prologo

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Era un día muy caluroso en sunagakure el kazekague de la respectiva villa se encontraba en un bagon de tren  rumbo al sunagakure, directo a una Cumbre de Kagues la cual se llevará a cabo en la respectiva aldea.

El kazekague de sunagakure no se  encontraba viajando solo en el respectivo tren a este lo acompañaban dos personas más dos castaños, el castaño mayor vestía un traje negro con una capucha cubriendo su cabeza, el cual Hera el hermano menor y guarda espaldas de este kague,  y el castaño menor tenia en el rostro dos  letras E la cuales pertenecían a su padre el kazekague de sunagakure el castaño viste el respectivo uniforme de la villa de la arena y sobre este uniforme lleva un gran manto cubriendo la su cuerpo la cual está echa de arena de hierro.

Los dos castaños se encontraban sentados frente al pelirojo kazekague,  el kazekague se la pasaba la mayoría de su tiempo  observando cada absión del menor  ya que este Hera demasiado imprudente en ocasiones pero también podía ser un buen estratega no demasiado bueno,  pero en ocasiones podía ser terco pero simpre reconocía sus errores.

Aunque para el kazekague no era suficiente el saver que su hijo Hera un ejemplo a seguir de la nueva generación,  el kazekague siempre a temido que el menor un día llegase a ser consumido nuevamente por esa oscuridad de la cual una vez el mismo kague logró librarse, o le tocará que vivir el mismo tormento que el vivió toda su vida al ser odiado por todos y si ubiera sido por  que alguien lo rescató de esa oscuridad que lo estaba consumiendo y temia que por estar serca de ese pequeño el pequeño llegará a caer en esa oscuridad de rebeldía y odio nuevamente, el kague savia que era un tanto exagerado y sobre protector y sabía que estaba mal pensar tan negativamente sobre su hijo pero para este era inevitable pensar que por estar junto a ese pequeño este se podía llegar a llenar de maldad como sucedió aser muchos años con el mismo kague.

El kazekague se preocuba por muchas cosa pero en específico le preocuba ese pequeño castaños y su sobrino el cual Hera un tanto terco al igual que si hijo pero igual se preocupaba mucho por ambos niños de 11 años.

El kazekague levantó la mirada la cual Avia bajado y la posicionó en el pequeño dormido en el hombro de su hermano mayor y en ese mismo instante recordó como Hera en aquel entonces cuando ese niño tan calmado Hera todo un rebelde y antisocial

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Bueno aquí os dejo mi epílogo espero que les guste porque soy malísima escribiendo epilogos y escribí lo que se me venía a la cabeza para que no fuera   tan corto.

UN REBELDE DE SUNA «GAARA Y SHINKI»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora