Honestamente no sé por donde comenzar.
Estoy agotado y cansado. Hace varios kilómetros que me venís pisando los talones.
Respiro con dificultad.Mis pulmones duelen. Una lágrima corre por mi rostro. Qué curioso ¿no? Después de todo los monstruos si lloramos.
Pero no te hagas ilusiones, que no es un llanto de tristeza mucho menos de arrepentimiento.
Es un llanto de ira, de enojo...de frustración.
Intenté asesinarte, liquidarte, acabar con vos de mil y ún formas inimaginables.
Primero te encadené y te hice creer que estoy por encima tuyo.
Que tu voz no vale, que tú opinión es innecesaria.
Y que yo soy mejor que vos.Siempre soy mejor que vos.
Cuando ví que comenzabas a removerte, tratando inútilmente de liberarte de tus ataduras, entré en pánico porque te me fueras a escapar, y decidí golpearte.
Quise callar tus reclamos a golpes.
Pero no sirvió.
Seguías empecinada con que tu voz y tus opiniones valen, que yo tenía que respetarte, que lo que estaba haciendo estaba mal.
Que cosas decís ¿eh?
Estás loca, sos una desquiciada.
No sé de dónde sacaste esas ideas raras.
Intenté asesinarte, liquidarte, acabar con vos de formas tan perversas y retorcidas que ni en un millón de años podrías llegar a imaginarte.
¿Cómo? ¿Que por qué lo hice?Simple.
Porque soy un monstruo.
Soy un monstruo.
Soy un monstruo.
Soy un monstruo.
Soy un monstruo.
Soy un monstruo.
Tememe.
Tememe.
Tememe.
Tememe.
Tememe.
¿Cómo así que no me tenés miedo?
Tenés que tenerme miedo.
Porque soy un monstruo y no voy a parar hasta acabar con vos.
No voy a parar hasta verte muerta.
Antes intentabas no mirarme a los ojos, y las pocas veces que lo hacías en ellos veía una sola cosa: miedo.
¡Qué bien me hacía sentir aquello!
¡Cómo me encantaba!
Esos gloriosos momentos en los que me creía inmortal.
Esos gloriosos momentos en los que te tenía atada, callada y sumisa.
Esos gloriosos momentos en los que ni te inmutabas.
Ahora cuando me ves a los ojos, soy yo el que tiene miedo.
Porque en ellos ahora veo furia, ira, dolor.Muchísimo dolor.
Dolor por todas las brujas que quemé.
Dolor por todas las putas que asfixié y mutilé.
Intenté acabar con vos de mil y ún formas.
Ninguna funcionó.
Te prendí fuego, te corté, te escupí, te tiré al suelo, te patee, te grité, te insulté, te estrangulé, te violé, te empalé, te censuré, te tiré en medio de una ruta como si tu vida valiera cero.
Te torturé física y psicológicamente.
Te llené de miedos e inseguridades.Hice que te odiaras.
Y aún así, a pesar de que puse todas mis fuerzas en ello, no pude acabar con vos.
Existís porque resistís.
Te golpeé una vez más.
Te miré.
Me miraste.
Tomaste aire.
Te levantaste.
Te rebelarse.
Y empezó la persecución.
Te siento cada vez más cerca.
Ya no estás atada, ni callada, mucho menos sos sumisa.
Me estás alcanzando.
Un par de centímetros más y listo.
Todo va a haber acabado.
Está oscuro.
No hay lugar en el cual esconderse.
Entonces me siento, tomo aire y pienso..."si tú revolución es inevitable, entonces voy a relajarme y gozar".
Atentamente: El Patriarcado.
P.D: bruja puta.