De cómo Wantsler conoció a los demás y así (?

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Wantsler fue un chico lo suficientemente feliz en el pueblito cercano al bosque principal de los árboles de truffula. No era de esperarse. Los proyectos que él había planeado a lo largo de su joven vida eran su prioridad. Nunca tuvo que preocuparse por lo que dijeran los otros de él, tenía una meta en la vida: ser uno de los mayores productores de Thneeds del mundo. Conocía que existieron mejores a él, pero eso no significaba que iba a darse por vencido; siempre veía el amanecer lo bastante motivado desde la pequeña casa que se había construído. No había por qué temerle al mundo, estaba preparado. Pero nunca esperó que su vida cambiaría tan drásticamente.

Una mañana había recibido una noticia que agitaría su joven corazoncito: Greedler, el principal productor de Thneeds, estaba acercandose a su territorio.

"Quizás solamente quiere conocerme"- intentó convencerse a sí mismo mientras ahogaba sus temores.- "Soy un chico bueno... la gente me quiere. ¡Les gustan mis thneeds! los hago con mucho amor y procuro no talar todos los árboles de truffula... no deben de existir razones suficientes para meterme en problemas... soy un chico muy bueno. Lo soy, lo soy, lo soy, lo soy"

De pronto, alguien tocó su puerta. Con las piernas temblorosas, se dirigió a lo que probablemente sería Greedler. Abrió.

-Muy buenas tardes- lo saludó una mujer muy pomposa, la cual usaba un vestido feo y morado- vengo por parte de mi hijo, Greedler. Me imagino que usted lo conoce.

Wantsler apenas pudo asentir con la cabeza. Aquella mujer lo sorprendió.

-Resulta pues que usted está en el territorio oficial de las plantaciones de Greedler.

-N-no lo creo...- murmuró Wantsler asustado- siempre he vivido aquí... y procuro hacer bien mi trabajo... soy un chico bueno...

-No me interesa quién sea usted o qué haga. Es necesario que se largue de aquí si no quiere que yo misma lo saque a patadas del lugar.

-P-pero aquí es mi casa... no puede hacerme esto. ¡Exijo una explicación!

La cara asustada de Wantsler no logró convencer a la mujer y casi de inmediato ya estaba fuera del bosque de Truffulas.

"¿Qué haré ahora?"- se preguntó mientras lloraba. En su mochila llevaba al menos veinte thneeds y su hacha favorita, varios cambios de ropa y un librito especial que el ser mágico llamado Lorax le había obsequiado hace unos años atrás en su cumpleaños- "Mis Thneeds no son los suficientes para mantenerme vivo... iré a la ciudad para probar suerte... quizás no me vaya tan mal"

Y dicho y hecho: Wantsler había llegado al fin a la ciudad.

El lugar era enorme para Wantsler. Estaba muy asustado, jamás había dejado el bosque de Truffulas en su vida ¿Cómo diablos podría rehacer su vida de nuevo? Intentó con muchos empleos. Trabajó de mesero, de cocinero, de niñero... incluso se atrevió a limpiar ventanas en un alto rascacielos sin embargo no lo hacía tan bien. No se sentía feliz haciendo cosas que no lo llenaban emocionalmente y, de manera casi cruel, fue despedido de todos esos empleos.

El invierno se acercaba y lo único que podía hacer Wantsler en ese instante era arriesgarse a vender los pocos thneeds que tenía pero ¿realmente las personas los comparían?

Rechazados. Todos y cada uno de ellos. Nadie los quería. "¿Por qué querría un thneed tan caro si puedo comprarle uno a Greedler a mitad de precio?" le preguntó una mujer. Wantsler no supo qué responder y ella se fue de ahí muy enfadada.

Ya había caído la noche. La vida en la ciudad era muy difícil. Hacía mucho frío. Wantsler estaba más asustado que nunca. Los peligros de un mundo desconocido lo esperaban.