EL VECINO.

Prólogo.

PRÓLOGO.

Estimadas chicas:

¿Nunca les ha pasado que el chico más caliente  de la escuela es su vecino coqueto?

O sea, ustedes saben, ese que sale los días domingos a ayudar en las labores más pesadas de la casa sin polera, que es un muchacho adorable ante las madres y que son admirables ante los padres, ¿me entienden?

Bueno, si les sucede, CAMBIEN DE HOGAR, DEBEN MUDARSE, SE LOS ADVIERTO DESDE AHORA.

Pero antes, asegúrense de que sea un barrio donde no vivan jóvenes, si es necesario vivan en un asilo.

Enserio.

Cualquier chica diría “Oh por dios tu vecino es un bombón de primera”

No es mi caso.

Mi vecino de 17 años (al igual que yo, por desgracia), el joven Andrew Stevens, mi futuro compañero de clase en la preparatoria, ES UNA PESADILLA.

Es ese típico chico que cree que por ser guapo y adorable y llevar esa típica pose de chulo puede poseer a todas las chicas en un ¡Zap! de tiempo, además, todas las chicas andar detrás de él, ¿es que acaso no tienen dignidad? Y ahora, por la culpa de él, me odian, porque no sé qué maldito bicho le picó que ahora le dio con ir en cada recreo a mi casillero, pasar su brazo por mi hombro  y decirme al oído “Hola vecina” con esa típica vocecita seductora con la cual debe llevar a todas las chicas a su cama.

Diugh, asqueroso.

Lo peor, es que mi familia adora a su familia, especialmente a él.

Y ahora creo que mi hermanastro se ha conectado con él, son los mejores amigos.

Maldito traidor.

¿Qué clase de hermanastro es ese?

Se ha ganado miodio, hablo enserio, maldito hijo de su madre.

Ahora debo ver la cara del maldito imbécil casi todos los días en mi casa.

Cualquier chica sería feliz, pero como ya dije: ESE NO ES MI CASO.

Y bueno chicas, yo soy Sunshine Edwards, más conocida como Sunny, y bueno, esta es mi historia.

Esta es mi historia con mi vecino.