Una joven, asistiré a un festival nocturno, al cual si madre le havia prohibido ir, pero ella, sin darse por vencido, se escapa, pero ella no sabe, que una cosa que le cambiara la vida por completo...y quizá no pueda vivir para contarlo
- No! Te he dicho que por la noche puedes ir! - Pero todos mis amigos irán! - Peor para ellos, sus padres son muy irresponsables - Pero... - NO TENGAS SIEMPRE LA ÚLTIMA PALABRA
Akane, muy enfadada, se fue a su cuarto dando patadas, su madre no lo había permitido ir nunca a fiestas por la noche, pero no le importaba mucho, ya que eran celebraciones aburridas como la entrega de premios al alumno más responsable, o las mejores notas del mes, pero esta vez, no podía resistirse, ya que era el cumpleaños de su mejor amigo Aki, y el siempre daba las mejores fiestas.
- Si mamá me dejará, por una vez, yo ya no le insistiría- pensó ella en voz alta- me escaparé, si, eso mismo, seguro que no pasará nada malo
Akane bajo las escaleras, y se encontró con su madre - Ya estás más calmada? - Si- dijo con tono calmado, pero que escondía una sonrisa pícara
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- Espero que hayas comprendido que no es bueno tener siempre la última palabra - Si, madre- dijo- ahora, ¿podemos cenar ya? -¿¡QUE!? Si todavía son las seis de la tarde... - Ya pero es que hoy quiero cenar y acostarme pronto- dijo, pensando en salir pronto para llegar a tiempo a la fiesta - En fin, Si tanta hambre tienes, te dejaré cenar más pronto hoy
