Capítulo 2

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Capítulo 2

Memorias de Alicia, parte 2

Para cuando despertamos, solo tuve que seguir la corriente a los demás. Era obvio que mi Terminal no funcionaba, pero no dije nada. Todos parecían actuar muy raro, como si fueran un cubo de hielo por dentro, es por eso por lo que los llamé Fríos. Puede que no haya sido tan original, pero era lo que menos me importaba y eran fríos tanto por dentro, como por fuera.

No me costo averiguar que la Terminal, controlaba prácticamente todo nuestro Sistema Nervioso, por lo que sucesos o noticias que te dejarían alterado, a los Fríos no les ocurría. Era extraño y no ser parte de ellos, era aún más extraño.

Por alguna razón, que para ese entonces desconocía, no me separé de Leo y no parecía molestarle, cosa que no me sorprendería si fuera la misma persona de antes, pero él se volvió muy arisco con las personas. Era un solitario y si no fuera por mí, habría estado todo el tiempo por si solo...y eso no habría levantado sospechas.

El General y mayor Científico de la tierra y de este proyecto, se llamaba Klaus, era un hombre mayor con mirada un tanto perturbadora, pero era muy inteligente y por eso todos los gobernantes parecían confiar en él. Klaus no demoró en darse cuenta de que algo raro pasaba con nosotros, en este caso, conmigo. Sin embargo, nunca me llamó ni tampoco arregló mi Terminal.

Mis tardes comenzaron a ser monótonas, íbamos de un lado a otro realizando diferentes actividades, donde nos daban clases de tiro, donde ya todos habíamos alcanzado un nivel alto, pero debíamos seguir practicando.

¿Por qué?

No lo descubrí hasta que nuestra adaptación terminó y la nave bajo hasta el punto de aterrizaje que habían investigado. Ni muy cerca de las montañas, ni tan lejos del mar, debíamos estar rodeados de árboles. La nave que bajo primero para poder analizar muestras y posible peligro, decidió que debíamos unirles.

Al momento de bajar, sin cascos ni nada que nos cubriera, porque este planeta era para nosotros, podíamos respirar y admirar un paisaje, nunca visto. No pude evitar tomar la mano de Leo cuando bajábamos, mi corazón latió desesperado.

- ¿Qué te sucede? -preguntó, mirándome extrañado para luego poner atención a nuestras manos.

-Tengo miedo -dije mirando las montañas enormes que había, por un lado. Los arboles de diferentes colores en un césped de las mismas tonalidades que aquellos inmensos arboles desconocidos.

- ¿Miedo? -preguntó, como si esa palabra le fuera desconocida en su vocabulario.

-Si, mira -tomé su mano y la lleve a mi corazón, que latía muy fuerte. Su ceño se frunció y por un segundo sus mejillas se sonrojaron.

-Interesante -dijo sonriendo.

- ¡Atención soldados!

Nuestras miradas fueron hacia Klaus, que nos miraba directamente, pero hablaba hacia todo el mundo. No pude evitar mirarlo con desprecio, me desagradaba inmensamente.

- ¡Es tiempo de trabajar!

Desde ese momento, no hicimos nada más que trabajar y trabajar, levantar estructuras, investigar y comenzar la colonización de este nuevo planeta. Destruimos arboles y desviamos un rio que estaba cerca... el ciclo comenzaba de nuevo. Siempre íbamos armados, preparados para poder atacar lo que estuviera mirándonos por ahí, anotando cada daño que realizábamos a este nuevo hogar.

Una de nuestras primeras noches no podía dormir, por lo que salí de mi dormitorio para poder observar las estrellas. No tenia claro si era porque no había contaminación lumínica o si las estrellas se veían más grandes desde aquí, lo único que tenía claro, era que me encantaba observar las estrellas de noche, además jamás nadie me molestaba. Nadie salía por las noches y ninguno de ellos admiraba la belleza de este escenario.

FríosWhere stories live. Discover now