Cabaña

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Tendido en el suelo, con mi vista completamente al cielo. Ciento un profundo ardor en mi rostro, reviso a que se debe tanto ardor. Noto mis manos heladas y mi pelo congelado, cristalizado producto del gélido clima. Mi ropa húmeda y mis piernas casi completamente cubiertas de nieve.

Me tomó unos segundos darme cuenta que me encontraba frente a casa; Esa cabaña vieja y pequeña.

Me quedo un instante admirándola, recordando como era antes, antes de que la comprara por supuesto; Era mucho más tenebrosa que ahora, Sus ventanas rotas, las paredes deterioradas por la humedad, el tejado era el más afectado, tuve que cambiarlo por completo, mi padre me ayudó aunque un tanto enfadado ya que fue un gasto enorme reparar la casa, pero yo lo hacía con gusto ya que me gustaba ver ese cambio del antes y el después.

La nevada se está haciendo más fuerte; Será mejor que entre o me congelare.

Trato de levantarme, me cuesta un poco, pero lo logro.

Intento subir los viejos y rechinantes escalones. La puerta está cerrada. Busco la llave entre los bolsillos de mi ropa, mis temblorosas y torpes manos provocan la caiga de las llaves, me agachó para recogerlas, escucho un ruido a lo lejos frente a mí, giro la cabeza rápidamente para observar, al fondo, una silueta negra, no puedo verla con claridad, se me borronea la vista al esforzarla, pero noto que la silueta se agranda cada vez más y más, se está acercando, velozmente mis sentidos se ponen alerta, recojo las llaves e intento abrir la puerta, una vez más mis torpes manos me juegan una mala pasada ¡No atino a la cerradura!, oigo pasos sobre la nieve cada vez más cerca, empiezo a desesperarme y.. ¡Por fin! logro abrir la puerta.

Al entrar trabo la puerta y dejo deslizar mi espalda suavemente sobre ella, no tardo en sentir una sensación de alivio, no duro mucho al escuchar el rechinido de un escalón; mis ojos se abren casi al límite, me paro lo más rápido que puedo y miro por la mirilla de la puerta; Nada.. Ni a lo lejos ni a lo cerca.

Retrocedo un poco no comprendo que está pasando, quedo en shock.

Veo caer una gota de sangre de mi rostro directamente al piso, la observo unos momentos y sonrío.

- Al parecer ese golpe me dejo medio atarantado - Digo largando unas cuantas carcajadas.

Me doy media vuelta y me dirijo a la cocina, enciendo la cafetera, y pongo unos panes en la tostadura. El ambiente está demasiado frío, me dirijo al living, hacia la chimenea, colocó unos troncos, los enciendo y agarró un vodka viejo que tenía guardado en un armario en la cocina, lo arrojó para avivar el fuego y utilizo un poco para desinfectarme la herida.

Mi cara se transforma, Muerdo mis labio, cierro los ojos, frunzo mis cejas, grito por dentro. Gracias a que solo fueron unos pocos segundos de sufrimiento

Me acuesto en el sillón, siento la fina y suave tela. Siempre olvido de buscar la tela, es mi tela favorita y no se nada sobre ella.

Me gusta estar en el sofá; me hace pensar, reflexionar. Fomenta mis ganas de saber que paso.

¿Porque me desperté afuera? En la nieve

¿Cómo llegué ahí?

¿Qué sucedió?

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⏰ Última actualización: May 31, 2018 ⏰

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