Tenía 18 años cuando me enamoré y cuando caí. Lo conocí por las redes sociales, específicamente por facebook, continuamos con whatsapp como han hechos muchas personas. Lo conocí, me ilusionó y me lastimó... es irónico como alguien te puede defraudar en tan poco tiempo y con tres simples pasos. Al principio todo marchaba bien, comenzamos siendo amigos y luego de un tiempo ya nos considerábamos algo más, no algo tan fuerte como la palabra "novios" no se bien como definirlo. Todo era color de rosas, estaba perdida por el, todo lo que me pasaba él lo sabia: o era que se daba cuenta o simplemente lo compartía con él. Con el tiempo las cosas fueron tomando un rumbo el cuál nos fue llevando por caminos separados, luego de 11 largos meses, parecía que todo se venía abajo. Ya no lo veía, ya no hablábamos seguido, y sus actitudes eran totalmente diferentes. Yo salía sólo para poder estar con él, durante la semana estudiaba y debía conformarme con unos mensajes, y obvio charlas iniciadas y remadas por mi. No me había dado cuenta de que lo que parecía ser mutuo, ya era de uno solo, no había interés de su parte, solo de la mía. Decidí hacer la pregunta que nadie se anima a hacer: ¿Qué pasa? Y fue ahí cuando todo lo rosa se volvió gris. Mis amigo/as siempre me decían que él no era lo que demostraba, me animo a decir que lo conocían más que yo, sólo que no quería admitir lo perdida y "embobada" que estaba por él. Y lo que no quería que sucediera sucedió.
Respecto a la pregunta que hice, solo recibí una respuesta sencilla: "nada".
El día que tuve la oportunidad, me dirigí a su casa, de sorpresa, solo su mamá sabía que yo iría. Su pieza queda en el patio, era pequeña pero perfecta para él. Y ahí lo vi, no sólo a él, si no que a ellos... me paralicé al ver que mi "algo de 11 meses" estuviera acostado con mi "amiga". Me quede muda, mis ojos empezaron a brillae, unas dolorosas lágrimas se desprendían y se deslizaban por mis mejillas; mis piernas temblaban y mi corazón se aceleró. Ellos al verme, se pusieron nerviosos, Caroline se cubrió de una forma velóz con las sábanas, y él, solo me miraba. Cerré la puerta, y como pude, me dirigí a la entrada de la casa. Su madre me miraba, no escuche ni siquiera sus palabras, solo vi su rostro con un seño fruncido con una expresión de confusión. Me subí al auto, y sin realizar ningún gesto, me dirigí a mi casa, solo quería encerrarme en mi cuarto. Apagué el celular, no quería saber nada de nadie, solo quería llorar.
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El Valor De Las Cosas
Teen FictionAngeles, una adolescente de 18 años, debió volver a arrancar su vida luego de una gran lucha con su propio yo. Deberá afrontar obstáculos, del cual se volvería a levantar una y las veces que sean necesarias.