—Bien —dijo mirando esos ojos azules que lo habían hipnotizado. Guardó su celular en el bolsillo trasero de su pantalón—. Entonces yo te llamo.
El ruso asintió con la cabeza, formando una sonrisa coqueta en sus labios.
—Estaré esperando tu llamada. —antes de marcharse, dejó un beso delicado en la mejilla de Yuri, quién disfrutó esa caricia en demasía.
Observó como el de cabello platinado se alejaba con elegantes pasos. Mordió su labio inferior mientras veía las caderas de Victor ondearse, dejando con cada paso el lugar.
Con una sonrisa emocionada regreso a la mesa donde sus amigos lo esperaban ansiosos de saber que había ocurrido.
—¡¿Y?! ¡¿Y?! —exclamó Phichit tomándolo del brazo para acto seguido jalarlo y así quedar sentado a su costado. —¿Qué ocurrió ahí?
—Eh... —comenzó.
—¡Habla ya!
—Phichit —habló Leo, rodando los ojos y estirándose sobre la mesa para robarle una papita frita—, ¿cómo va a hablar si no lo dejas terminar?
—¡Oh si! Habla —le dijo a Yuri—, ya no voy a interrumpir —hizo un gesto como si su boca se tratase de una cremallera y después cerrarla.
—Bueno —volvió a hablar lanzándole una mirada a sus amigos. Leo seguía robándole papitas a Phichit, aprovechando que éste sólo lo miraba a él con sus intensos orbes grises. Los labios de Chris estaban cerrados, sin embargo, por el brillo pícaro en su mirada supo que se estaba divirtiendo. —Sólo me acerqué, conversamos un rato, ya saben, y... Y después le pedí su número.
El tailandés soltó un bufido de decepción.
—¿Sólo eso vas a contar? Necesito detalles.
—¿Acaso no quieres contarnos, Yuri? —por primera vez desde que llegó a la mesa Chris habló... Y siempre que éste lo hacía, el nipón sentía como si le estuviese proponiendo encuentros sexuales.
No es que no deseara contarles a sus amigos, simplemente prefería guardarse los detalles vergonzosos de toda esa situación... Por suerte, a Victor pareció encantarle.
—No.
Phichit bufó con decepción.
Yuri no solía ir a bares, no obstante, ese día había accedido a ir con sus amigos puesto era su primer Día de San Patricio que pasaría en Estados Unidos y, de acuerdo con Chris, debía celebrarlo como era la costumbre: ir a un bar y beber hasta perder la conciencia.
—No creo que eso sea lo tradicional —había dicho mirando con desconfianza a Chris.
—Quizá no, pero es mi tradición. —el suizo lo rodeó con un abrazo sobre sus hombros para acto seguido hacer que entrara al bar escocés.
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Regla de los tres días. |Victuri|
Fanfiction[AU/One Shot] La regla de los tres días era simplemente la regla, al menos eso decían sus amigos. [...] "La máxima ley de todo caballero es esperar tres días para llamarle a alguien que te ha dado su número. Al cuarto día, le envías un mensaje casua...