AGUJETAS DE COLOR DE ROSA

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ROSITA PDV

Agujetas de color de Rosa.

ROSITA PDV.

En el momento que la clase termina, recojo mis cosas más rápido que Speedy Gonzales, para poder ir detrás de Ricardo—. Trataré de llevar al nuevo a la cafetería de siempre, Lupita, ahí te espero—digo y salgo del salón. Me siento mal por no esperar a mi amiga, pero el amor me llama.

El susodicho camina hacia el patio, donde se sienta bajo la sombra del árbol que se  encuentra a unos pocos metros de la dirección. Se ve que es el nuevo, porque ni yo que tengo buenas calificación me atrevo a pasar cerca de la guarida del loco  que tenemos como director. Por ese lugar sólo pasa Alexis y sus compinches porque es  familiar de ese hombre.

Me acercó lentamente intentando de asustar al amor de mi vida, pero la asustada soy yo al momento que me observa y me sonríe—. Hola.

Santa madre, me ha hablado, repito me ha hablado—. Hola —contesto—. ¿Te puedo dar un Consejo?

—Sí— se levanta—. Dime.

—Yo.. Sólo… te.. Te.. —perfecto, estoy  tartamudeando y parezco una tonta. Me digo a mi misma. Mi misma tranquilizate y toma  aire—. No es bueno sentarse aquí—digo, rápidamente.

—¿Porqué?

—Porque al director no la gustan que los jóvenes se paseen por aquí
—contesto, recordando la escena de un chico la semana pasada; pues se atrevió a pasar a centímetros de la dirección y el rector casi le rompe un pie.

—Entonces… ¿Tienes un lugar donde me pueda sentar?

Ohhh, su pregunta  no me lo esperaba, pero tengo que aprovechar la oportunidad,pues mi intención desde le principio fue que me acompañara—. Sí

Ricardo toma su mochila—. Te sigo.

Caminos hacia la cafetería que se ubica detrás de la prepa llamada, “Agujetas de color de rosa”— . Hemos llegado.

Ricardo me mira, pero lo hace poco tiempo, pues su mirada viaja al cartel con el nombre de la cafetería —. Tiene un nombre muy peculiar, Rosita.

Ha pronunciado mi nombre, por favor que alguien venga y me pellizque— . Tan peculiar como los dueños, Ricardo— contesto, intentando no dejar ver mis nervios.

Ingresamos a la cafetería que conozco hasta con los ojos cerrados, pues es lugar donde vengo a bailar rock and roll  con mi amiga Lupita—. Vamos a sentarnos en esa mesa— digo, señalando el lugar con mi dedo índice. Avanzamos hasta la mesa y nos sentamos. Después de 3 minutos el dueño de la cafetería, que lleva por nombre Francisco, se acerca a saludarme— . Rosita, qué alegría verte.

— Hola, Don Francisco, a mi también me alegra verle a estas horas— si, a estas horas pues normalmente vengo en la noche.

— ¿Podría preguntarle, porqué se llama así la cafetería?— pregunta Ricardo, interrumpiendo nuestra plática.

El señor Francisco lo observa—. Claro, joven. Lleva ese nombre en honor a mi Sofia. Mi amada esposa es un poco loca, pero yo la quiero mucho. Quería que la cafetería  representara algo que la caracteriza  , y que mejor que sea por alguna prenda de ropa. Ella usa mallas, agujetas de color de rosa, un sombrero grande y feo, el sombrero lleva plumas de color  azul pastel—  dice mientras observa a su esposa que está como trompo en medio de la pista  bailando rock.

Los dueños de la cafetería no son tan grandes a lo mucho deben de tener unos 32 años, se casaron al graduarse de la preparatoria.

Creo que yo no me casaría tan joven, o quien sabe, tal vez me enamore mucho y lo haga.

VAMOS A BAILAR ROCK AND ROLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora