Faltaban pocas horas para el anochecer, en el parque dos niños jugaban a pasarse la pelota.
−Eres un teme Sasuke, ¿Por qué lanzas la pelota tan lejos?
−Dobe ese es tu problema porque no la alcanzas a atrapar.
Un niño rubio venia todo agitado con la pelota entre sus manos, iba a patearla cuando se percató de que su compañero de juegos estaba todo distraído.
−Naruto el cielo ya está muy oscuro, es mejor que ya nos vayamos.− Él susodicho solo pudo observar a su alrededor y comprobar que su amigo tenía razón, sus ojos azules se llenaron de preocupación ya que su casa estaba opuesta a la del azabache, hace poco se habían descompuesto unas farolas, las calles hacia su casa estaban muy oscuras y le daba un poco de miedo, estaba a punto de decirle a Sasuke que lo acompañara, pero de seguro se burlaría de él por semanas, rechazó la idea, mejor se iría solo total ya no era un niño pequeño, tenía 10 años.
−Adiós teme, mañana nos vemos en el colegio.
−Espera dobe ¿No quieres que te acompañe a tu casa?
− ¡Que te pasa teme! puedo ir yo solo.
−Hum, como quieras.
Los niños se despidieron y se fueron en direcciones diferentes, con lo que ninguno de los dos contaba era que una camioneta desde hace unas semanas los seguía y no se perdía los movimientos de cierto niño rubio.
Dentro de dicho vehículo se encontraban dos integrantes de una organización muy peligrosa la cual se encargaba de un sin número de negocios turbios, y ahora iban a sustraer a un niño que había llamado la atención de su líder
El plan estaba saliendo a la perfección solo faltaba asaltar al pequeño antes de que llegara a su casa y harían un muy buen negocio con él.
−Todavía sigo pensando que deberíamos llevarnos al de cabello negro.− Dijo un sujeto de cabello largo y oscuro mientras se relamía los labios con su larga lengua.
−No los rubios y de ojos azules son más exóticos, además cuando le enseñe las fotos a Pain de los niños le gusto más él rubio, probablemente selo quede para él.
Un par de ojos color ámbar brillaron con enojo ya que nunca podría tener al pequeño azabache, porque después de tomar al rubio no volverían a este vecindario dentro de un muy buen tiempo, en sus labios se formó una sonrisa lujuriosa, al observar por el espejo retrovisor como el pequeño corría como si tuviera un mal presentimiento.
−Ya sabes que hacer.− Hidan solo le dirigió una mirada de hastió.
Orochimaru estaba al volante, él solo se encargaría de conducir mientras que Hidan haría todo el trabajo pesado.
Cuando llegaron al tramo donde las farolas no funcionaban se estacionaron y esperaron a que el pequeño niño los alcanzara, a lo lejos se escucharon unas pisadas apresuradas como si tuviera demasiado miedo.
Hidan se alistó con el frasco de cloroformo y con el pañuelo para dormirlo, no querían escándalos, los ojos violetas veían la calle buscando un cabello dorado, esto no les pudo haber salido mejor el mocoso venia agitado por correr desde el parque y entre sus manos sostenía una pelota como si fuera su más preciado tesoro, debían hacer esto rápido ya que solo faltaba una cuadra para la casa del rubio.
Cuando Naruto pasó al lado de una camioneta negra en un principio no le llamo mucho la atención hasta que sintió como jalaban sus cabellos rubios por inercia soltó la pelota y trato de gritar, pero un trapo con un olor penetrante fue puesto en su boca y nariz, sus manos trataron de golpear a su agresor, aunque por lo visto era inútil, sus ojos azules se empezaron a sentir pesados y fue ahí cuando todo fue negro.
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EXTRAVIADO
FanfictionPorque Sasuke nunca se imaginó cuanto se arrepentiría de no acompañar a Naruto a su casa.