Me encontraste rota, aturdida. Me amoldaste al nivel de tu abrazo, al ritmo de tu corazón. Me equivoqué, te lastimé y me perdonaste. Te ame sin imaginarlo, a pesar de tu ida, a pesar de tu vuelta. Un corazón lila descansa en mi pecho, tu almohada favorita. Y unos ojos, con brillo de esperanza, esperan encontrarte cada vez que son abiertos.
ESTÁS LEYENDO
Lengua de poeta
RandomEl rosal no nota cuando una flor es diferente ¿Por qué los humanos si?