CAPÍTULO I (Alexia)

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Narra Alexia:

*Avión rumbo a Madrid*

YO: Tía, ¡te pones en la ventana!
MEL: Vaaale, y no hacía falta que lo mandases. Sabes que siempre me pongo en la ventana, miedica.
YO: ¡No soy una miedica! -me piqué un poco porque ella sabe la razón de mi miedo- Sabes mi problema con las alturas capulla.
MEL: Lo sé. Pero eres tan mona cuando te enfadas -me pellizcó el moflete poniendo voz aguda.
YO: ¡Ya vale! -le aparté la mano de un manotazo- Qué no soy un peluche joder -sabe que odio que me haga eso y aún así sigue haciéndolo.
MEL: Jajajaja, lo adoro.
YO: ¿Sabes qué adoro yo? -ella negó con la cabeza- Tu cara hundida en un pastel -dije desafiante.
MEL: Ni lo sueñes Ale, eso no va a pasar.
YO: Ya veremos, ya -dije burlona.
Sin darme cuenta un chico llamó nuestra atención dirigiéndose a mi amiga:
?: Perdona, ese es mi asiento -el chico era alto, moreno de ojos marrones y musculoso pero no exageradamente musculoso.
MEL: Debe haber un problema, mi amiga y yo tenemos que estar juntas -dijo entre extrañada y confusa.
?: Lo lamento. A mi también me gustaría viajar con mi amigo, pero este vuelo es muy estricto y si no está todo en orden no despega -empezó a colocar su equipaje de mano en los cajones donde se puede meter eso.
YO: Mel, no te preocupes. Vete con su amigo y él se sienta aquí conmigo -sonreí para que se fuese tranquila-. No quiero que Luis esté esperándonos más tiempo del necesario en Madrid.
MEL: Vale, vale. Pero no estoy conforme -se levantó del asiento- ¿Seguro que vas a estar bien? -preguntó otra vez ante lo que asentí con una sonrisa.

Melody se marchó pero no vi hacia dónde ya que el otro chico pasó por delante de mi y se sentó donde antes estaba mi amiga.

?: ¿Te molestaría si saco el portátil para trabajar? -me miró directamente a los ojos lo que me puso algo nerviosa.
YO: N-no -dije balbuceando un poco-. ¿A ti no te importa que dibuje? -pregunté tímida.
?: Claro que no -me sonrió y aparté la mirada-. Por cierto, ¿cómo te llamas?
YO: Alexia...
?: Encantado Alexia -sonrió de nuevo mientras sacaba su portátil-. Yo soy Samuel.
YO: Igualmente.
AUXILIAR: Por favor señores pasajeros, abróchense los cinturones estamos a punto de despegar... -intenté abrocharme el cinturón pero mis manos temblaban demasiado y no era capaz de hacerlo sola.
SAMUEL: Déjame a mi- solté el cinturón y el lo abrochó en un hábil movimiento, después se abrochó el suyo-. Tengo ya unos añitos de práctica.
YO: Gracias -apreté con mis manos fuertemente los brazos del asiento y empecé a respirar profundamente como Mel siempre me decía pero no servía de nada.

Busqué a Mel nerviosa con la mirada por todo el vuelo pero no la encontraba y cada vez me ponía más nerviosa. Conseguí encontrarla e intenté decirle con la mirada que no funcionaba lo de respirar despacio pero ella no lo entendía.

SAMUEL: Eh Alexia, mírame a mi -su voz era calmada y por alguna extraña razón me tranquilizaba-. No te preocupes, todo saldrá bien. En un momento no notarás que estamos en el aire.
YO: ¿Vuelas mucho o es que sólo lo dices para calmarme? -pregunté algo angustiada.
SAMUEL: Ambas cosas -me sonrió y adoptó una postura parecida a la mía pero a él se le notaba más relajado.

De pronto el avión empezó a despegar y la luz se apagó provocando que varias personas, incluyéndome a mi, pegasemos un grito. Samuel puso su mano sobre la mía, cosa que me calmó y que me pareció extraño porque tengo algo de miedo a los hombres que no son mi hermano.

SAMUEL: Tranquila -susurró él con voz calmada-. Todo va a salir bien.
YO: Promételo -dije sin pensar.
SAMUEL: Lo prometo -respondió serio apretando mi mano y en ese momento la luz volvió.
YO: Lo siento -le miré sonrojada e intenté apartar la mano disimuladamente pero él se dio cuenta.
SAMUEL: No, perdóname tú -soltó mi mano-. No tenía que haber cogido tu mano -apartó la mirada algo sonrojado.

Miré a Melody para tranquilizarla, me encontré con su mirada clavada en mi mano y llena de asombro y preocupación. Después me miró a los ojos y yo sonreí tras lo cual ella suspiró y se hundió en el asiento aliviada.
De mi mochila saqué una libreta y un bolígrafo para ponerme a dibujar en una mesita desplegable del asiento de delante. Samuel se puso a trabajar con su portátil en algo que parecía la edición de un vídeo, pero no quise preguntar porque no me atrevía a mirarle a los ojos.
Me puse a dibujar la mitad de un rostro donde destacaban el ojo y los labios, los cuales estaban cerrados fingiendo una sonrisa. Me di cuenta de que Samuel estaba mirando y le miré de reojo ante lo que él apartó la mirada. En la siguiente hoja de la libreta escribí una frase con intención de que Samuel la mirase:
"Si tienes curiosidad por mis dibujos puedes mirarlos todos".
Dejé la libreta abierta por esa página y me recosté en el asiento para intentar dormir un rato ya que no tenía muchas horas de sueño acumuladas y al aterrizar me esperaría una larga charla con Luis.

*Varias horas más tarde*

Desperté sobresaltada por una pesadilla y sin querer golpeé el codo se Samuel que pulsó una tecla que puso en negro la pantalla.
SAMUEL: ¿Estás bien? -me miró preocupado y yo miré su portátil más preocupada aún- No te preocupes, lo reharé todo en Madrid.
YO: Lo siento... -recliné el asiento y abrí la mesa del asiento de delante- Déjame que te ayude, por favor -él asintió y cogí su portátil para ponerlo en mi mesa pudiendo trabajar cómoda-. Espero que lo que Luis me enseñó me sirva -encendí el ordenador me sorprendió ver un fondo morado con un unicornio-. Muy mono -comenté con una pequeña sonrisa y empecé a toquetear todo para intentar arreglar el desastre que yo había hecho.
SAMUEL: Ese Luis... -dijo algo tímido- ¿Es tu novio?
YO: Hermano más bien -sonreí-. No tengo novio, y no sé si lo quiero.
SAMUEL: Lo siento, pensé que era tu novio -miró mis manos que se movían a toda velocidad-. Pensé... que una chica tan guapa como tú tendría novio...-terminé de arreglar mi destrozo y le devolví el portátil tal y como estaba antes de que todo se le fuese a la mierda-. Gracias.
YO: No hay de qué -sonreí fingidamente mirándole a los ojos-. Y creo que nunca tendré novio...-dije tan bajito que casi parecía que susurraba.
SAMUEL: ¿Por qué no vas a tener nunca novio? Se te ve una chica bastante agradable la verdad -dijo sincero lo que provocó que me sonrojase.
YO: Prefiero no hablar de eso -aparté la mirada de sus ojos color miel que tanto me atraían y a la vez aterraban.
AUXILIAR: Por favor, señores pasajeros reclinen los asientos y abróchense los cinturones estamos a punto de aterrizar... -mientras la chica daba las instrucciones Samuel guardaba sus cosas y yo las mías, después bajamos las mesitas y nos abrochamos los cinturones.

Tras unos segundos hubo pequeñas turbulencias que me pusieron muy nerviosa ya que yo le tengo pánico a las alturas. A pesar de todo el aterrizaje no fue forzoso y pudimos salir sin esperar mucho del avión, cosa que yo agradecía muchísimo.

CONTINUARÁ...

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