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Recuerdo que cuando era pequeño, mi padre me había sacado de casa diciendo simples palabras "Yo a tu edad estaba todo el día fuera ya que mi padre me ponía un montón de blancos a los cuales devia de dispararle. Hoy aras lo mismo...".

Mi inocencia no sabia que es lo que era disparar por lo que sin problemas y pensando que era algo nuevo y bonito acepte, orgulloso de mi decisión, mi padre me había entregado mi primer rifle.

Negro y marrón, con bastante peso y personalizado con pegatinas tontas de mis caricaturas. Sus balas eran gomas y mis objetivos latas con una cruz pintada de rojo.

Papá me había puesto en una posición exacta, me explico que tenía que poner en mi mira la primera lata y cuando me sienta listo que jale el gatillo.

Y con su buena ayuda, había logrado acertar con pura suerte. Alegre lo mire y el lo hizo igual pero con un toque de orgullo dirigido a mi.

Una ola de energía y adrenalina me recorría por todo el cuerpo, la fuerza del objeto me había dejado completamente petrificado y lo había disfrutado inexplicablemente.

-¡A comer chicos! -Llamo mi madre desde el marco de la puerta del jardín trasero. Yo quería seguir disparando pero mi padre me dijo que lo podíamos hacer cuando acabáramos el almuerzo.

Cuanto todo acabo y tenía tiempo libre, salí disparado de la cocina y me encamine a mi patio trasero, donde seguiría con esta extraña pero muy satisfactoria actividad.

Las semanas habían pasado y yo cada día y a cada segundo en el cual tenia tiempo libre y lo podía pasar solo, me metía allí detrás y disparaba como un loco.

Mi técnica se mejoró y me volví genial en aquello, estaba orgulloso de mi capacidad pero aún más de mi esfuerzo y de los buenos resultados que me dieron. Y como no contarle al dueño de aquella idea.

- Papa!, tengo que mostrarte algo -Dije emocionado mientras me acercaba a el, rápidamente se voltio y me levanto con sus brazos.

- Aver pequeño, ¿Que es tan importante? -Rápidamente el mostré mis tiros y hasta que distancia logre acertar, el me miraba sorprendido.

-Me gustaría que me tomes como una prueba -Le aconseje y el me miró dudoso, tras ello asintió y construyó una especie de capo de juegos lleno de blancos.

Algunos grandes como un cartel de esos que dicen "STOP" y otros tan pequeños como la cabeza de alguna ardilla. Lo mire extraño y el prosiguió a contame su idea.

- Es como un juego, te voy a dar 4 oportunidades ara que derrives los 10 blancos que allí se encuentran. Si lo logras hacer antes de que se te acaben las oportunidades, pasas, pero si no, fallas -Asentí no muy convencido, erá básicamente imposible, teniendo en cuanta la cantidad de blancos, la distancia y la cantidad de oportunidades.

-Bien, estoy listo -Me acomode y me prepare tanto mental como físicamente. Lo mire fijamente a mi primer objetivo y cuando mi padre dio la señal, comencé a disparar.

A la primera, acerté 5 blancos. La expresión de asombro de mi padre era única, me dio la segunda oportunidad. Acerté a cada uno de los blancos con mucha suerte y presicion.

- Woa, eso fue increíble -Respondió mi padre con mucho orgullo, me sentí genial antes su reacción. Me abrazo y yo a el.

Los días pasaron y el simple echo de que me allá vuelto muy bueno en ello. me llevo a convertir aquello en no sólo mi hobi, si no que también en una de mis actividades diarias.

Hasta que un día, una de mis gomas desvío de su blanco deseado y callo en un pequeño e indefenso pájaro, el cual al sentir aquel impacto callo rápidamente.

Me asuste y corri hasta el, al sentir que ya no palpitaba su pequeño corazón me impresione. Intenté llorar por aquella Inocente vida que se perdió pero no logre sacar ninguna lágrima, cada que lo recordaba una adrenalina potente me recorría.

Al siguiente día lo volví a hacer y mate al próximo pájaro, y así consecutivamente. Cada pájaro que caía era una sensación de adrenalina que cada vez iba creciendo más.

Pero siempre era un simple secreto que le guardaba a mis padres, hasta que lo descubrieron y me enviaron directo al psicólogo.

Tenía 12 años, apuntó de cumplir mis 13 y aun seguía llendo allí desde los 10. Esta señora llamada Yoon Gu, intentaba que yo me sintiera mal por mis actos pero no era así. Yo no lo lamentaba....

Y con el tiempo mis muertes fueron creciendo, el tamaño de los animales que mataba y la frecuencia con la cual lo hacía, había crecido notablemente. Pero mientras más grande era, más grande era la satisfacción.

Mis padres llegaron a su límite por lo que me intentaron echar de casa, aunque sabia que me extrañaría más que yo a ellos. Sin ningún problema me fuy, y alquile un departamento con 18 años.

Me quedé solo y desalojado, hasta el día en el que una señora bastante mayor de edad y ciega me había ofrecido su hogar para alojarme. Le conté una falsa historia sobre mi vida, ofreció vengar a mis padres pero le dije que Dios los castigará que no se devia preocupar.

Días después, aun vivía con esta mujer que me había adoptado como su propio hijo ya que nunca tubo uno. Un día los recuerdos de mis estúpida madre que nunca me quiso, el unico que me amaba era mi padre, me llegaron a la cabeza.

Por lo que cuando mi Nonna se durmió, fuy a la residencia de mis padres. Tenía una pequeña arma en mi mochila, estaba vestido de negro y poseía una máscara de conejo que fue lo mejor que encontré para cubrirme.

Ella estaba durmiendo plácidamente, abrazada a mi padre. La escena me causaba un asco inmenso, ella nunca me quiso y papa lo sabía muy bien pero aún así estaba con ella, eso me dolía.

Dos balas...

Dos personas...

Los apunte y dispare....

La sangre les escurría desde el enorme oyó en su cabeza que le marcaba la bala, la escena era increíble. Corrí y escape, nadie me vio y a la mañana siguiente mientras desayunaba, su noticia apareció en la televisión.

- Que horrible, pobre de ellos -Murmuró mi Nonna, tan solo asentí mientras por dentro me sentía increíblemente bien.

La adrenalina que me recorrió cuando los mate fue increíble....

Si me sentí tan bien con matar a dos simples personas, ¿Que tanto bien se sentirá matar a más?.

Bueno, supongo que hay que probar ¿No?

Killer BunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora