Oscuridad Externa

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El silencio embriaga la estancia, tan oscura como la noche aún cuando afuera el sol reine invicto. El susurro de un movimiento en la penumbra delata una presencia.

— Aaahhh—

El gemido rompe la atmósfera, y se desvanece líquido en la oscuridad nuevamente imperturbable.

Un golpe interrumpe la corta la calma. Y Kayn despierta del lapso de meditación en el que se hallaba sumido, está bañado en sudor y semen. Y Rhaast se ríe entre sus manos. Su pupila se abre en medio de las sombras.

"Casi te atrapan masturbandote"

Kayn lo ignora por un momento, está disfrutando de su post orgasmo; había sido violento, y le había encantado. Jadea suave y goza en silencio de la risa de Rhaast. Su respiración es agitada, inhala de nuevo solo para recuperar el ritmo.  

Se levanta de su sitio solo para encontrar una posición cómoda, la espalda estaba caliente en comparación al frío del resto de la habitación. Se acaricia los brazos y vuelve a jadear, ahora que lo sentía; todo él estaba aún caliente. Se centró finalmente en la realidad, y agudizó el oído, quería saber si el golpe contra la puerta había sido imaginación suya. Rhaast se mantuvo callado mientras tanto.

Y la puerta sonó de nuevo. Junto a una voz.

—Kayn te necesitan afuera, los espías arribaron y quieren hablarte—

Rodo los ojos, y le devolvió la mirada a la puerta con fastidio, como si ella tuviese la culpa. Rhaast se ríe de nuevo.

—Si claro enseguida voy— Anunció Kayn desde su sitio.

Se estiró flojo como un gato, y la voz de Rhaast susurro de nuevo contra su oreja.

"¿No te gustaría quedarte...?"

— Tengo deberes uh, Zed no esta—.

"Ah cierto, Zed no esta" La voz de Rhaast era cínica. "Entonces podemos hacerlo todo el día"

—Ya quisieras—.

Tardo unos segundos en borrar los rasgos  de sus actos ilícitos, y en minutos caminaba con la misma arrogancia de siempre hacia el salón donde había sido llamado. Ahí lo esperaban, para entregar la información a Kayn en ausencia de Zed. Había sido un encargo personal, y Kayn lo había tomado con la seriedad necesaria.

Adentro un grupo de hombres lo esperaban de pie. Kayn saludo y paso enfrente de ellos, Rhaast los observaba a su paso. Detallandolos uno a uno, hasta fijar su vista en el más alto y fornido. Lo recordaba de algo, pero Kayn hablaba tantas cosas a veces, ignoro de momento el origen de su recuerdo. Era diferente a los demás, delgados y ágiles, la contextura normal de todos los espías que había conocido durante su tiempo en la orden. En cambio este parecía pelar árboles con las manos.

La conversación fue vaga, formal. Rhaast la ignoró la mayor parte del tiempo, pero Kayn se mantuvo atento, captando todo lo que debía de decirle a Zed al llegar. Tal vez hoy o mañana estaría de vuelta. Solo un día para tener a Kayn desocupado.

" Mira a Ese... No era...¿Thardid?"

— mjum— respondió Kayn en su mente.

"¿No has notado cómo te ve? Te quiere cojer.. tanto como yo quiero"

—Necesito hacer esto por Zed—.

"Pero ya casi terminas... Te apuesto a que se queda de último para hablarte"

—...— Kayn no dijo nada. Continuo enfocado en la información.

Recibió el paquete por Zed al final de la conversación. Lo guardo en el mismo salón, donde su maestro le había indicado; un cofre sellado que sólo él solía usar, eran papeles confirmó al sentir su peso, no le dio muchas vueltas. Él sabría que son.

Oscuridad interna [ Kayn, PwP ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora