CAPÍTULO ÚNICO

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El frío entrando por la ventana lo hacía refugiarse en las cálidas cobijas y, si bien podría encender la calefacción, el pelinegro prefería mil veces la fresca brisa natural de la ciudad, le daba una sensación de libertad, apaciguaba sus sueños volviéndolos lo que él llamaría perfectos.

Sus suspiros calmados eran acogidos por la almohada bajo su cabeza, dormía tranquilamente hasta que el ruido de su celular lo hizo despabilarse.

Un bostezo salió de sus labios mientras la luz del aparato iluminaba la habitación, cerró sus ojos con fuerza antes de parpadear repetidamente para intentar ver el número en la pantalla.

—Al carajo. —susurró atendiendo la llamada sin ver el remitente. —¿Quién mierd-

Sus palabras se vieron interrumpidas por sollozos provenientes del otro lado de la línea, se estremeció cuando un ligero llamado alcanzó sus oídos.

—Jiminnie... —llamó esa voz tan conocida para él.

—¿TaeTae? —se levantó de la cama, buscando sus zapatos a ciegas, palpando el piso con los pies. —¿Qué sucede? ¿estás bien?

V-Ven por favor... —la voz entrecortada de Taehyung logró activar todos sus sentidos, y a la vez, darle ese constante sentimiento de que algo no andaba bien.

—¿Dónde estás? —preguntó una vez hubo despertado completamente, se ponía los pantalones con rapidez mientras buscaba una camisa limpia —. Manda tu ubicación.

La notificación apareció en la parte superior de la pantalla, asintió para si mismo antes de ir al baño para lavar su cara y cepillar sus dientes aún sin terminar la llamada.

No tardes...

—Estaré allí pronto TaeTae, te quiero.

Colgó.

Secó su cara y se dirigió a su auto, apenas le dio tiempo de tomar una chaqueta y las llaves del vehículo, pues al pasar un par de minutos ya se encontraba a mitad de camino.

El aroma a cigarro y las luces brillantes de los centros nocturnos de Seúl lo hacían sentir que se encontraba en mundo nuevo, un mundo desconocido para él. Pues antes de ser trainee no tenía edad o dinero suficiente para ir a alguno de aquellos bares y, una vez hubo debutado y cumplido la mayoría de edad, no tenía el tiempo suficiente para divertirse como cualquier otro joven lo haría.

Volvió su mirada a la carretera, pensando en esos jóvenes perdidos entre los caramelos y cigarrillos, como aquel par de chicos que vio, los cuales se tambaleaban mientras intentaban conseguir un taxi.

No pudo evitar pensar en su mejor amigo.

«Taehyung, ¿cómo estará?, ¿le pasó algo?, ¿está bien?, ¿le tengo que partir la cara a alguien?...»

Las posibilidades inundaban su mente embotada, se imaginaba a Taehyung, su mejor amigo, su hermano, la mitad de su alma, con lágrimas en los ojos y aferrándose a su celular. Su corazón se encogía ante la imagen mental, una lágrima rodaba por su mejilla haciendo líquida su preocupación.

Su preocupación brillante ante la luz de la luna...

Y al ver un árbol viejo, supo que había llegado.

4 O'CLOCK  「 Vmin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora