Leonardo es un niño de 13 años que empezó a hacer todo tipo de deportes hasta que encontró "el deporte ", ese deporte que no solo le completa si no, el deporte que le hace ser quien es, que le cambia, modifica y varía su forma de ser y su forma de pensar. Ese deporte es el parkour, un deporte urbano inventado por David Belle un conocido actor de películas de acción, de nacionalidad Francesa.
Desde muy pequeño Leonardo era muy nervioso, y le apasionaban esas películas de acción en las que hay persecuciones en los tejados, entre salas con diversos obstáculos que el protagonista evade a los antagonistas. A los 10 años descubrió que eso era parkour, no era hacer "el cabrá" como le decía su familia, y desde ese mismo día no paro de pensar en superarse a sí mismo, sin envidiar a otros por superarlo, a pesar de no estar en la mejor forma física posible nunca paraba de superar sus propias metas, porque él sabe que en todo deporte lo más importante es la constancia y pasárselo bien haciéndolo.
Un buen día entrenando en unas ruinas abandonadas, era una antiguo lugar público donde había pasatiempos para jóvenes, en donde no había una gran altura pero el era una gran superficie por donde hacer recorridos, con pequeños obstáculos donde saltar y taparte también de la lluvia en ciertos momentos.
Leo, intrigado por ver lo que podía hacer en todo el lugar empezó a entrenar en todos y cada uno de los lugares que se le ponían en mente, podía ser tanto un muro como una columna de una de las vallas, llegó al punto de estar entrenando días enteros ahi, se convirtió en su lugar secreto, era su lugar favorito porque era perfecto para mirar tranquilamente el cielo y pensar en lo que ocurría a su alrededor.
Un día subió por una brecha que había entre los pasadizos del edificio y para su sorpresa no estaba solo, había una chica del pelo moreno a la alturas de sus delgadas caderas, estaba posada en el otro extremo de esa plataforma, de espaldas a Leo, sentada mirando al horizonte de ese fondo rojizo, con una sudadera de color negro con tonos de rojo como si fueran marcas de garras de una pantera.Algo acobardado, porque no sabía cuánto tiempo podía haber estado esa chica, quien sabe si había estado desde el principio y le había oído calentando para hacer parkour, para Leo era incómodo que alguien supiera que hacía parkour, solo la idea de que alguien lo supiera le volvía más tímido aun, lo cierto es que en el fondo era un chico tierno y sin intenciones malas, muy tiendo, con la inseguridad para todo, preguntándose si estará haciendo bien hasta lo que mejor se le da; Se pasaba todo el tiempo haciéndose preguntas como: estaré haciendo bien hablando ahora con esta persona, porque soy tan inseguro, sería mejor si hubiera nacido como una chica....
Al ver a la chica Leo se quedo sorprendido porque llevaba mucho tiempo entrenando en ese sitio sin que nadie lo siguiera, o eso pensaba. Al verla pensó que debía hablar con ella.
Agarro el valor suficiente para que sus labios pronunciaran una frase que no fuera estupida para parecer el típico gracioso, pero que tampoco fuera una frase que pensara que su intención fuese la de intentar seducirla. Se acercó al borde, como si no le diera pánico el no saber cuánto tiempo estaba allí arriba, y se sentó suavemente al suelo al lado de ella.-Que bonito sitio para relajarse, verdad?-dijo el mirando el fondo con una sonrisa en la cara.
-Hola, si es bonito.... pero aun así lo de relajarse no es lo que busco ahora.-comentó ella con una voz seria, y con una profunda herida que se notaba en la mirada, y en su expresión facial como si quisiera llorar pero algo lo impidiese.
-Me llamó Leo, como te llamas tú?- le dijo con tal de animar el ambiente.
-Soy..... llámame Iría.- contesto repentinamente feliz con un rostro totalmente distinto.
-Cuánto llevas aquí arriba?.-Le pregunto de una vez con el fin de averiguar si le había visto u oído haciendo parkour.
-Llevó unas horas aquí, y si, se lo que estaba haciendo. -contestó casi representando la pura serenidad.
-No es la primera vez que te veo aquí, pero nunca he podido acercarme a ti por una u otra razón... -dijo con una toque de rabia.
-Y no te vas a reír de mi? - Pregunto Leo más asustado por lo que sucedería a continuación que por el vértigo que sentía.
- Porque? Yo también amo este deporte, y te he visto mejorar mucho día a día, era como ver que todo es posible; llegaste que te costaba mucho subir a la segunda planta y ahora has llegado al techo y no has desperdiciado mucho tiempo ni esfuerzo, ¿verdad?
-Eso es cierto, pero.....
-Te veo desde el primer día que llegaste aquí, este también es mi lugar favorito, ¿sabes?
- Ya veo, ¿porque nunca te he visto yo y tú a mi si?-Pregunto muy intrigado Leo esperando su respuesta con ansias.
-Porque no sabes mirar, sin hablar de que estás más tiempo mirando al suelo que mirando a tu alrededor.-Respondiendo a su pregunta como si tuviera una gran sabiduría.
-Me gustaría hablar más contigo Leo pero me he de ir hacia mi casa.
-¿Donde vives? -Pregunto Leo ilusionado por ver si podía acompañarla a su casa.
-Vivo algo lejos, Entre las montañas que hay hacia abajo. -Respondió señalando entre dos montañas más abajo de donde estaban ellos.
-¿Puedo acompañarte? -Pregunto tímidamente, como si de un niño chico se tratase.
-Dame una razón, tienes hasta que baje el edificio.
Continuará.....
ESTÁS LEYENDO
La unión urbana
AdventureLeo, un niño de 15 años aficionado al parkour conoce a otra traceur, la cual conoció por casualidad, en esta historia se desarrollará una pequeña aventura, con alguna que otra oscuridad de cada personaje que no sabia el uno del otro... (En la cual...