -

Ordenó para después encargarle a alguien que se llevará aquella maleta

-mi plan está llendo como esperaba -

Musitó con una fina sonrisa, mirando hacia en frente a una manta que tapaba en lo que había estado trabajando las últimas semanas

Un buen equipo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora