The Angel [Niall Horan]

El dia de mi muerte.

Era un día como cualquiera en mi vida.

Me desperté por el insoportable goteo de la canilla del baño.  Me levante de la cama y camine al baño, cerré bien el grifo del agua. Mire el espejo, mi cara pálida hacia que las ojeras se resaltasen más, hice mis necesidades y volví a la habitación, miré el "ropero" (no se si  lo llamaría ropero, ni si quiera tenia puertas y la ropa allí era una montaña ) Tome los pantalones que me había sacado el día anterior, revise los bolsillos en busca de un cigarro. Lo que faltaba ahora era encenderlo, fui a la cocina intente prender la hornalla, nada, hice un segundo intento.

—Puta madre, que mierda con está cocina—Grité

—Cortaron el gas, ayer. —Comentó mi hermana entrando a la cocina

—¿Un encendedor? —Negó —¿Y fósforos?

—Tampoco, Niall no hay nada en esta puta casa, ¿no se que haces con la plata? Te la pasas tirado en tu habitación fumando esa mierda, no haces nada, ni siquiera eres capaz de pensar en mi, todas las noches me paró en esa esquina en la espera para satisfacer a alguien, piensa que lo hago por ti por mi, no es nada agradable que te insulten en la escuela, si vamos a vivir así prefería estar con papá ¡Que me golpee y viole todas las noches! Por lo menos tendría que comer y un cama como la gente.

—Vete si quieres, nadie te lo impide. —Grité saliendo de la cocina.

Abrí el cajón de la mesita de luz, allí había visto un a lupa el día anterior y allí seguía. Coloque el cigarrillo y la lupa dando contra sol para prenderlo, en unos treinta segundo se prendió, le dí una larga y fuerte calada,

Escuche a mi hermana salir por la puerta principal, cerrando con todas sus fuerzas.

El humo de la marihuana era blanco y espeso, después de perder la cuenta de cuantos cigarrillos me había fumado, empecé a ver todo negro, apreté los ojos y los abrí devuelta pero seguía todo negro de pronto un destello blanco e iluminoso me segó de allí no recuerdo nada más. 

Me desperté en el suelo frio y olía a tierra humeda, mis ojos se despegaron de a poco, acostumbrandome a la luz del lugar. Mire a mis alrededores, estaba en un cementerio recostado sobre una tumba. Me levante a toda prisa,con el corazón en la garganta, sacudiendo la tierra de mi ropa. Mire la lápida "Niall Horan" (1993-2015). Una corriente de escalofrío recorrió mi columna vertebral al leerlo. No, no podía ser yo. Yo estaba vivo, no estaba muerto, esto sólo era un sueño, uno muy malo. 

Un hombre se me apareció al frente mío.

—¿Quien eres? —Pregunte con un tono de desesperación y susto.

—Dakar —Respondió.

—¿Y que haces aquí mirando mi tumba conmigo?

—Era tu ángel custodio, pero tú decidiste seguir el mal, Reinols, tu demonio me quitó de tu camino hace tiempo, pero mi promesa está echa. Yo no te dejaría que calleras en el infierno pase lo que pase y por eso aquí estoy...

—Me devolverlas la vida— Iterrumpi. 

—No.—Respondió en seco.

—¿Y entonces? ¿Como me salvaras? 

—Tendrás la oportunidad de convertirte en ángel custodio, deberás rescatar a alguien que este en manos de un demonio,

Yo salvar alguien, creo que la marihuana me pego fuerte.

—jaja,,—Reí de malagana. —Despiertate Niall —Grite.

—No estas durmiendo,—Dijo con su voz calma.

—Tu estas loco, ¿como podré salvar alguien?—Grite desesperado.

—Tu lo sabrás.—Dijo y desapareció.

Fue como trasportaeme en el tiempo. Me encontraba en el centro de Londres la gente caminaba como un día habitual en su vida pero al lado de ellos se encontraba lo que sería su ángel custodio. Una chica pelo negro lacio, piel pálida, rime corrido, encapuchado llamo mi atención, ella iba acompañada de un demonio negro obscuro, que retorcía sus pensamiento. 

Seguí cada paso que ella daba, al parecer le era invisible como aquel demonio. Camino hasta el puente Tower Bridge, subió una de las torres y luego se detuvo  cinco largos minutos estuvo parada allí, luego siguió por un pasillo que te llevaba a la otra torre pero ella se detuvo en el medio y se subió a la extuctura de caños, miro hacia abajo. El mal susurro en su oído y desapareció. Ella despegó un pie del la estructura y fue allí cuando reaccioné.

—¡Espera!—grite

Sentí como una ola de viento espeso choca contra mi rostro y ella se voltea.