Alejandro es un chico algo raro, según el en esta ciudad que vivimos hay algo positivo, todavía no se a que se refiere, pues yo solo veo muerte y lágrimas.
Después de clase nos dirigimos juntos a nuestras casas (vivimos en la misma calle) mientras íbamos empezamos hablar del día de hoy y los trabajos de mañana, cuándo el sonido de un disparó, una ráfaga de aire, con un silbido y un grito rompió la calma, y mi reacción fue
-¡AL SUELO! - grite y eso hicieron los chicos, ya todos acostados boca a bajo empiezo a ver si alguno está herido, y al dirigir mi mirada a Lulú la veo teniéndose con la mano derecha el brazo izquierdo, me empiezo arrastrar hasta llegar a ella y veo el miedo en sus ojos, mientras yo oro por que la bala no se encuentre, le retiro la mano y le revisó, y no encuentro la bala, esta solo le paso por un lado y la quemó, le sonrió y veo que desapareció el miedo de sus ojos, sacó mi buso del bolso y se lo amarró para intentar estancar la sangre; al cabo de unos 20 minutos de repartirnos miradas de miedo y de escuchar, y sentir las balas pasar por nuestro lado todo volvió a la tranquilidad y esperamos otro momento para estar seguros de que se calmó la situación, así que nos levantamos y nos dirigimos lo más rapido posible a la casa más cercana, la cual esa la de camila y mientras yo voy directo en busca de el botiquín, Lulú se acomoda en la sala; es común tener un botiquín en casa con: pinzas, gasa, alcohol, algodón, agua oxigenada, curas, (...), Pues no se sabe en que momento llega alguien cercano con una herida de bala o navaja, al encontrarlo me dirijo rapido a la sala dónde se encuentra Lulú, me arrodilló a su lado y le retiró el buzo, el cual logro estancar la sangre y empiezo a limpiar la herida, la desinfecto y se la envuelvo en gasa, al terminar camila nos sirve la comida y yo miro Alejandro
- y ¿Ya te diste cuenta que en esta ciudad no hay nada positivo? - le preguntó
- Si lo hay Maia solo que tú estas tan cegada y negativa que no lo vez - me respondió
- Ok, ya dejemos a un lado esta conversación y mejor comamos por que estoy que me muero - nos acomodamos y empezamos a comer, entre risas que nos saca Lulú, esta mujer ni herida deja las pendejadas; al terminar nos dirigimos a la cocina cada uno con su plató para lavarlo, cuando estamos listos nos despedimos y nos dirigimos a casa, dos casas más allá vemos a una mujer llorando un cuerpo ya inerte, el cual tiene 3 balas en el pecho y ella envuelta en su sangre, la cual recorre la calle y cae al alcantarillado en goteras, ya no me da Ascó la Sangre, es tan común verla y ese olor a mortecina no afecta mis fosas nasales, me quedo reparando a esa mujer ¿Será la madre, esposa o hermana? Y mientras la reparo me doy cuenta que hay otro cuerpo detras de ella, al ver los zapatos me recorre un miedo
- no puede ser - digo esto en susurró y me empiezo acercar, cuando Estefa me ve, me coge del brazo y me detiene
- Mai ¿Qué pasa? - me pregunta
- Estefa reconozco esos tenis ¿Tú no? - la miro y veo que dirige su mirada a los tenis al joven detras de la mujer, al verlos empiezan a temblar
-No Mai, no puede ser el, no puede - dijo y en el tono de voz que utilizó se que tiene miedo - no Maia no puede ser el
- no se Estefa, pero ambas sabemos que la muerte no perdona- me suelto y me dirijo al cuerpo y veo que tengo razón, detesto tenerla
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Y ¿Quién Dijo Que La Vida Es Facil?
Teen FictionMe llamo Maia, tengo 16 años vivo en Medellín Bienvenidos a la historia de mi vidas. Vivo en la violencia, donde no hay alegría y mi única salida de esta Triste realidad son mis amigas y las ganas de sobrevivir, pues de eso depende la vida en Medel...