A Better Ending

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Becks estaba muy dispuesta a recoger a Elyse y marcharse con ella a Nueva York. Llegó un poco antes de lo previsto y detuvo el vehículo a unos metros, cuando advirtió que Elyse no estaba sola. Y allí, sentada en su coche, observando cómo Elyse despedía a Mitch, recordó las palabras de su madre y comprendió al fin que tenía razón. Era una egoísta, una inmadura inconsciente que nunca pensaba en los sentimientos de los demás, ni en lo que pudieran ocasionar sus acciones.

En aquellos momentos, su vida era un completo interrogante. No tenía nada estable, nada cierto, nada claro, ¿qué iba a ofrecerle a Elyse?... Elyse, que estaba dispuesta a dejarlo todo atrás por irse con ella, todo... a su familia, a sus amigas, su enorme y preciosa casa, su hermosa tienda... todo. ¿Y qué iba a ofrecerla ella si ni siquiera sabía dónde iba a dormir en cuanto llegase a Nueva York?

Elyse merecía mucho más que eso, y ella no podía dárselo, todavía no, y no quería arrastrarla con ella a una vida incierta, no podía hacerle eso, la quería demasiado. Pensó en la posibilidad de arrancar el motor y poner rumbo a Nueva York sin más, dejar ir a Elyse, no complicarle más la vida. Incluso empezó a teclear sobre la pantalla de su teléfono para componer un mensaje de despedida. Sin embargo, no fue capaz de hacerlo, no podía marcharse sin despedirse en condiciones, no podía hacerle eso a Elyse ni hacérselo a sí misma. Era curioso cómo había llegado a quererla en tan poco tiempo, pero así eran los sentimientos.

Becks dejó el vehículo y se acercó con paso firme hasta las escaleras donde Elyse la esperaba sentada. La rubia sonrió de inmediato al verla, y Becks le devolvió la sonrisa.

―Tengo todo listo ―afirmó Elyse señalando su bolso de viaje.

―Ya lo veo... ―replicó Becks con voz suave― Elyse, escucha... ―Elyse se inquietó y le clavó sus ojos claros― He estado pensando y creo que lo mejor...

―Te has arrepentido... ―susurró Elyse apartando la mirada con tristeza.

―¿Qué? ―exclamó Becks.

―No quieres que me vaya contigo, ¿verdad? ―preguntó Elyse volviendo a mirarla.

―¡No es así en absoluto! ―exclamó Becks, sintiéndose culpable por haberla herido con sus palabras. Enmarcó su rostro con las manos y le sonrió―, no hay nada que desee más que estar contigo, pero... anoche hablé sin pensar en cómo es mi vida ahora mismo, no tengo nada, Elyse, tendré que pedirle a algún amigo que me deje dormir en su apartamento unos días, hasta que encuentre otra cosa, van a ser días complicados, y... no quiero arrastrarte a eso, no lo mereces.

―Pero... ¿entonces?... ¿lo nuestro termina aquí? ―logró preguntar con los ojos brillantes.

―Sólo si tú quieres... ―dijo Becks sonriendo de medio lado. Elyse sintió alivio― Porque si depende de mí, seré egoísta y te pediré que no me olvides, que me esperes hasta que me valga por mí misma y pueda ofrecerte un hogar que sea sólo nuestro.

―Becks... ―musitó Elyse emocionada. Las lágrimas asomaron en sus hermosos ojos claros.

Se abrazó al cuello de Beck, y ésta la rodeó con sus brazos, apretándola un poco más contra su cuerpo. Iba a echarla tanto de menos el tiempo que estuviesen separadas. Después de unos instantes, Elyse se echó un poco hacia atrás y se perdió en los ojos azules de Becks, que seguía con sus manos en su cintura.

―Date prisa en buscarte la vida en la gran ciudad ―exigió Elyse con cariño―, yo arreglaré la mía aquí, que también tengo asuntos que atender.

―Me parece perfecto ―aseguró Becks sin dejar de sonreír―, lo siento por "Mitch the Bitch", pero al final gano yo ―bromeó.

―No seas mala... ―exclamó Elyse riendo y dándole un golpecito en el brazo.

―¿Qué?, es el karma ―contestó riendo con ella. Qué hermosas la complicidad y las risas que habían compartido desde que se conocieron.

―Te quiero... ―dijo de pronto Elyse.

Becks se sintió conmovida y se acercó a sus labios para besarla con ternura.

―Yo también te quiero.

Elyse le devolvió el beso y después sonrió desviando ligeramente la mirada, de aquella manera tan suya, dulce e inocente y jodidamente sexy a la vez. La cautivó con aquel gesto desde el día en que la conoció en la tienda "Fleur de Lis".

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Becks caminaba por una calle de Nueva York con gesto relajado, con la guitarra al hombro y la chaqueta negra que Elyse le dio. Habían pasado varios meses desde que se marchó de St. Louis y su vida por fin se había encauzado como deseaba. Y lo había logrado sola, por sí misma. Por una vez en su vida, se sentía realmente orgullosa de sus acciones y decisiones. Estaba abriéndose camino como cantautora en la ciudad y vivía alquilada en un bonito apartamento bien ubicado.

El repentino sonido de su teléfono móvil la apartó de sus pensamientos

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El repentino sonido de su teléfono móvil la apartó de sus pensamientos. Se lo sacó del bolsillo del pantalón y contestó.

―Hey dude, what's up? ―preguntó y se echó a reír al instante―, perdona, me sale solo, y en el fondo, sé que te gusta... ―Becks sonrió al escuchar la suave risa de Elyse al otro lado de la línea― ¿a qué hora llegarás?, quiero ir a recogerte... por supuesto que voy a recogerte, tonta... Te quiero.

Becks sonrió a la pantalla, se guardó el móvil y continuó su paseo sin perder la sonrisa de sus labios.

FIN.

A Better Ending [Becks x Elyse]Where stories live. Discover now