ÁNGELES FUIMOS

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Los personajes de Bleach pertenecen a Tite Kubo.

Advertencias: Contiene OoC. AU.

La historia se me ocurrió mientras escuchaba "Ángeles fuimos", ending de Dragon Ball Z.

Esta historia va dedicada a todos ustedes que me han hecho el favor de leer mis historias, agregarme a sus favoritos, comentarme y seguirme. Gracias a su apoyo ya alcanzamos los 500 seguidores, algo que no pensé pasaría, así que esto es un pequeño pago por su preferencia.

Me debatía entre un SasuSaku o un IchiRuki, pero al final mi amor por el IchiRuki ganó.

Estoy oxidada en la escritura así que no esperen mucho :(

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ÁNGELES FUIMOS

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Dos pequeños niños corrían alegremente por el prado, acompañados fielmente por sus dos mascotas. Una gata blanca de cola esponjada llamada Shirayuki y un perro mastín de color negro llamado Zangetsu, ambos igual de jóvenes como sus dueños.

—¡Ichigo, espérame! —la niña de cabello negro y ojos violetas iba unos pasos detrás de él.

—Apúrate enana. —el niño de cabello naranja volteó hacia atrás, extendiéndole la mano sin detener su andar. —o nos perderemos el espectáculo. —mencionó emocionado.

La niña dejó de molestarse por aquel apodo tiempo atrás, cuando comprendió que era la forma especial que él tenía de llamarla. Apuró el pasó y logró tomar la mano de su amigo de juegos.

—Ya van a nacer. —mencionó Ichigo. —lo descubrí en la mañana. —Ella soló sonrió enternecida y tomados de la mano y entre ladridos y maullidos, siguieron su camino.

A su alrededor el verde césped se movía al compás del viento, los pájaros trinaban en los árboles y los caballos pastaban tranquilos.

Y aquella memoria sería su ancla de salvación por mucho tiempo, sería el único vestigio de una bella niñez.

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—¡Bien hecho! —exclamó un hombre de cabello negro corto parado sobre los restos de lo que creían era una casa. —acabamos con todos los Hollows sin bajas para el escuadrón.

El vitoreo de los hombres bajo su mando no se hizo esperar. Una victoria siempre era para celebrarse, por pequeña que fuera, eso brindaba algo de esperanza a los caídos en desgracia.

Ichigo, el muchacho de cabello naranja que los contemplaba sentado sobre una roca, no los podía culpar. Había sido una batalla muy larga. Muchos Shinigamis, como se les conocía al grupo de personas que valientemente luchaban contra los Hollows, resultaron heridos, pero ninguno fue de gravedad, lo que pasaba muy poco. Los Shinigamis salían todos los días arriesgando sus vidas en pro de salvar la de ciento de civiles inocentes.

Sin embargo a él esta pequeña victoria, si se le podría llamar así, no lo hacía feliz.

A su alrededor sólo miraba desolación, casas y edificios destruidos, los campos y bosques estaban casi extintos, en su lugar sólo había tierras áridas, el agua estaba escaseando. Pero lo más triste era que las personas vivían con miedo, hambre, desesperación y dolor. Ese dolor insoportable por haber perdido a sus seres queridos en mano de aquellos devoradores de seres vivos.

Ángeles fuimosWhere stories live. Discover now